Tenis

De la vuelta de Djokovic a las cuentas de Alcaraz

El serbio ha reaparecido en Tel Aviv con una victoria ante Pablo Andújar. Carlitos lo hará la semana que viene en el torneo de Astaná

Novak Djokovic se dispone a ejecutar un revés en la segunda ronda del torneo de Tel Aviv ante Pablo Andújar
Novak Djokovic se dispone a ejecutar un revés en la segunda ronda del torneo de Tel Aviv ante Pablo AndújarABIR SULTANAgencia EFE

Con Alcaraz instalado en el número uno del mundo, la intensa despedida de Roger Federer reciente y Nadal anunciando que su bebé será un niño, el tenis no se detiene... aunque lo parezca. En Tel Aviv, en un torneo 250, se ha producido la reaparición de Novak Djokovic en el circuito. Desde la final de Wimbledon el 10 de julio ante Kyrgios, el serbio no había competido en un partido oficial. Lo hizo en la segunda ronda del torneo israelí y se impuso a Pablo Andújar por 6-0 y 6-3 en una hora y 27 minutos. El atípico año del serbio con sólo 31 partidos disputados (títulos en Roma y Wimbledon) le tiene como número siete del mundo en el ranking de la ATP y en el puesto número 15 en la Race, la clasificación anual.

Casi tres meses después de conquistar su séptimo trofeo en Londres, Djokovic ha regresado con un objetivo fundamental: lograr el pasaporte para las ATP Finals –a estas alturas sólo están clasificados Alcaraz, Nadal, Ruud y Tsitsipas– que se van a disputar en Turín. Su calendario tiene un par de fechas fijas después de Tel Aviv y son Astaná, donde también estará Alcaraz, y París-Berçy. Él confía en que con estos tres capítulos sea suficiente para lograr la clasificación para el torneo que cierra la temporada. «No me arrepiento de ninguna de mis decisiones, me entristeció mucho no poder jugar algunos torneos, pero sabía cuáles serían las consecuencias de mis actos, así que acepté la situación. No estoy acostumbrado a parones tan largos sin competir, pero es lo que hay», afirma. Y sobre una hipotética presencia en el próximo Open de Australia asegura que «estoy esperando noticias y espero que lleguen pronto y sean positivas». Su decisión de no vacunarse le dejó sin competir en Melbourne y sin poder entrar tampoco en Estados Unidos para disputar el US Open. Si a eso se le añade que los puntos de Wimbledon tampoco se han contabilizado este año por la invasión rusa a Ucrania... Los 3.570 puntos que le tienen en el séptimo lugar del ranking mundial parecen hasta muchos.

En su regreso en Tel Aviv ante Andújar no evidenció que las molestias en la muñeca derecha que mostró en la Laver Cup se hayan reproducido. Después de deshacerse del español le espera en cuartos el canadiense Pospisil.

Al número uno del mundo habrá que esperar a la próxima semana para verle regresar en el torneo que se celebra en la capital kazaja, un ATP 500 que afronta su tercera edición. Carlitos tiene en su agenda, además de Astaná, los torneos de Basilea, París-Berçy, el Masters y la fase final de la Davis que se celebrará en Málaga. Los actuales 6.460 puntos con los que lidera el ranking, la cifra más baja para convertirse en número uno en toda la historia, se pueden ver notablemente incrementados en lo que resta de temporada. Sólo defiende 180 puntos en París-Berçy y perderá los 180 que sumó el año pasado en Viena, ya que no va a competir en el torneo austriaco. Alcaraz es el indiscutible favorito para acabar el año como número uno. Tiene la posibilidad de sumar hasta 3.140 puntos más, pero no es tanto esa opción como la escasa amenaza que representan Ruud, Nadal y Tsitsipas.

El noruego para empezar tiene que ganar esta semana el torneo de Seúl, un ATP 250. Si no lo hiciera dejaría de ser el lunes el número dos del mundo en detrimento de Rafa Nadal, ya que sólo les separan 40 puntos (5.850-5.810). Todo lo que sea no salir de Corea del Sur como campeón, provocará que el noruego caiga a la tercera plaza y que las dos primeras posiciones de la clasificación oficial estén copadas por Carlos Alcaraz y Rafael Nadal.

Nadal, como no podía ser de otra forma, está más pendiente de su paternidad que de volver a coger la raqueta y la opción de Tsitsipas está casi descartada.