Restringido
Mejor, imposible
El equipo de Luis Enrique ya no falla. Los jugadores han asumido el compromiso de darlo todo hasta final de temporada. Ya no existe relajación, ya no desaprovechan las oportunidades. Anoche sabían que no podían fallar y golearon en un campo que siempre les había resultado complicado. Los azulgrana no se dejaron amedrentar ni con el gol del Athletic. Reaccionaron y aparecieron los auténticos líderes del equipo: Messi y Neymar, una dupla que junto a Luis Suárez ya genera pavor. En el caso del uruguayo, al fin marcó y se ha quitado un peso de encima.
«Lucho», sin inventos
Luis Enrique ha entendido que debe poner en el campo a los mejores. Sus alineaciones revolucionarias han dado paso a pocos cambios y nada de banquillo para los pesos pesados. El técnico podría haber castigado a Neymar y Alves por haber incumplido el código interno saliendo de madrugada de la fiesta que el primero montó por su cumpleaños. Sin embargo, ha entendido que esta plantilla no necesita incendios, que si les deja disfrutar, en el campo van a responder con recitales.
Madrid, toma nota
El Barcelona anda cargado de energía positiva, aislado de los problemas institucionales y con el objetivo de ganarlo todo. Ante el Athletic lo hicieron, además, con un juego excelso y una superioridad que asusta. Sentirse tan favorito incluso les hizo perdonar en exceso.
A un punto del Madrid, todavía escocido por lo del Calderón y más pendiente de celebrar los 30 de Cristiano que de hacer autocrítica. Anoche los madridistas recibieron un mensaje claro: este Barcelona va lanzado a por la Liga. Que sientan el aliento en el cogote, que noten que este equipo al que muchos enterraban se ha levantado y, de la mano de un Messi imperial, promete dar mucha guerra.
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