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Selección Española

Sergio Asenjo: «Los que critican a Casillas no saben mucho de fútbol»

Sergio Asenjo disfruta de su primera llamada con La Roja tras dos lesiones

La Razón La Razón

Es su primera convocatoria con la absoluta, pero la Selección no es algo nuevo para Sergio Asenjo (Palencia, 1989), que pasó por todas las categorías desde la sub’16 a la sub’21 antes de la llamada de Del Bosque. El guardameta del Villarreal atiende a LA RAZÓN en la mañana del domingo, antes de viajar a Holanda donde hoy podría debutar con La Roja. «He luchado por mis sueños y mi sueño era vestir algún día la camiseta de la Selección absoluta. El camino no ha sido fácil, pero he puesto todo de mi parte, he trabajado muy duro y con 25 años estoy en uno de los mejores momentos de mi carrera y disfrutando mucho. Ahora llega la recompensa a ese trabajo», asegura.

En ese camino hubo un debut precoz en Primera División. A los 18 años ya era el portero del Valladolid y se le comparaba con Casillas. A los 20 fichó por el Atlético. Y allí su carrera se torció por culpa de una lesión de rodilla que se repitió cuando intentaba rehabilitarse en el Málaga. «Para mí no es que me haya roto dos veces, es que la primera no salió bien. No me encontraba a gusto después de la primera lesión, la rodilla no había quedado bien, no estaba a gusto en el terreno de juego y sabía que la cosa no iba bien. Cuando me dan la noticia de que se ha roto lo que me pusieron, lo que quería era que me lo pusieran del todo bien y poder ser yo mismo en el campo. Y así fue. Cuando las operaciones salen correctamente no hay ningún tipo de problema», afirma. Fue un golpe temprano que parecía capaz de romper un prometedor futuro. «Me tocó vivirlas muy joven. Con 20 años la primera, la otra con 21, y son momentos difíciles que hay que asumir y madurar para no venirte abajo. Desde que salí del Atlético dirección Villarreal las cosas me han empezado a ir fenomenal, disfrutando de muchos minutos, con la confianza de un gran equipo y creo que los resultados ahí están, incluso antes de lo esperado», dice.

Su paso por el Atlético no fue como imaginaba. «El Atlético al que llegué no era el que es hoy en día. Había demasiados problemas, yo llegué con 20 años, no fue fácil para mí, pero no me arrepiento. Creo que todo en la vida sirve para mejorar y mi paso por el Atlético de Madrid me sirvió para madurar, para ser más fuerte y he dejado amigos allí que son para toda la vida, como Mario, Juanfran y Koke, que están aquí. Me quedo con lo bueno y lo malo lo olvido», asegura.

Allí coincidió con De Gea. Y si Sergio no se hubiera lesionado, es posible que el camino del actual portero del Manchester United hubiera sido diferente. Pero prefiere no pensarlo. «Esto es fútbol y en la vida las cosas pasan por algo. David aprovechó la oportunidad», dice. «Tiene unas condiciones terribles, está en uno de los mejores equipos del mundo haciendo unas grandes temporadas. Está a un nivel espectacular y se puede ver que ya es un fijo en la Selección», añade.

Pero el referente en La Roja sigue siendo Casillas, el modelo en el que Sergio se fijaba en sus comienzos. «Para mí es el mejor portero de la historia. Poder compartir vestuario con él es un placer, es un máster en fútbol. Intento ser una esponja cada vez que estoy a su lado», confiesa. Y no entiende mucho que se dude del capitán del equipo que ha ganado dos Eurocopas y un Mundial de manera consecutiva. «No es fácil estar tantos años en el Real Madrid y en la Selección al nivel que ha estado, que ha sido espectacular. Cuando tienes una carrera tan larga, tienes momentos buenos y menos buenos, pero les pasa a todos. Está a un nivel muy muy bueno en el Real Madrid, todos los días se somete a una presión muy grande y creo que la gente que le critica no entiende mucho de fútbol», asegura.

Ahora, la ilusión de Sergio ya no es parecerse a Casillas. Su objetivo es llegar con él a la Eurocopa de Francia y, si es posible, debutar con La Roja. «Es la primera vez que vengo, estoy aquí para aprender y para intentar demostrar que estoy capacitado para volver. Intento demostrar que no se han equivocado con mi convocatoria, que estoy preparado y si llega ese momento, será el más feliz de mi vida. Pero tampoco me he parado a pensarlo».