Morata cumple su promesa

Advirtió antes del partido de que no celebraría el gol, pero no dijo nada de no marcar al Real Madrid

Se resistía Morata a recibir las felicitaciones de Tévez y de Vidal después de marcar. Había advertido antes del partido de que no celebraría un gol contra su ex equipo, pero no había dicho nada de no marcar. El «9» de la Juventus hizo su trabajo, siguió el camino del disparo de Tévez hasta el rechace de Casillas y encontró el gol. A los ocho minutos de partido ya había cumplido con su trabajo, pero siguió buscando. «Tengo mucho cariño al Real Madrid, le doy las gracias al club y al míster, deseo que gane siempre que no juego contra ellos, pero me debo a la Juventus», dice. Por eso se resistía a celebrar un gol que hace daño a su pasado.

Hizo su trabajo en el área, pero también ayudó en defensa. Bajaba hasta el centro del campo y hasta su portería si hacía falta. Morata marcó y trabajó hasta marcharse agotado en el minuto 78 para dejar sitio a Llorente. Con la respiración entrecortada, llevándose la mano al costado, Morata daba muestras de que no podía seguir más. Lo había dejado todo en el campo en un partido muy exigente para él desde el punto de vista físico y emocional.

Por el camino había dejado, además del gol, dos tarjetas amarillas para los dos laterales del Madrid. Marcelo intentó cortar la posibilidad del pase a Tévez en la carrera del contraataque que terminó en el penalti y en el segundo gol de la Juventus. El penalti lo hizo Carvajal, pero vio la tarjeta por una entrada a Morata en el centro del campo. «Somos amigos fuera del campo, pero dentro cada uno hace su trabajo», dice el delantero de la Juventus. También le robó una pelota a Varane en el borde del área del Real Madrid. El árbitro vio una falta del delantero juventino donde el estadio veía peligro a favor de su equipo.

Morata sólo ha marcado tres goles en la Liga de Campeones, pero los tres han sido importantes. Encontró la portería en la ida contra el Dortmund en los octavos de final y repitió en la vuelta. Ayer, además, el suyo fue el primero, el más difícil siempre, el que daba esperanzas a su equipo para encontrar un hueco en la final.

«Sería increíble en mi primer año en la Juventus llegar a la final de la ‘‘Champions’’, es un sueño. Por qué no imaginarnos llegar hasta el final, daría lo que fuera por ganar esta Liga de Campeones», decía antes del partido en la web de uno de sus patrocinadores. Y con esa fe, con la del que piensa que la final es algo más que un deseo inaccesible, jugó el internacional español.

La final sería la segunda para él, que ya salió en los últimos minutos contra el Atlético la temporada pasada. Ayer hizo todo lo posible por repetir, aunque no considera que el resultado dé ventaja a su equipo. «Cómo vamos a tener ventaja para el Real Madrid. Ganarle siempre es difícil, es el mejor equipo del mundo», dice. «Es un buen resultado, pero ellos son muy peligrosos», añade.