RFEF

Las territoriales dejan caer a Villar

Ángel María Villar
Ángel María Villarlarazon

Villar devorado por sus «hijos». Al igual que Saturno el ex presidente de la Federación de Fútbol, imputado por corrupción e inhabilitado por el TAD, tras la petición del Consejo Superior de Deportes, está a punto de ser defenestrado por los presidentes de las territoriales, sus hombres de confianza, que han comido y bebido en su mano durante los últimos años.

Villar devorado por sus «hijos». Al igual que Saturno el ex presidente de la Federación de Fútbol, imputado por corrupción e inhabilitado por el TAD, tras la petición del Consejo Superior de Deportes, está a punto de ser defenestrado por los presidentes de las territoriales, sus hombres de confianza, que han comido y bebido en su mano durante los últimos años.

El próximo jueves la Junta Directiva de la Federación tiene prevista una reunión en la que se tomará una decisión definitiva. Esperan que antes de ese día Ángel María Villar haya presentado su dimisión. Ya le han pedido que lo haga, pero el ex presidente se aferra al cargo y, en principio, su descabellada idea, era recurrir a la inhabilitación para dentro de un año, si la Justicia no dicta antes otra resolución, volver a ser el «dueño» del fútbol español. Por eso, anoche los presidentes de las Territoriales, que han sido afines a Villar, mantuvieron una reunión para acelerar el proceso.

Son dieciséis los llamados barones –hombres de total confianza de Villar antes de que se hiciera pública la «operación Soule»–, los que quieren que lo deje definitivamente para que el fútbol y la Federación recobren la normalidad y el orden. Todos forman parte de una junta directiva en la que faltan Eduardo Herrera (Andalucía), Rafael Louzón (Galicia) y Óscar Flé (Aragón), que desde sus Territoriales han sido críticos con él y en las pasadas elecciones se decantaron por el apoyo a Jorge Pérez, el otro candidato.

El presidente en funciones de la Federación, Juan Luis Larrea, que no ha dudo en declarar su amistad con Villar, hace de interlocutor entre las partes. A Larrea se le ha hecho ver que lo mejor es que dimita. Una dimisión que llevaría a unas nuevas elecciones, que se celebrarían con la misma Asamblea elegida. Larrea, Luis Rubiales, presidente de la AFE, y cualquier otro candidato podrían postularse para el cargo si no hay un nombre de consenso.

En caso contrario, varios de los «barones» están dispuestos a promover una moción de censura a Villar para que «desaparezca» del fútbol español. De estas cuestiones es de lo que se habló anoche, pero hasta el jueves no parece que habrá una solución.