Fútbol
Real Madrid - Valencia (5-1): El Madrid se pone brasileño
Dos goles de Vinicius y de Rodrygo más el tanto de Carvajal dieron la mejor victoria al equipo de Ancelotti esta temporada. El Valencia, empezó bien, pero apareció Lunin
Bailaron Camavinga y Vinicius tras uno de los goles, pero bailaron Vinicius y Rodrygo antes de los goles, en el campo, jugando al fútbol, los dos brasileños encendidos, como si se hubiesen quitado un peso que les tenía agarrotados y se soltaran definitivamente contra un Valencia optimista al principio y sin respuesta después, cuando el Madrid empezó a bailar y a correr y no hubo manera de pararlo. El equipo de Ancelotti disfrutó como pocas veces lo ha hecho esta temporada, cuando en tantos partidos ha tenido que remontar o le ha faltado eficacia en la portería rival. Nada de eso sucedió contra el Valencia: fue un Madrid ligero, a campo abierto, de rápidas transiciones y con los dos delanteros arribal flotando, felices y encontrándose con mucha facilidad para hacer mucho daño al rival.
No estuvo en la fiesta Bellingham, con problemas aún en el hombro, pero esta vez, como en el encuentro de Champions, el Real Madrid no le echó de menos. Bellingham es un súper clase pero daba la impresión de que el equipo se había acostumbrado tanto a sus goles, a depender de él, que cuando no aparecía o faltaba, le costaba ponerse en marcha y encontrar la portería contraria.
El encuentro contra el Valencia puso fin a ese síndrome y dio la bienvenida a la temporada, al lado bueno del fútbol, a Vinicius y Rodrygo, amigos fuera del campo y muy cómplices dentro. Cuando pueden correr, en cuanto encuentran un espacio, son zipi y zape, aunque ellos no lo sepan. Traviesos y con unas ganas terribles de pasárselo bien. Y como son muy buenos, hacen todo con rapidez y precisión. Si ellos se lo pasan bien, disfruta todo el mundo. Y así, enseñan al mundo un nuevo remate: un remate en plancha, con el pecho. Lo hizo Vinicius, en su primer gol. Decidió rematar de cabeza un centro de Rodrygo, que no iba muy alto ni muy bajo, pero cuando le llegó, Vini consideró que era más fácil darle con el pecho. Di Stéfano inventó el gol de tacón, Pelé el no gol tras un regate sin tocar la pelota, Raúl esa vaselina sin fuerza y Vini un gol con el pecho, tirándose en plancha.
Es verdad que al estado de ánimo del Real Madrid ayudó el gol de Carvajal, otro futbolista que está teniendo un rendimiento espectacular. Pero Carvajal desde el principio. Respetado por las lesiones, cada vez más sabio, tan competitivo como siempre, pero más goleador que nunca, Carvajal desnivela los partidos desde su banda. Marcó el primer gol tras un gran control a un pase de Kroos y un remate con la izquierda desde lejos. Por fin el Real Madrid aprovechaba los primeros minutos para marcar y no para pegarse un tiro, como acostumbraba.
El gol del Madrid dio un aire inesperado al encuentro: cierta irresponsabilidad, mucha prisa por llegar a la portería sin esperar a nadie. El Valencia dio ahí su mejor nivel, intentando que el gol no le pesara y buscando los desmarques de Hugo Duro. El Madrid se dejó hacer: quería espacios para que los brasileños corrieran. Kroos intentaba mandar en el centro del campo, pero era un choque mucho más tipo Camavinga, dispuesto a aprovechar los minutos en el centro del campo que le está dando la baja de Tchouameni.
Si el Valencia no hizo daño cuando llegó al área blanca fue porque Lunin ha dado el paso adelante que hasta ahora no se le veía. El tímido portero ucraniano parece que ha roto con su papel secundario. Paró un penalti en Champions que salvó al Madrid de empezar torcido y contra el Valencia sujetó al equipo cuando peor estuvo defensivamente. Un par de buenas paradas para acabar con la esperanza valencianista. Baraja ha construido un buen equipo de la necesidad, un grupo de futbolistas jóvenes y sin miedo. Y así se mostraron durante la primera parte en el Bernabéu.
Pero después, la juventud alegre del Real Madrid fue muy superior. El gol de pecho de Vinicius puso fin al partido. La jugada, por cierto, empezó con un caño de Carvajal a Rodrygo.
Los dos tantos fueron un mundo para el Valencia, que ya no se vio con ánimo para seguir jugando al mismo ritmo que en la primera parte. Si la defensa valencianista no había sido su zona más fuerte en la primera parte, se rompió definitivamente tras el descanso, con la tristeza de quien ya sabe que sólo le queda no recibir muchos golpes.
Vini y Rodrygo ya no querían parar. El primero hizo el tercer tanto de un tiro desde fuera del área que no supo leer el portero valencianista y Rodrygo aprovechó una aparatosa salida del balón del Valencia para marcar su tanto, el que apuntala ya su recuperación. El siguiente la confirmó..
Con la goleada, Ancelotti hizo jugar juntos a Modric y Kroos, una situación que no se está dando mucho este curso. Ya no son la pareja de moda. Lo son los brasileños Vinicius y Rodrygo.
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