Final de la Champions
Manchester City-Inter. Guardiola completa su obra
El Manchester City gana su primera Liga de Campeones con un gol de Rodri y con una gran actuación de su portero, Ederson, en los minutos finales del partido
La historia parecía condenada a repetirse hasta que Rodrigo Hernández puso la pelota en una esquina de la portería de Onana. Un gol a veces es mucho más que esas tres palabras que definen la alegría en el fútbol. El gol de Rodri es una entrada hacia la historia, es el final de la obra de Guardiola en el City, al que ya nunca podrán reprochar que nunca ha ganado una Champions sin Messi. La ha ganado y es la primera en la historia del City, que ha pasado de ser el segundo equipo de Manchester a ser el primero de Europa. No fue el mejor partido de Rodri, que estuvo impreciso en los comienzos y cedió el protagonismo a Stones, el central al que Guardiola ha convertido en el segundo medio centro del equipo.
«Me gustaría decirte qué lecciones aprendimos de aquel día, pero no las sé», dijo Guardiola cuando le preguntaron en la conferencia de prensa previa al partido por la final perdida hace dos años contra el Chelsea. Pero algo debió de aprender, porque como sucedió entonces, pasada la media hora de partido su equipo perdió a Kevin de Bruyne. Las lesiones no se prevén, no entran dentro del estudio del partido, pero esta vez la consecuencia de perder a su mejor centrocampista no fue tan desastrosa como hace dos años.
Entró Foden en su lugar y el partido siguió siendo igual de insulso que hasta entonces, pero ya sin el hombre que mejor entiende los movimientos de Haaland. El noruego había tenido su oportunidad en la primera mitad, en un mano a mano contra Onana que el portero camerunés del Inter resolvió con acierto.
Eso fue poco antes de que se lesionara De Bruyne. La única oportunidad real que tuvo el City junto a un remate de Bernardo Silva a los cinco minutos que salió rozando el poste.
No tuvo muchas más oportunidades el equipo de Guardiola, que parecía más preocupado de no tener despistes que abrieran el camino del gol a su rival que de encontrar el suyo. Las finales se deciden a veces por un error como el que tuvo Akanji en el comienzo de la segunda mitad cuando dejó pasar un balón cerca del área pensando que había alguien detrás y lo que había era un espacio vacío por el que se coló Lautaro para quedarse mano a mano con Ederson. Fue el primer aviso de que el portero brasileño del City iba a ser el hombre del partido.
Donde se esperaba a Haaland apareció él para agarrar la Liga de Campeones por el asa que faltaba después del gol de Rodri. El Inter se animó cuando vio la final perdida y Ederson, que comenzó con dudas en el juego con los pies, acabó siendo fundamental para que Manchester se convierta en la segunda ciudad que tiene a dos equipos campeones de Europa. La otra es, precisamente, Milán.
El Inter se acercó primero con un remate de cabeza parabólico de Dimarco que entre Ederson y el larguero consiguieron despejar. Más evidente fue su acierto para despejar el cabezazo de Lukaku, solo, sin que nadie le molestara, para que el City conservara su ventaja. Fue más error de Lukaku esta vez, que fue incapaz de dirigir su remate a un lugar que no fuera el que ocupaba el portero, que sólo pudo despejar con la rodilla.
Dejaba una más Ederson para el final, para la última jugada del partido. Otra pelota que volvió a salvar sobre la línea inmediatamente antes de que el árbitro del partido señalara el final. Dimarco sacó un córner, Gosens la peinó hacia atrás y Ederson despejó la posibilidad de prórroga.
Foden había tenido la posibilidad de marcar el segundo unos minutos antes y ofrecer un final más tranquilo a sus compañeros, pero se obcecó en el disparo que Onana desvió con facilidad. El gol de Rodri y las paradas de Ederson eran suficientes para que el City fuera el mejor de Europa.
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