Fútbol

Osasuna-Real Madrid (1-3): Este líder se merece LaLiga

Con cuatro puntos más será campeón. Muy superior el líder en Pamplona, pese a que Benzema falló dos penaltis. Gran partido de Camavinga, Ceballos y Rodrygo

Asensio, Lucas Vázquez y Ceballos celebran uno de los goles del Real Madrid
Asensio, Lucas Vázquez y Ceballos celebran uno de los goles del Real MadridAlvaro BarrientosAgencia AP

Sin Modric ni Kroos (hasta el final) ni Casemiro ni Vinicius (hasta el final también), con Alaba sólo medio tiempo y con Benzema más obutso que nunca en el remate, el Real Madrid volvió a dar en Pamplona otra lección de autoridad, y ya van muchas en esta Liga, y ya está a sólo cuatro puntos de llevarse un campeonato que se ha merecido como nadie. Los madridistas hacen cuentas y si el Barça no reacciona, les salen hasta para ganar el campeonato este domingo sin jugar, si el equipo de Xavi, en los dos encuentros que juega, empata uno y pierde otro. Sin embargo, no mira el líder hacia nadie más que a sí mismo, porque no le hace falta y porque va sobradísimo de confianza. Ancelotti ha manejado la plantilla con una exactitud asombrosa ante el escepticismo de muchos. No hizo rotaciones durante mucho tiempo para no tocar lo que funcionaba y sí las está haciendo ahora, cuando ha visto que futbolistas le respondían y cuáles no. Un ejemplo de los primeros es Ceballos, lesionado al principio, sin minutos después y uno de los mejores en Pamplona. Un futbolista con mucho movimiento y fútbol, un centrocampista que puede dar mucho en a un centro del campo contra el que es muy difícil competir. Otro que ha respondido es Camavinga, que no fue de los mejores en Sevilla, pero que hizo un clinic de mediocentro en El Sadar, tomando el mando del partido cuando la presión del rival no dio para más.

Aunque le costó un ratito, el Madrid cogió el balón y ya no lo soltó. Para entonces, el encuentro iba ya empatado a uno. El gol del Madrid, en una jugada de pizarra, porque está en ese estado en el que sale todo y el de Osasuna aprovechando el activo comienzo de Chimy Ávila por la banda derecha y los remates de Budimir. Varias veces hizo el equipo local esa jugada. Una no fue gol por un pelo, la siguiente sí. El empate rápido de Osasuna y la presión con la que comenzó el equipo de Arrasate daban a entender que el líder iba a vivir uno de sus partidos tan típicos en El Sadar, de mucho agobio y presión de un rival un estadio que se crecen contra el Madrid.

No fue así de ninguna manera. Pasado ese comienzo de muchas ganas y los golpes a goles, el Real Madrid, con su centro del campo inédito tomó el mando del encuentro y ya no lo soltó hasta el final. Si no ganó antes fue porque Benzema falló dos penaltis antes la estupefacción de todos y la alegría del portero Sergio Hererra. El primero lo lanzó a la derecha del portero y por abajo. El segundo, unos minutos después, fue una guerra mental: Benzema pensó que Herrera iba a lanzarse al otro lado porque pensaba que él lo iba a tirar hacia otro lado. Pero Herrera pensó que Benzema pensó que él pensaba que iba a cambiar de lado, así que se lanzó al mismo sitio, donde fue, de nuevo la pelota. El mejor rematador de LaLiga tiró dos goles por la borda. Así de inexplicable es el fútbol y todo lo que nos pasa.

Pese a los penaltis, el Madrid controlaba la situación porque tenía la pelota y porque había llegado al descanso gracias al gol de Asensio en una jugada protagonizada por los dos mejores: Camavinga y Ceballos, que acabó rematando Asensio. El mallorquín estaba más o menos apagado, sin aparecer mucho por su lado y sin embargo, marcó el tanto que finalmente dio la victoria. Así es él y así hay que quererle.

Porque la profundidad del Madrid llegó por el lado de Vinicius, sin Vinicius. Rodrygo se cambió de banda y volvió a ser el futbolista que tanto ha dado al equipo en estos últimos encuentros. Rápido y profundo, encaró siempre y con éxito la mayoría de la veces. Fue un peligro constante. Su final de temporada está siendo extraordinario, un jugador a tener en cuenta para el futuro, si mantiene este nivel durante más partidos.

Ni siquiera los dos penaltis fallados interrumpieron la concentración del Real Madrid, que ve LaLiga tan cerca que la quiere ya. El segundo tiempo, como el primero, fue un monólogo blanco. Osasuna nunca encontró la manera de quitarle la pelota y sus llegadas al área de Courtois fueron esporádicas, sin amenazar la victoria del Madrid. El resultado corto le daba una pequeña esperanza, pero es que no tuvo opciones reales. El tanto de Lucas Vázquez lo confirmó

El Madrid fue acabando el choque con los jugadores habituales, con Kroos y Vinicius, mientras esperaba a que se vea que tiene Alaba, con un problema muscular. En una semana espera al City. LaLiga, por derecho, ya es suya.