Inglaterra
Grealish, el odio de un rebelde
Renunció a jugar con Irlanda, practicó fútbol gaélico y se hizo famoso por aparecer tirado en el suelo y ebrio en Tenerife
El fútbol británico siempre se ha sentido atraído por los jugadores rebeldes, por futbolistas que derrochan su talento entre fiestas, alcohol y peleas. El último ídolo que ha entrado en esa categoría para los seguidores ingleses es Jack Grealish, un rebelde de la tierra de los Peaky Blinders que vio cómo durante un tiempo sus andanzas fuera del campo tenían más recorrido en la prensa y entre los aficionados que sus actuaciones con el balón. Y con la pelota es capaz de hacer maravillas. A sus 25 años parece que la fama no ha terminado de atropellarlo y ha reconducido algunos de sus comportamientos. Pero un rebelde nunca deja de serlo, ni sobre el césped, ni lejos de él.
Su presentación en sociedad fue casi insuperable. En 2015, cuando apenas había pasado un año desde su debut con el Aston Villa, se divulgaron unas imágenes suyas ebrio y tirado en suelo de una calle en Tenerife durante unas vacaciones. A esa época pertenecen también unas fotos que publicó The Sun y en las que se le veía inhalando óxido nitroso, el gas de la risa. La prensa sensacionalista vio que se abría un panorama bastante prometedor con Grealish. Para el jugador, el futuro no parecía tan alentador y su entrenador, Rémi Garde, le llegó a mandar al equipo sub-23 después de que Jack se quedara de fiesta en Liverpool tras perder 4-0 contra el Everton.
En ese 2015 tomó una decisión trascendental. Sus orígenes irlandeses siempre estuvieron presentes en Grealish, que de niño jugó al fútbol gaélico y fue internacional en categorías inferiores con Irlanda, pero cuando llegó el momento de dar el salto a la absoluta eligió a Inglaterra.
El Villa descendió a la Championship y en los tres años que pasó en esa categoría, el crecimiento de Grealish fue impresionante. Centrocampista ofensivo, capaz de brillar como organizador y de deslumbrar desde la mediapunta, su rendimiento en la 2018-19 fue tan extraordinario que no es exagerado afirmar que el Villa ascendió a la Premier gracias a él. Esa campaña vivió un momento desagradable en el derbi contra el Birmingham, cuando un espectador saltó al campo y le dio un puñetazo en la cara.
La presión no le asusta: “Me encanta cuando la gente está detrás de mí y me ataca. Recuerdo cuando era un niño y Cristiano Ronaldo venía a jugar con el Manchester United contra el Villa. Él estaba acostumbrado a vivir con ello, lo minimizaba porque se alimentaba de ese odio y yo también trato de hacerlo”. En la Eurocopa, el escocés Stephen O’Donnell quiso provocarlo utilizando el elogio: “Le dije lo guapo que era, que me encantaban sus pantorrillas y le pregunté cómo había conseguido ese pelo”.
Salvó al Villa del descenso con un gol en 2020 y cuando parecía que el orden había llegado a su vida, en diciembre le multaron con 90.000 euros y le retiraron el carnet de conducir durante nueve meses tras estrellar su coche contra tres vehículos y un muro. La fiscal del caso, Tinofara Nyatanga, citó las palabras de un testigo: “Podía oler el alcohol en su aliento, su discurso era confuso y no se mantenía en pie”.Un rebelde nunca deja de serlo.
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