Barcelona
Pues sí, Messi fue imparable
Dos genialidades de Leo Messi en dos minutos y un gol en el último suspiro de Neymar han decidido un enorme partido del Barça, que derrotó al Bayern de Múnich con una incontestable victoria (3-0) que le acerca a la final de la Champions.
Si dos quieren, una «pelea» puede ser preciosa. Y el Barcelona y el Bayern quisieron jugar al fútbol para brindar un espectáculo digno de unas semifinales de la Liga de Campeones, con Messi como rey del encuentro. Dijo Guardiola que si el «10» está bien es imparable, y no pudo hacer un análisis más acertado. Cuando el conjunto alemán estaba creciendo, la figura del argentino apareció para poner las semifinales muy a favor. «El talento no se puede controlar», dijo también Pep. Y Leo cambió su repertorio para romper lo establecido. Marcó desde fuera del área, como otras veces, pero con un matiz: suele tirar con rosca hacia la derecha del portero; esta vez cambió de sitio y tiró con potencia al otro lado. 1-0. Y después anotó un tanto saliéndose de nuevo de su repertorio. Su regate favorito es hacia la izquierda para que el balón le quede en la zurda, pero en esta ocasión salió por la derecha y mandó a Boateng al suelo. Cayó redondo, roto, a plomo. Después, el «10» superó con sutileza y con la pierna diestra al gigante Neuer. Cuando el duelo parecía morir, Messi agradeció el esfuerzo de Luis Suárez, que aguantó la pelota y alguna patada como un titán, para dársela a Leo y que éste asistiera a Neymar. 3-0. Un resultado de ensueño para la vuelta.
Nada de «Mayweathers» huyendo de «Pacquiaos». Ayer, los dos contendientes fueron de cara, con un balón en medio como testigo principal de la lucha por hacerse con él. Las intenciones, más las ganas, más la calidad dieron lugar a un encuentro fabuloso que un portero se encargó de dejar sin goles antes del descanso. Neuer detuvo un mano a mano a Luis Suárez a los diez minutos y otro a Alves algo después. Iba el Barça arriba a buscar a su rival en un choque tan bueno como bravo. Técnica y pelea mezcladas en un cóctel perfecto. Y Messi a la cabeza, persiguiendo a los tres centrales alemanes y a Xabi Alonso, que a veces se metía entre ellos para sacar la pelota y para ayudar atrás. Cuando el tolosano rompía la línea de presión con un pase por dentro, hacía feliz el Bayern. También cuando Lewandowski le ganaba los balones largos a los centrales. El hombre de la máscara, «Batman», obligaba a Mascherano a arriesgar para adelantarse y llevarse la pelota. El polaco, eso sí, falló la mejor oportunidad bávara tras un pase de Müller, que aprovechó la indecisión de Piqué. El resultado de la ecuación de un equipo buscando al otro y el otro buscando al uno, producía golosos huecos, espacio para que Messi pudiera driblar y arrancar. Lo mismo que Iniesta, otra vez coleccionista de detalles con esa forma que tiene de proteger el balón parando y arrancando. En el golpe a golpe, estaba siendo mejor el Barcelona, espoleado por un público que fue el de las grandes citas. No es la afición más caliente del mundo, pero en días como ayer se hace notar. La presencia de Guardiola, centro de todo en la previa, fue una anécdota ayer, salvo por la impronta del técnico en la forma de jugar de su equipo. No se traicionó Pep, como había avisado.
A la música de los tres tenores del Barça le costó encontrar la melodía conjunta. Messi estaba siendo el mejor, impecable, brillante, con la compañía de los movimientos y las ganas de Luis Suárez, pero con Neymar algo más desafinado. Tardó el brasileño en entrar en combustión. Lo hizo en la segunda parte con una de esas acciones en la que quiebra donde parece que es imposible. Lo repitió varias veces para quedarse en un ¡uy! y al final llegó al éxtasis marcando el tercer gol. Resolvió con clase el mano a mano con Neuer.
Metió el Barcelona un poco más atrás al Bayern al principio de la segunda mitad, pero perdió precisión y claridad. En cambio, nada de «sudor». No era un día para guardar. Las pérdidas empezaron a aparecer en los locales, cada vez más pendientes de cazar al Bayern en una salida de balón. A los germanos, que acabaron ganando la posesión, sólo les faltó pegada y desborde, la que tienen Ribèry y Robben. La presión azulgrana continuó, pero, claro, había más cansancio. Los chicos de Guardiola continuaban intentando sacar la pelota controlada, con pulcritud. Aceptaron el reto y pese a hacerlo muchas veces bien, la segunda o tercera mal fue suficiente para que Messi apareciera. Robó Alves y se la cedió a Leo para anotar el primero. Después, el «10» se las arregló para dejar al público boquiabierto. Se quejaba Guardiola. Es muy perfeccionista pero, por una vez, se lamentaba de haber tenido razón.
Ficha técnica:
3 - FC Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano (Bartra, min.88), Alba; Busquets, Iniesta (Rafinha, min.87), Rakitic (Xavi, min.82); Messi, Suárez y Neymar.
0 - Bayern Múnich: Neuer; Benatia, Boateng, Rafinha; Thiago, Lahm, Xabi Alonso, Bernat, Schwensteiger; Lewandowski y Müller (Götze, min.79).
Goles: 1-0, min.77: Messi. 2-0, min.79: Messi. 3-0, min, 90+4: Neymar.
Árbitro: Nicola Rizzoli (ITA). Mostró cartulina amarilla a Xabi Alonso (min.35), Alves (min.46), Benatia (min.52), Bernat (min.56), Piqué (min.66), Neymar (min.69),
Incidencias: Asistieron al encuentro 95.369 espectadores, en partido correspondiente a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones. En el palco, entre otros, se encontraban el presidente de la Generalitat, Artur Mas; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; el director ejecutivo del Bayern de Múnich, Karl-Heinz Rummenigge; así como los seleccionadores nacionales de España -Vicente del Bosque-, Italia -Gabriele Oriali- y Alemania - Joachim Löw-.
✕
Accede a tu cuenta para comentar