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Fútbol

El Real Madrid, menos equilibrio defensivo, pero igual de inmortal

Este Madrid se defiende peor que la temporada pasada, pero es contundente arriba y el día 26 va a jugar ante el Barça la final de la Copa del Rey, su cuarta final del curso

Rüdiger y Arda Güler crearon el gol que dio al Madrid el pase a la final de Copa JUANJO MARTINEFE

Una noche que podría ser más o menos tranquila con el gol de ventaja del partido de ida, se convirtió en una locura más propia de las remontadas del Real Madrid en la Liga de Campeones que de una semifinal de la Copa del Rey. Pero es que este Real Madrid no entiende de días plácidos, vive más cómodo en la incertidumbre y ya no es que elija los partidos en los que darlo todo y en los que poner el piloto automático, es que parece que incluso dentro de un mismo encuentro decide en qué momento apretar el acelerador. Ante la Real Sociedad, se enchufó cuando se vio eliminado con el 1-3, y respondió con dos goles muy seguidos para volver a ponerse por delante.

Es la característica del equipo este año, como ya ha dicho alguna vez Carlo Ancelotti. Este Madrid tiene menos capacidad defensiva que otros que ha dirigido el italiano, pero a cambio es muy contundente en ataque y con su pegada arregla los desajustes atrás. Con la temporada ya en su recta final no parece fácil que vaya a cambiar ahora su estilo el Real Madrid, que ya tiene garantizada su cuarta final del curso. Ya ha disputado y ganado las de la Supercopa de Europa y de la Copa Intercontinental, mientras que no pudo levantar el título en el partido definitivo contra el Barcelona en la Supercopa de España. Además, hacía bastante tiempo que no se plantaba en abril con opciones de conseguir el triplete de los títulos más importantes, con lo que, a pesar de las críticas, a ver quién se atreve a decir a los futbolistas del conjunto blanco que la fórmula no da resultados.

A ellos les funciona y no tienen problema en ponerse un poco al límite para luego conseguir el objetivo que buscan. «Encajar cuatro goles no es bueno, pero es muy bueno hacer cuatro, y pudimos hacer alguno más. Lo dije el otro día, este es un equipo que tiene muy poco equilibrio en defensa, pero que tiene mucha efectividad en ataque, porque marcar cuatro goles a la Real Sociedad no es tan sencillo», reconocía Ancelotti después de la locura de la vuelta de las semifinales de Copa.

«Fue un partido con muchos goles, muchos errores y cosas buenas también. Hemos cumplido el objetivo, estamos en la final otra vez y a seguir, porque no hay tiempo para pensar mucho», continuaba el técnico del Real Madrid, presumiendo de la pegada de los suyos sin dejar de reconocer los desajustes atrás.

Le costó a los madridistas defenderse bien en las jugadas a balón parado, pero a cambio hicieron dos goles de esta forma, el de Tchouameni y el definitivo de Rüdiger, cuando este curso les había costado mucho anotar de esta manera. Entre las cosas buenas que enumeraba Ancelotti, el último tramo de semifinal de Vinicius, que después de una conversación con su entrenador se convirtió en un peligro por la izquierda. Lideró la remontada con la asistencia del 2-3 y martirizó a la Real en el tiempo añadido. «Ha cambiado el ritmo y ha sido determinante al final. Ha mostrado toda su calidad», le elogiaba su entrenador.

Bellingham fue otra de las buenas noticias para el madridismo, una vez más un enorme partido del inglés sin regatear un esfuerzo y con un remate complicadísimo en el 2-3. Endrick volvió a marcar y le dio un respiro a Mbappé, confirmando que el arsenal ofensivo es suficiente para compensar la falta de equilibrio defensivo.