Las cuentas de Alcaraz para ser número uno del mundo

La victoria de Carlos Alcaraz ante Jannik Sinner en los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos (6-3, 6-7, 6-7, 7-5 y 6-3 después de cinco horas y 14 minutos) no sólo va a ser recordado como el mejor partido de 2022, al menos hasta ahora. El triunfo del murciano supone que la lucha por el número uno del mundo sigue abierta. Los candidatos para amanecer el lunes al frente 12 de la ATP son tres: Rafael Nadal, Carlos Alcaraz y Casper Ruud.

Los aspirantes a suceder a Medvedev tendrán una cita decisiva el viernes con las semifinales que se disputarán en la Arthur Ashe. Ruud, en teoría en el primer turno, se medirá con el ruso Khachanov y Alcaraz, en teoría en el turno de noche, lo hará con el estadounidense Frances Tiafoe. Y, ¿qué tiene que suceder para que Carlitos se convierta en el nuevo número uno del mundo? Las opciones para él son dos: proclamarse campeón del torneo o alcanzar la final y que no lo haga Ruud. El noruego está en la misma situación. Si gana el título, será número uno y si es finalista y Alcaraz cae en semifinales, también. Si la final es Ruud-Alcaraz además del título será un duelo directo por el número uno. A Nadal sólo le sirve para volver al número uno que ninguno de los dos alcance la final.

Carlitos se podría convertir el lunes en el número uno más joven de la historia del tenis. El récord lo fijo Lleyton Hewitt cuando alcanzó el puesto más alto del circuito con 20 años, 8 meses y 23 días. El español podría hacerlo con menos de 19 años y medio. El caso de Ruud al frente de la ATP también sería más que atípico. Sería el primer tenista que alcanza esa posición sin haber ganado un Grand Slam o un Masters 1.000 en toda su carrera.

La victoria ante Sinner también ha convertido a Alcaraz en el semifinalista más joven de Grand Slam desde que Rafael Nadal llegara a esta ronda en Roland Garros 2005. Además, Carlitos es el tenista más joven que alcanza la penúltima ronda en el último Grand Slam de la temporada desde que lo hiciera Pete Sampras hace 32 años.

Entre las cifras más memorables del partido entre Sinner y el español se encuentra su duración, 5 horas y 14 minutos. El maratón que disputaron ambos se convirtió en el partido que ha acabado más tarde en la historia del torneo estadounidense. Lo hizo rozando las tres de la madrugada neoyorquina.