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Polémica

El Real Madrid no se lo cree: la inexplicable expulsión al Castilla de Arbeloa

El filial del equipo blanco ha vivido otra tarjeta que no entiende. El árbitro ha visto la acción en el VAR y no ha rectificado

Álvaro Arbeloa, entrenador del Real Madrid Castilla AFP7 vía Europa PressEUROPAPRESS

El Real Madrid vive uno de esos episodios que ponen a prueba su relación con el arbitraje en España. Lo ocurrido en San Sebastián con la expulsión de Dean Huijsen frente a la Real Sociedad ha encendido todas las alarmas en el club blanco, que ha decidido dar un paso poco habitual: recurrir a la FIFA con un dossier en el que se expone, punto por punto, lo que consideran un trato injusto y desproporcionado hacia sus futbolistas.

El Real Madrid indignado

La acción que detonó el enfado llegó en un partido ya marcado por la igualdad y la tensión. Huijsen, en una disputa a destiempo, vio la cartulina roja directa en una decisión que desde el mismo instante generó controversia. Para el colegiado, la entrada del central merecía la sanción máxima; para el Real Madrid, fue un castigo excesivo, impropio del contexto del juego y una muestra más de lo que consideran un patrón de persecución arbitral, porque estaba Militao cerca.

En el club la indignación es mayúscula. La directiva blanca entiende que sus jugadores están siendo juzgados con un rasero diferente al del resto de equipos de la categoría. Por ello, la intención es elaborar un informe exhaustivo con imágenes, estadísticas y comparaciones que se enviará no solo a los órganos nacionales, sino también a la máxima autoridad del fútbol mundial. El objetivo: hacer sonar la alarma en instancias internacionales y dejar constancia de que la paciencia del Real Madrid con el arbitraje español está en mínimos históricos.

Pero la tormenta no se detuvo en Anoeta. Apenas un día después, la sensación de agravio se multiplicó cuando el Castilla de Arbeloa se vio envuelto en un episodio frente al Bilbao Athletic. El filial llegaba al duelo con la moral alta, pero el encuentro se torció desde el arranque. Un gol tempranero de Ibai Sanz en el minuto 3, tras una jugada ensayada impecable de los vizcaínos, colocó cuesta arriba el marcador para los de Arbeloa.

Una expulsión que nadie entiende

Lejos de venirse abajo, el Castilla buscó el empate con insistencia, acumulando hasta cuatro córners consecutivos en la media hora de juego y rozando el gol en acciones a balón parado. Sin embargo, en el minuto 30 llegó el primer aviso: Cestero fue amonestado por una entrada a destiempo. Apenas nueve minutos después, el propio jugador vio la segunda amarilla por llegar tarde a un balón dividido. El colegiado no dudó en mostrarle el camino de los vestuarios, dejando al filial con uno menos durante toda la segunda parte.

La jugada encendió la protesta de Arbeloa, que pidió revisión de la acción en el VAR, pero el árbitro, aunque la vio, se mantuvo firme en su decisión. Para el técnico, y para el propio club, lo ocurrido no fue una simple aplicación del reglamento, sino otro ejemplo de cómo se sanciona con mayor severidad al Real Madrid y sus canteranos. Para más inri, en el minuto 42 el Bilbao Athletic estuvo a punto de ampliar la ventaja con un remate de Buján que se estrelló en el palo, cerrando una primera parte de dominio rojiblanco y frustración blanca.

El descanso llegó con 1-0 en el marcador, con la sensación de que al Castilla le esperaba un segundo tiempo heroico con un jugador menos. Pero más allá del desarrollo deportivo, lo que caló en Valdebebas fue la percepción de un mismo guion repetido en cuestión de horas: expulsiones rápidas, decisiones dudosas y un impacto directo en los resultados de los equipos madridistas.