Centenario del Rayo Vallecano
Ignacio Pato: «Si Vallecas fuera independiente, el Rayo sería su selección»
El Rayo Vallecano cumple hoy cien años. En «No es fiera para domar» el autor recorre una historia donde se mezclan la personalidad del club y la del barrio
El Rayo Vallecano se hace centenario e Ignacio Pato (Madrid, 1981), vallecano de Moratalaz, decidió reflejar en un libro, «No es fiera para domar» (Altamarea) esos cien años de historia que conectan al equipo con su gente y con su barrio. Un fenómeno diferente a cualquier otro club de la élite, una historia que habla de un territorio de resistencia y de acogida. Una historia resumida en una frase de la canción que ponía sonido a la película La Estanquera de Vallecas que da título al libro.
¿Vallecas y el Rayo se entienden el uno sin el otro?
Para mí no. No se entienden. A ver, si se podrían entender, tampoco hay que exagerar. A mí donde se me genera todo el interés es en la mezcla de todo ello Con los años se me ha exacerbado el interés mezclando lo que es el fútbol, el deporte, el juego, con todo el contexto social y Vallecas y el Rayo creo que ofrecen eso a personas como yo, que les interesen ambas cosas. Le ofrece esa unión, esas historias paralelas que para mí se entrelazan mucho. Son paralelas, pero si que se tocan de vez en cuando bastantes veces en en la historia. Y hay algo que yo pienso, no sé si es un poco pedrada pero si Vallecas fuera independiente antes que himno o bandera tendría una selección de fútbol, que es el Rayo. Eso no pasa en en muchos sitios así, por lo menos que me vengan a la cabeza. Yo te resumiría con esa frase, con esa ocurrencia, que Vallecas y el Rayo, no voy a decir que sean la misma cosa porque tampoco creo que sea conveniente exagerar y no todos los rayistas son de Vallecas. Creo, sin embargo, que el Rayo tiene ese arraigo fuerte todavía y lo conserva a la altura que estamos del siglo XXI con todo este fútbol negocio y una de las claves del atractivo que tiene el Rayo tanto para su gente como para la gente de fuera es cómo consigue proteger ese arraigo.
El Rayo no ha perdido esa esencia. El barrio le traslada su personalidad y el equipo la conserva.
Yo diría que se retroalimentan. Vallecas es uno de esos lugares en los que pasa algo que que pasa en ciudades muy particulares como Marsella o Nápoles, que son ciudades de 1000000 de habitantes aproximadamente. Son ciudades muy pasionales, muy futboleras, en las en las que sólo hay un equipo de fútbol grande, de élite.Y es muy curioso que pase también en un barrio de clase trabajadora de Madrid como es Vallecas, que hay mucha gente que no sigue al equipo activamente, que no conoce a lo mejor jugadores de la primera plantilla o que no sabe a cuántos puntos está el objetivo de la temporada o lo que sea, pero que sabe cómo va el equipo. La gente, incluso aunque no sea muy futbolera, sabe cómo va el cómo va el equipo o algo que incluso es más bonito, no lo sabe a ciencia cierta pero lo intuye por cómo está la gente, por cómo están los ánimos, si la temporada está siendo buena o mala. La afición está respondiendo y está respondiendo más que nunca. No hay más que ver esta temporada que a nivel futbolístico no ha sido demasiado buena, demasiado atractivo lo que se ha visto en el campo, pero desde luego la gente, la afición, el rayísmo, ha estado más enchufada que nunca. Vallecas y el Rayo se retroalimentan y si lo que pasa en el campo no ayuda, no tira, no hay que preocuparse porque también está la gente fuera, que verdaderamente es el el motor del equipo, del escudo y de la franja.
¿Y tendría sentido un estadio fuera de Vallecas?
Para mí, no. Hemos visto en el fútbol negocio un amplio abanico de tropelías. Y para mí eso sería una tropelía en el sentido de que se despatrimonializaría el Rayo pero también Vallecas. Porque el Rayo necesita a Vallecas, pero yo creo que es interesante subrayar que Vallecas también necesita en cierta manera al Rayo. Para quien no conozca mucho Vallecas el estadio está en el punto central históricamente hablando, socialmente hablando, comercialmente hablando de Vallecas. En lo que fue históricamente el núcleo urbano del municipio de Vallecas, que es la avenida de Albufera, la gran avenida. Si Vallecas fuera una ciudad, porque tendría 350000 habitantes sumando los dos distritos, sería la gran arteria principal, lo que sería en cualquier ciudad de España la Gran Vía, por así decir, comercial, social, donde la gente hace vida, va a pasear, hace las compras o se va a cenar a un restaurante. Desde el estadio del Rayo al centro, a la Puerta del Sol puedes ir en Metro en aproximadamente 15 minutos. Con esto quiero decir que el Rayo está en un sitio no privilegiado porque no me gusta esa palabra, es el sitio en el que debe estar. También es un lugar histórico para el fútbol madrileño y nacional. Ya jugó allí el Racing de Madrid, precisamente poquito después de nacer el Rayo, que es de los años 20. El Atlético de Madrid en su momento también jugó allí. Es un estadio que habría también que recordar que durante poquito tiempo, un mes o así, también fue campo de concentración al acabar la Guerra y en esto habría que hacer más hincapié en el sentido de patrimonio o de memoria histórica, mejor dicho. Creo que el Rayo perdería bastante masa social por el camino. Ya pasó a mediados de los 70, cuando el Rayo tuvo que irse a Vallehermoso a jugar, bastante lejos además para la época, que no había medio de transporte. Creo que sería muy negativo. Las opciones que se han barajado, por ejemplo salió el nombre de Valdecarros, que está a la misma distancia del estadio del Rayo que ya de otro municipio como Rivas. Es una de las zonas, uno de los paus donde más carencias de equipamientos sociales hay. Cambiaría muchísimo el contexto concreto de lo que es el equipo, la casa del rayismo. Pasaría de jugar en un centro urbano que da muchas facilidades a la gente para reunirse allí, para hacer piña en comunidad, las previas, todo esto, a convertirse en uno más, en un equipo más que juega en un estadio alejado de donde vive la gente o la mayoría de la masa social y donde es todo más árido, más frío. Pondrían algún centro comercial por allí, es que esta ya nos la sabemos. Ya ha pasado en otros campos, hay campos en Europa que están lejísimos, el estadio de la Juventus, por ejemplo, que estaba bastante lejos. Y eso al final desanima bastante de lo más bonito del fútbol, que es ir al estadio. Y lo que fomenta al final es por un lado el turismo y sobre todo al espectador pasivo, el rol al que están intentando imponer los poderes del fútbol al aficionado, el de consumidor, cliente que pueda adquirir merchandising en un momento dado y sobre todo, ver los partidos de su equipo por televisión.
«Si saliera de Vallecas el Rayo pasaría de jugar en un centro urbano que da muchas facilidades a la gente para reunirse a convertirse en uno más, en un equipo que juega en un estadio alejado de donde vive la gente o la mayoría de la masa social y donde es todo más árido, más frío».
¿El traslado se cargaría un poco la personalidad del Rayo? Es un club que mantiene vivo el fútbol de siempre, donde los jugadores todavía se mezclan con la afición.
Creo que tiene que ver también con la cercanía que que es capaz de generar la afición. Yo a los jugadores les doy mucho mérito. Creo que tiene mucho mérito que un jugador profesional de fútbol, de élite, de Primera División, de una de las ligas más importantes del mundo tenga esa sensibilidad, no sé cómo llamarlo, de estar un poco abierto a escuchar a los aficionados. Pero también creo que tiene mucho mérito la afición del Rayo. Vallecas es un lugar en el que no se pita y no se critica a los propios jugadores. Hay muchísimo cariño, hay respeto. No se presiona en el mal sentido a los jugadores, no se les invade, no se les acogota por la calle y cosas así. Yo creo que es un sitio muy cómodo y sobre todo muy bonito para un futbolista. Pero ellos tienen mérito de escuchar y de dejar sentir lo que la afición les transmite, con el calor que da en los partidos. Eso los jugadores lo notan y los jugadores te lo dicen. Hablé para el libro con Alberto García, exportero y capitán y el recuerdo que tiene de Vallecas es espectacular. Él me decía que le recordaba al fútbol que jugaba cuando se estaba formando en categorías inferiores. Un fútbol más auténtico, más directo, más popular y eso yo entiendo que al jugador profesional eso le le tiene que que llenar igual que les pueden llenar obviamente los títulos y el competir deportivamente. Yo estoy segurísimo de que ese cariño se nota en el campo y es un plus que no está pagado con dinero
Supongo que eso tiene que ver también con que Vallecas sigue siendo un barrio de acogida. Lo fue en su momento, cuando se creó, y ahora sigue acogiendo al que llega y el que llega sigue haciéndose del Rayo.
Yo creo que uno de los puntos fuertes de Vallecas y del rayismo es ese, cómo a lo largo de los años se construyen con gente que viene de muchos sitios, especialmente desde Madrid hacia el sur, zonas de Extremadura, de la Mancha, de Andalucía. También había gente del norte, de Asturias, de Cantabria, que además tienen importancia porque fundaron vaquerías también importantes a nivel socioeconómico. Vallecas es multiorigen. En los años 90 cuando se dan en España los problemas de racismo más graves, más mediáticos, también es cuando está en Vallecas Wilfred, uno de los grandes mitos del rayismo y no sólo por las paradas que hacía en el campo. Y es muy interesante cómo a partir de esos años 90 y sobre todo en este siglo también el rayismo ha ido adquiriendo esa conciencia de que Vallecas es un lugar abierto yo diría que no por elección, porque se ha construido con gente de fuera. Creo que esa sensibilidad está en la gente que ha venido de fuera y en las generaciones que les han seguido que tiene más fácil entender a quien viene de fuera. Podemos decir sin equivocarnos que en el estadio se ha construido o se está construyendo un espacio libre de racismo, un espacio en el que cualquier persona venga de donde venga en principio puede sentirse a gusto .Eso parece un básico y en el fondo es un básico en cuanto a derechos sociales, humanos casi te diría, pero no olvidemos que estamos hablando de fútbol y el fútbol tiene un historial bastante duro de xenofobia, de racismo y creo que es importante que Vallecas hoy en día sea de esos estadios en los que ir al fútbol sea también sinónimo de acogida, de normalidad y de pasarlo bien.
«En el estadio se ha construido o se está construyendo un espacio libre de racismo, en el que cualquier persona venga de donde venga puede sentirse a gusto»
Explica mucho también lo que es el Rayo y lo que es el barrio que el el único mural que hay en el estadio se ha dedicado a Wilfred y no a Felines, a Tamudo, a Hugo Sánchez o a Fernando Morena.
Una de las cosas interesantes es que lo que pasa en el terreno de juego no es principal, no es lo único que se cuenta. Ha mencionado grandes jugadores, uno de los mejores jugadores que ha jugado en el Rayo en la historia es Fernando Morena, el uruguayo. que ese año además marcó bastantes goles en el 80 y el Rayo descendió. Fernando Morena dejó un recuerdo súper bonito, sobre todo en los aficionados más veteranos. De hecho si preguntas a muchos aficionados veteranos que tuvieron la suerte de ver a jugar a Morena, porque a mí me ha pasado, algunos te dirán que el mejor jugador de la historia del Rayo fue Fernando Morena. El mejor jugador que ha vestido la franja. Creo que la figura de Wilfred es fundamental. Yo, por edad, me acuerdo perfectamente de de esa época, de verle jugar. Además, coincidió con una época de adolescencia mía superfutbolera y lo tengo superpresente, pero lo bonito es que las generaciones que no han conocido cuando Wilfred jugaba, no le han podido ver en en directo tienen muy presente lo que significa la figura de Wilfred en muchas partes, en el estadio, en cualquier tipo de merchandising que hace la afición, en el recuerdo, en las conversaciones de la gente más mayor o que pudo verle jugar. Y lo bonito de todo esto del caso de Wilfred, es cómo se mantiene vivo el recuerdo de la persona, del portero también, porque no olvidemos que Wilfred era muy buen portero, y del símbolo. Cómo se mantiene la figura en esos tres frentes, la persona, el portero y el símbolo. Me gusta muchísimo que donde está el mural de Wilfred sea en la puerta 1, que además lleva su nombre y es uno de los lugares más de paso, incluso para la gente que no va al estadio, en la Albufera enfrente de un paso de peatones. A mí me gusta, me hace ilusión que gente que a lo mejor pasa por allí y no le interesa el fútbol pasa un día de diario, por la mañana o por la noche, ve allí el nombre de Wilfred en la puerta y el mural y que Vallecas es un lugar libre de racismo. A mí eso me gusta mucho y me genera esperanza.
¿Cómo explica la falta de actividad del club en el centenario?
Dejadez es una una de las palabras, falta de cariño, falta de cuidado, falta de escucha. Yo estoy convencido de que el rayismo y Vallecas merecen mucho más. A mí personalmente me duele. Tengo una visión ambivalente con esto. Por un lado me duele. Me duele que al rayismo y a Vallecas se les menosprecie así, desde arriba, desde el punto de vista institucional, que no se les cuide, que no reciban el cariño y el cuidado que el rayismo yVallecas ponen en todo lo relativo al Rayo y en lo relativo al centenario. Por otro lado también hay que sacar pecho y músculo. Estamos viendo el músculo popular de la afición organizada que lleva adelante un montón de actos, un montón de merchandising. Todo lo bonito y cuidado y esforzado que veamos en torno al centenario del Rayo lo está haciendo la gente, lo está haciendo la afición, el rayismo y lo está haciendo Vallecas. Todos los actos que tienen sentido, un tifo espectacular en el estadio en el último partido, que conlleva muchísimo trabajo y preparación, organización, nervios. Y todo eso lo lo está haciendo el rayismo, lo está haciendo la gente y me pesa más esta segunda parte, como de orgullo y de optimismo. Esta primavera centenaria que está viviendo Vallecas va a tener para el rayismo un montón de recorrido en la memoria. Creo que la gente lo va a recordar con una sonrisa, pese a las trabas y pese a la inacción y a la dejadez institucional, creo que la gente dentro de unos años va a recordar esta primavera centenaria del Rayo con orgullo, con una sonrisa y pensando joder qué bonito estuvo y qué bien me lo pasé. Y cómo nos lo merecemos.
El músculo social ya se demostró, por ejemplo, con las protestas por el fichaje de Zozulya.
Sí es un ejemplo de cómo una afición de fútbol organizada puede elevar su voz, al fin y al cabo. Es una afición dando su voz sobre sobre algo que creo que es muy importante. Se nos quiere desde las altas instancias del fútbol imponer este mantra de que el fútbol es sólo fútbol, de que sólo importa el balón y lo que pase dentro del campo de juego. Y yo, sinceramente, como aficionado y amante del fútbol que soy desde pequeñito, desde desde hace ya muchos años, cada vez tengo más claro que esta visión del fútbol solo centrada en lo que pase en el terreno de juego está menospreciando el fútbol. Y esta visión viene de gente normalmente o de estamentos, mejor dicho, que dicen hablar en nombre del fútbol y dice cuidar el producto. Son voces que te dicen que el fútbol es lo más importante, que está por encima de todo y yo, sin embargo, siento que eso está haciendo de menos al fútbol. El fútbol es mucho más, por eso a muchos nos atrapa tanto. El fútbol es un fenómeno popular, el fútbol es cultura. Es un fenómeno cultural de un nivel parecido al que puedan ser la gastronomía o la música en el sentido de lo que nos puede decir de la sociedad. Y está mucho más cerca de eso que de otros deportes, lamentablemente para otros deportes, más allá de que otros deportes puedan ser igual o más atractivos que el juego del fútbol, que es a la vez un juegos supersencillo. Yo creo que en el fútbol importa todo y el fútbol te está hablando de todo. Y en el caso que me menciona el fútbol te está hablando de sensibilidades sociales y de cómo una afición eleva su voz y cierra filas en torno a un concepto muy claro en Vallecas de que cualquier atisbo de de racismo o de nacionalismo excluyente o militarismo no casa con los valores de la franja.
El Rayo en Vallecas es mucho más que fútbol
Sí, sí, para mí sí. El Rayo es la excusa, me lo decía un un aficionado, el fútbol o el Rayo puede ser la excusa para juntarnos. Para ver a tu gente, para ver amigos a los que solo ves en el. Rayo para ver amigos a los que no ves habitualmente en el Rayo, pero ese día va a ir, para ver a gente que no va a ir al estadio porque no tiene entrada o luego se va a ir a otra cosa, pero que va a la previa para verte o para que tú te veas, para juntarte con familiares. Hay gente que va con sus hijos y sus hijas, hay gente adulta que va con su padre y a lo mejor con el nieto, es decir, tres generaciones. El Rayo es eso. Alguien te dirá que eso pasa en muchos equipos, sí, pero en Vallecas está muy claro que pasa eso Y además eso al ser un ambiente más de barrio, más reducido, lo hace todo más cálido. En los aledaños del estadio en días de previa hay electricidad en el ambiente, hay esa alegría de la gente que se reencuentra. No hace falta quedar con nadie en un sitio concreto porque ya te vas a encontrar allí con gente. Es muy difícil que alguien vaya solo y se sienta solo en Vallecas. Eso también creo que es muy importante y yo le doy mucha importancia a esto porque lo vuelvo a conectar con algo que está más allá del fútbol, con con un aspecto social que es que últimamente vivimos en una época que nos atomizan, nos aísla con. trabajos que alargan cada vez más los horarios. Y cada vez es más difícil ver a nuestra gente, amigos, familiares, etcétera, hacer planes. Hay una epidemia, yo creo, de cansancio generalizado Y sin embargo, cada quince días ahí está, un equipo de fútbol de barrio como es el Rayo en Vallecas que hace de pegamento social.
¿Qué pasaría si el Rayo lo compra un jeque?
Eso puede pasar. El fútbol es una isla no democrática, a veces no caemos en esto, incluso los propios aficionados. El fútbol no se rige por parámetros democráticos. El fútbol de élite, su gestión, me refiero. Y esto es un inconveniente muy grande. Desde principios de los años 90 con la ley de sociedades anónimas deportivas, los clubes dejan de ser clubes deportivos con voz y voto de sus aficionados, de sus socios y pasaron a ser empresa. Lamentablemente esto podría pasar, porque es el mercado, como diría aquel. Es el mercado y es la compraventa al mejor postor. ¿Qué pasaría? No creo que sea el escenario ideal para gran parte de la afición, en el sentido de que Vallecas no creo que sea una afición que se deje llevar por tantos de sirena. En Vallecas no se ansían títulos o un crecimiento deportivo espectacular. O ir a Europa. No quita el sueño. Por ejemplo, el año de Iraola, que no estuvo lejos de ir a Europa tampoco era una cosa que quitase el sueño. A mí eso me parece algo muy bonito en un mundo del fútbol que cada vez parece que está más regido por los objetivos deportivos y económicos. El Rayo y el rayismo, sobre todo, creo que tienen los pies en la tierra y no esperan ni necesitan salvadores. Otra cosa es el club deba estar saneado económicamente y que vaya a tener músculo financiero pero simplemente para poder seguir existiendo y para poder seguir ilusionando a la gente. Pero en principio no sería algo que pegara mucho con Vallecas y el rayismo, que llegue un poder económico que no tenga vínculo con el Rayo y con Vallecas y algunos ejemplos históricos tenemos ahí. En 2011, por ejemplo, se rozó la tragedia. Si no hubiera ascendido el equipo veríamos qué hubiera pasado con aquel Rayo de final de etapa de la familia Ruiz Mateos. Hay ejemplos de ciudades bastante importantes de fútbol, en las que la jugada de multimillonario como salvador de la entidad no acaba demasiado bien. Yo creo que es una figura del fútbol negocio que nos está recordando algo tan nefasto como que el fútbol no está regido por parámetros democráticos, sino que es un negocio, o sea, es parte del mercado.
¿Por qué elige un una frase de de la canción de la estanquera de Vallecas para el título?
Me gustaba el concepto de fiera porque creo que se adapta bien, que puede sintetizar bien lo que son Vallecas y el Rayo. No es una historia sólo del Rayo al uso. Es un intento de trazar una historia de Vallecas y del Rayo en paralelo. Me parece que se adaptaba bien como síntesis para ambas. Y en torno a esa palabra que ya tenía un poco en la cabeza, pues cada vez me retumbaba más en la cabeza la canción de Patxi Andión de La Estanquera de Vallecas, esa frase concretamente, y me parecía adecuado en el sentido de que tampoco es una frase que esté muy usada, muy manida, que era algo que también quería para el libro. Quería algo relativamente original. Y por otro lado me gusta mucho ese concepto de la fiera a la que se quiere domar, pero que no es fácil de domar. Y una fiera me gusta mucho que sea un concepto que alude a algo que puede estar en una posición de autodefensa pero también pasar al ataque. Eso me recuerda mucho a algo que se puede aplicar a un equipo de fútbol, en este caso al Rayo. Creo que todos los aficionados estarán de acuerdo en que les gustaría tener un equipo fiero, obviamente limpio deportivamente hablando, pero sí que defienda bien, que pueda atacar bien, que haga un buen contraataque, por ejemplo, que futbolísticamente es algo que me gusta mucho. Creo que también se puede aplicar a Vallecas a lo largo de su historia. Yo he descubierto, sobre todo antiguamente, hace cien años, 80, 70, cómo Vallecas en los medios de comunicación, en los periódicos de las épocas, aparecía realmente como una fiera en el sentido de algo ignorado pero algo también temido, algo menospreciado. Eso es algo que he ido descubriendo escribiendo el libro y al final con la canción de Patxi Andion, que también tiene la peculiaridad de que es posiblemente la película que si le preguntamos a la gente con qué película de cine asociarías a Vallecas, mucha gente, los más jóvenes no sé, pero los más veteranos sí te dirán La Estanquera de Vallecas, que todos sabemos que era una obra de teatro basada en un hecho real. Y tiene la peculiaridad de que La estanquera de Vallecas no está rodada en Vallecas, está rodada en lo que era antiguamente el barrio de Maravillas. Y eso también me gustaba porque volvía a poner sobre la mesa que Vallecas es un lugar del que se habla mucho, es es un lugar muy mencionado, es un lugar que la gente que no ha estado nunca conoce, aunque sea de oídas. Creo que también ahí el Rayo tiene bastante culpa positiva. Que a la vez es un lugar que resulta desconocido. Podemos conocer Vallecas de nombre, pero no lo acabamos de comprender. Me gustaba la frase, a mis editores también les gustaba. Y bueno, creo que intenta sintetizar un poco lo que es el Rayo Vallecano.
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