Tenis

Rune, el otro fenómeno de 19 años, elimina en los cuartos de París a Alcaraz, que terminó lesionado

El danés, de la generación de 2003, ganó el primer set por 6-3. Durante el tie break del segundo el murciano dijo adiós cuando iba 1-3 abajo. Con problemas abdominales, no podía sacar

Alcaraz salta durante su partido de cuartos de final de París-Bercy ante Rune
Alcaraz salta durante su partido de cuartos de final de París-Bercy ante RuneYOAN VALATAgencia EFE

Ha salido buena la generación de tenistas de 2003. En los cuartos de final del Masters 1.000 de París-Bercy se enfrentaban Carlos Alcaraz, el número uno del mundo, contra el danés Hoger Rune, ambos de 19 años. Y cuando el partido estaba en su momento más interesante, el tie break del segundo set, el español dijo basta. Su físico privilegiado no pudo más. Llegaba al torneo tocado de una rodilla, pero fue otro el problema. Ya había pedido tiempo médico justo antes de salir al desempate, por unas molestias en la zona abdominal. Le dieron un masaje y le echaron una crema. Ganó el primer punto, pero ya se vio que no podía sacar. Entonces, decidió parar, porque aunque ganara ahí le esperaba otro parcial por delante que no iba a poder disputar. El riesgo de hacerse más daño para nada era evidente. Rune, por tanto, venció por 6-3 y 6-6 (3-1) y retirada, y se enfrentará en las semifinales al canadiense Félix Auger-Aliassime, verdugo de Tiafoe (6-1 y 6-4).

Alcaraz se va de la capital de Francia como número uno, con 1.000 puntos de ventaja sobre Nadal y está por verse cuántos sobre Tsitsipas, que ascenderá al número tres y tiene que jugar su duelo de cuartos contra Tommy Paul. Eso sí, al murciano le entran las dudas de si podrá estar en las ATP Finals, el Masters de toda la vida, la última cita de la temporada, que reúne a los ocho mejores del curso. Después le quedaría la Copa Davis.

Carlos y Rune empezaron su partido a toda mecha. Era, pim, pam y fallo o pim, pam y tiro ganador. Estaba claro que un detalle iba a decidir ese primer set, como de hecho sucedió. El danés consiguió el break en un puntazo ganado por apenas unos milímetros, después de que el español pidiera el ojo de halcón.

Supo administrar bien esa ventaja Rune, pero Alcaraz poco a poco le fue tomando la temperatura al duelo, cada vez empezaron a verse puntos más largos y el encuentro aumentó su nivel y su grado de espectacularidad en el segundo set. Las oportunidades también le llegaron al murciano, las dos únicas opciones de rotura que su rival supo contrarrestar. Le dio rabia al pupilo de Juan Carlos Ferrero, que golpeó una bola con el pie de impotencia. Pero estaba en el partido y dispuesto a dar guerra, más inspirado, fallando menos golpes. Su lesión en el abdomen impidió seguramente que se viviera un tercer parcial de alto voltaje, aunque seguro que a los dos tenistas les quedan muchas batallas en el futuro.