Hípica

"Piropo de Triana" o cómo criar un potro en el salón de tu casa

Triana Carrión es una ganadera sevillana que vivió una odisea para salvar a un animal de su yeguada. «Piropo de Triana» y su madre, «Poesía», de 25 años, sortearon una situación crítica en su nacimiento

Triana Carrión es una ganadera sevillana diferente al resto. Ella ha sido capaz de criar a un potro en el salón de su casa. Además, enseña acrobacias a sus caballos y hace tanto de entrenadora como de moza mientras compagina su peluquería con su gran sueño, su yeguada, la Yeguada Triana Carrión.

Desde pequeña, Triana soñó con el mundo de la ganadería, un deseo que se concretó con la creación de su propia yeguada y la compra de su finca donde amanece cada mañana. A diferencia de su familia, profundamente involucrada en el mundo del maquillaje y la peluquería con participación en eventos como los Grammys Latinos, Triana se ha forjado un camino distinto y profundamente arraigado en el amor por los caballos. Su conexión con los animales fue fomentada por su abuela, que la introdujo en el mundo de la equitación a los catorce años pese a las reticencias iniciales de sus padres.

El nacimiento de "Piropo de Triana", un ejemplar de Pura Raza Española de capa castaña careto tresalbo (tres patas blancas), es un testimonio de su dedicación. El potro, nacido en circunstancias desafiantes haces escasos días, es hijo de "Cachorro de Triana", un semental negro careto y cuatralbo, buque insignia de la yeguada de Triana, y de "Elvira IV", también conocida cariñosamente como "Poesía", una yegua Cartujana que ya cuenta con 25 años, muy mayor, valorada por su excepcional línea genética y su capacidad de madre ejemplar. Durante el parto de "Piropo de Triana" se presentaron complicaciones significativas. La yegua no estaba preparada y no pudo producir leche, además de que el potro nació inusualmente grande, causando malestar y dolor a "Poesía". Ante esta situación crítica, Triana trasladó a la yegua y al potro al hospital veterinario más cercano. Allí fueron atendidos por un equipo que logró salvar a "Poesía" de un estado crítico y proporcionar los cuidados necesarios a "Piropo", que no podía contar con la asistencia natural de su madre. Una semana después del incidente tanto "Poesía" como "Piropo" se recuperaron completamente.

En un gesto de cuidado extremo, Triana y su familia adaptaron una cuadra en la cocina de su casa para "Piropo" permitiéndole alimentarse cada dos horas y asegurándose de que estuviera bien integrado en el hogar. Cuando no están trabajando, Triana y su familia se turnan para cuidarle y permiten que pase tiempo en la finca con su madre y los demás caballos.

Ahora, "Poesía" disfruta de su jubilación en la finca y "Piropo", cada día más travieso, continúa creciendo bajo el cuidado de Triana. En su finca, sin ayuda de un mozo y con el apoyo ocasional de su familia, Triana se encarga de todo con la colaboración indispensable de su pareja, Fran. Doman potros, mantienen el campo y demuestran que la pasión ecuestre puede convertirse en una forma de vida si se trabaja duro. Triana se ve a sí misma expandiendo y mejorando su ganadería. Aunque el trabajo es arduo y las vacaciones son un concepto ajeno a la ganadera sevillana, ella encuentra un profundo placer en el cuidado diario de sus animales y en la mejora continua de su finca.