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Fútbol

El gesto de la selección española tras ganar a Suiza que ha impresionado a todo el mundo

No es solo por el fútbol. Las futbolistas de España han conquistado ya la Eurocopa con lo que hicieron tras el partido de cuartos de final

La selección española, admirada y no solo por el fútbol MICHAEL BUHOLZEREFE

La selección española femenina dio un nuevo paso hacia la gloria al imponerse por 2-0 a Suiza en los cuartos de final de la Eurocopa, en un Wankdorf de Berna repleto con más de 25.000 espectadores. El triunfo, conseguido con goles de Athenea del Castillo y Claudia Pina, selló el pase a semifinales. Sin embargo, lo que quedará grabado en la memoria colectiva no es solo el resultado, sino el gesto final: el pasillo de honor que las jugadoras españolas ofrecieron a sus rivales suizas tras el pitido final, un símbolo de respeto y deportividad que ha dado la vuelta al mundo.

Un gesto que vale más que mil palabras

España, vencedora del duelo, formó un pasillo para aplaudir a la selección anfitriona mientras abandonaban el campo. No fue algo planeado, sino espontáneo, tal como lo explicó Aitana Bonmatí, MVP del partido, y que en el primer gol, dio un taconazo que ya es historia: “Ha sido algo espontáneo. Suiza ha hecho un gran torneo y queríamos felicitar al rival. Pero también va más allá. El país, la organización, los estadios llenos... Nos están haciendo vivir experiencias únicas que no vamos a olvidar nunca”.

El gesto conmovió al público local, que respondió con una ovación. La Roja, lejos de la arrogancia o la euforia desmedida, eligió la empatía y el reconocimiento. Fue una postal inolvidable: las españolas rindiendo homenaje a una Suiza combativa, valiente y entregada hasta el final.

Un partido sufrido, decidido con talento

Sobre el césped, España se topó con muchas más dificultades de las previstas. Suiza, empujada por su afición y el contexto histórico, ofreció una de sus actuaciones más sólidas del torneo. Plantó un muro en defensa, presionó con inteligencia y supo incomodar el juego habitual de las de Montse Tomé.

De hecho, Aitana lo resumió con claridad: “No nos han permitido hacer ese juego interior que solemos hacer, pero hay que sacar conclusiones positivas porque estamos en semifinales”. Y es que el dominio español no se tradujo fácilmente en goles. Mariona y Alexia Putellas fallaron dos penaltis, y hasta en tres ocasiones el balón se estrelló en la madera.

La clave llegó desde el banquillo: Athenea del Castillo y Leila Ouahabi revolucionaron el ataque. A los cinco minutos de su entrada, Athenea culminó con precisión una jugada que nació de la genialidad de Bonmatí, cuyo taconazo dejó a media defensa suiza descolocada. A renglón seguido, Claudia Pina firmó el segundo con un disparo quirúrgico desde la frontal.

Una Roja resiliente y serena

Lejos de desesperarse ante la falta de gol inicial, España supo mantener la calma. La propia Bonmatí lo destacó: “Aunque ha costado más que otros días, hemos tenido esa paciencia y esa confianza de saber que tarde o temprano llegaría el gol”. Esa templanza en momentos de presión es una de las señales más claras de la madurez que ha alcanzado esta generación de jugadoras. Montse Tomé apostó por un once valiente pero equilibrado. Las variantes tácticas y los cambios a tiempo dieron resultado. España no solo venció: demostró que es capaz de sufrir, adaptarse y resolver. “Suiza ha hecho un gran torneo. Ha sido un equipo muy serio, competitivo e intenso. Creo que también hay que felicitarlas”, insistió Bonmatí. "Parece que estamos obligadas a ganar siempre 6-0. Hemos ganado 2-0 y es como ‘qué ha pasado’. No ha pasado nada. Estamos en semifinales y el objetivo está cumplido”.

El torneo aún no ha terminado, pero para España ya es una Eurocopa especial. No solo por el pase a semifinales, sino por lo vivido hasta ahora: estadios llenos, rivales de altura, emociones a flor de piel. Y sobre todo, porque está dejando huella más allá del césped.

En Berna, la Roja dio una lección que no figura en los libros de estrategia. Un pasillo, un aplauso, un mensaje: el respeto también gana partidos.