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John Herdman: ni masculino ni femenino, sólo fútbol

Tras sus éxitos con la selección femenina de Canadá le ofrecieron dirigir a los chicos, a los que ha llevado al Mundial de Qatar con algunos sistemas que usaba con ellas

John Herdman, seleccionador de Canadá en el Mundial de Qatar 2022
John Herdman, seleccionador de Canadá en el Mundial de Qatar 2022Nathan DenetteAgencia AP

John Herdman nunca fue futbolista, pero sus novedosas técnicas de entrenamiento cuando era maestro en Consett (Durham, Inglaterra), donde nació, le llevaron a trabajar en la academia del Sunderland. Allí tuvo que escuchar eso de que muy bonito todo lo que hacía, pero que no iba a poder prosperar porque nunca había sido jugador. Fue una motivación más para él, que ahora está en Qatar. Allí ha llevado a Canadá al que es el segundo Mundial de su historia. Ya está eliminado tras dos partidos en los que ha dejado buenas sensaciones y una polémica. Contra Bélgica fueron mejores, pero no supieron rematar la faena ni de penalti. Entonces, Herdman dijo: «Vamos a joder a Croacia». No fue la mejor manera de expresarlo y se armó cierto revuelo, pero la idea era que no le tienen miedo a nadie. Después, en el partido, le sucedió algo similar al estreno, empezaron bien, pero la experiencia de su rival fue suficiente: cayeron con claridad. El duelo de hoy contra Marruecos es para acabar con buen sabor, aunque los africanos sí se la juegan.

Éxitos sin dinero

En realidad, este no es el primer Mundial en el que Herdman está como entrenador. También vivió desde el banquillo el de 2015... Dirigiendo al equipo femenino de Canadá, por lo que ha protagonizado un camino inédito en el fútbol. De Sunderland se fue a Nueva Zelanda y allí siguió perfeccionando su método con técnicas de rugby, hockey hierba o fútbol australiano. Guió a las chicas de la absoluta de Nueva Zelanda a los Mundiales de 2007 y 2011 tras haber trabajado en el fútbol formativo. Entonces le contrataron en Canadá y siguieron los éxitos: un bronce olímpico en Londres 2012 y otro en Río 2016, acceso a cuartos en el Mundial en el que actuaban como locales... Fue una transformación estructural completa, pero seguía habiendo un problema: lo único que no crecía era el presupuesto. Y cuando le ofrecieron dirigir a Canadá, pero a los chicos, en 2018 vio la luz: «Después de todo eso, cabría pensar que el proyecto estaría en una posición mucho mejor económicamente y no era así. Aunque la selección femenina había conquistado el corazón del país, seguíamos sin poder generar los ingresos que nos hicieran subir de nivel. Y también estaba claro que el único equipo que podía hacerlo era la selección masculina», reflexionó en «fifa.com».

Fútbol es fútbol

Su familia, además, quería quedarse en Canadá y no dudó, por tanto, en aceptar la oferta porque era una manera de crecer para él y de hacer crecer al fútbol femenino... O al fútbol en general, del país del arce. «No creo que haya una gran diferencia entre hombres y mujeres. El entrenamiento es similar. Es más, me comprometí a no cambiar nada y seguir siendo yo», reveló. «En nuestra primera concentración, el combinado masculino observó la organización táctica del femenino y respondieron muy positivamente», explica en la entrevista con FIFA. Tuvo que superar los primeros prejuicios, que parece la historia de su vida, aunque esta vez por motivos distintos, no por su inexperiencia en la élite, sino porque venía del femenino. Habló personalmente con cada jugador el primer día y llegó a una la conclusión: vamos a clasificarnos para Qatar. Y allí están. Aunque sí vio que con los hombres podía ser un poco más agresivo, por ejemplo, y que con las mujeres puede dedicar más tiempo a sesiones de vídeo, muchos de los sistemas que había usado con ellas pasaron a ellos con éxito. Porque al final, fútbol es fútbol, como decía Boskov.