Selección femenina

Las jugadoras de la selección negocian poder marcharse de la concentración sin sanciones

El secretario de Estado para el Deporte hace de intermediario. La Federación prepara los primeros despidos solicitados por las jugadoras

MANISES (VALENCIA), 19/08/2023.- La centrocampista de la selección española Alexia Putellas, tras aterrizar en el aeropuerto de Manises (Valencia), este martes. Las jugadoras de la selección española femenina convocadas por Montse Tomé llegarán escalonadas al club Oliva Nova Golf en la localidad valenciana de Oliva, donde España empezará los entrenamientos de cara al primer choque de la Liga de Naciones contra Suecia. EFE/ Biel Aliño
Alexia PutellasBiel AliñoAgencia EFE

Sólo un monosílabo necesitó Misa para expresar el sentimiento de las internacionales españolas convocadas a la fuerza por la nueva seleccionadora. «No», contestó cuando le preguntaron si estaba contenta de estar en la convocatoria de Montse Tomé. No eran de felicidad las caras de las jugadoras. Ni las que se concentraron en Madrid, donde Tere Abelleira, Oihane Hernández, Eva Navarro y Athenea acompañaban a Misa, ni de las que viajaron directamente hasta Oliva para incorporarse a una concentración extraña, que cambia las comodidades de la Ciudad del Fútbol para entrenar en un campo sin luz artificial. Todo por escapar de la atención de los medios.

Las circunstancias tampoco ayudaban a mantener la normalidad. El avión que debía transportar a las jugadoras desde Barcelona salió con una hora de retraso por una avería. «No sé de qué tienen que proteger a Jenni, si está todo bien», decía Alexia Putellas. «Arropada por la gente sí, pero no por quien debería», decía Mapi León, una de las que renunciaron al Mundial y que ahora se ha visto forzada a acudir a la llamada de Montse Tomé. «No es un lugar seguro si vamos obligadas», añadía la defensa central del Barcelona. «He renunciado a mucho», decía Mapi antes de viajar hacia Oliva.

Allí las esperaba el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, que el lunes afirmó que habría que aplicar el reglamento y sancionar a las jugadoras que no se presentaran y el martes afirmó que estaba con ellas. «Lo que pasó ayer es inaceptable y así se lo he transmitido al presidente de la Federación, que no podía ser lo que estaba pasando y que sentía que mi obligación era estar del lado de las jugadoras», reconocía. «Lo mínimo es escucharlas y saber qué soluciones proponen», añadía.

«Las jugadoras con las que he hablado estaban muy mal», reconocía Francos. Y sentenciaba: «Hemos hecho el ridículo como país». El presidente del Consejo Superior de Deportes habló con la seleccionadora y con las futbolistas y propuso que la que no quisiera estar en la concentración pudiera ser desconvocada por la Federación y ser sustituida por otra jugadora sin sanción.

La Federación dio pasos para satisfacer algunas de las reivindicaciones de las jugadoras, pero en la dirección equivocada. El departamento de prensa que habitualmente acompaña a las internacionales, integrado por cinco personas, no viajó con las jugadoras que lo hicieron desde Madrid ni tampoco lo harán en el resto de los desplazamientos del equipo, excepto el viaje a Gotemburgo para enfrentarse a Suecia. El segundo paso para que las internacionales acepten seguir en la selección es que haya despidos en la Federación. El del secretario general, Andreu Camps, y el de Tomás González Cueto, el asesor jurídico externo para los que ya afilan la guillotina.

La primera en librarse de la convocatoria ha sido Esther González. La exdelantera del Real Madrid, que ahora juega en Estados Unidos en el Gotham, ha dejado su lugar a la jugadora del Sevilla Martín Prieto por lesión. Para ella es su primera convocatoria con la Roja, una muestra del acercamiento de posturas entre la Federación y las jugadoras, ya que en lugar de una de las capitanas elegida por Vilda no ha llamado su sucesora a ninguna de las 39 firmantes del comunicado en el que renunciaban a jugar con la selección.