Fútbol
Cádiz-Real Madrid (1-1): Lunin amarga al Cádiz
El portero suplente del conjunto blanco hizo un gran partido y detuvo un penalti a Negredo. Los locales, que estuvieron cerca de la salvación definitiva, se meten en un lío
Negredo tuvo un penalti de esos que dan toda una vida para derrotar al Madrid de las rotaciones y sentir más cerca el hálito de la vida. Esos momentos casi de todo o nada. Pero su tiro bajo y él creía que ajustado, lo paró Lunin, un portero invisible casi toda la temporada, que está aprovechando estos partidos para ir dejando miguitas de su calidad, para que su nombre empiece a tener peso bajo la larga sombra de Courtois. Fue el mejor del campeón de LaLiga, parando el penalti y un par de paradas más que frenaron al Cádiz y lo dejaron con todo por hacer y con desventaja para el final de LaLiga.
Lunin mostró que es un portero válido mientras que Rodrygo confirmó que es un futbolista para el Real Madrid y para plantearse que quizá la suplencia se le queda corta. Apenas estaban los dos equipos midiéndose cuando el brasileño se inventó una de las jugadas de la temporada, arrancando en el centro del campo y dándosela a Mariano para que el delantero marcase su primer gol de la temporada. No tiene pinta de que vaya a tener más opciones, este año y ya no tiene sentido que continúe el próximo. Mariano, a diferencia de Rodrygo, no ha pegado el salto del brasileño. También es verdad que la comparación es injusta: lo que ha hecho el brasileño este curso es tremendo, peleando por un sitio con goles cruciales o jugadas fantásticas como la del Cádiz. Si no va a ser titular en París es porque Ancelotti no se atreve ya a jugar sin Valverde y todo lo que le da en el centro del campo.
Esa duda entre el brasileño y el uruguayo ha sido una constante en estos últimos encuentros de la temporada, pero la ha ganado el segundo porque da más consistencia atrás. Son dudas que quedan dos semanas para resolver todavía, mientras acaba LaLiga.
El Cádiz se encontró con un Madrid que piensa en esas cosas, menor por las ausencias, pero igual de resistente. Hay que hacer mucho para derrotar a este equipo y el Cádiz no lo hizo. El equipo de Sergio jugó con angustia y el Madrid liberado. También se puede leer que el Cádiz jugó con necesidad y el Madrid sin ninguna urgencia. Por eso, cuando el conjunto local le puso intensidad, al Madrid le costó más seguirlo. Si le salen las cosas bien, el campeón va como una moto; si le aprietan, resiste, pero no se preocupa porque no hay nada en juego.
Eso lo está llevando al límite Militao, al que Ancelotti necesita explicarle que no puede perder la concentración como le está pasando en un mes en el que se ha dejado ir. Al brasileño se le está haciendo larga la temporada y del defensa expeditivo de muchos días ha pasado a ser el central que se equivoca en casi todas las decisiones importante. Si es preocupante o no se verá contra el Liverpool.
De un error de Militao llegó el empate del Cádiz y eso cambió el rumbo del encuentro. Desde entonces, el Cádiz y su afición pasaron de la alegría de estar casi salvados a verse al final, con una montaña por subir. El Madrid se defendió con Lunin salvando los errores de Militao y buscando los huecos del rival si llegaban. Para aprovecharlos, sacó Ancelotti al campo a Hazard, que volvió de la lesión y puso ganas. A ver si después, por fin, y sin placa, llega su fútbol.
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