Tenis
El más difícil todavía de Nadal... o no
Rafa defiende el título en Australia en una situación inédita: ha perdido seis de sus últimos siete partidos. Djokovic, favorito unánime
Nadal lleva en Australia desde la última semana de 2022. Pocas veces ha vivido una aclimatación tan exhaustiva para el primer Grande del curso. La larga pretemporada contrasta con la escasez de partidos oficiales. Los dos únicos que ha jugado, ante Norrie y De Miñaur en la United Cup, los perdió. Una anécdota después del nivel que ha ofrecido en los entrenamientos en Melbourne. Allí están Carlos Moyá, Marc López y Gustavo Marcaccio. El argentino es el último miembro incorporado al «clan», la prueba de que Rafa siga buscando pulir detalles para sentirse competitivo. Y eso es lo que más importa ahora pese a comentarios como el que soltó Alexander Zverev, con quien ha compartido alguna sesión de trabajo. «Lamentablemente, creo que Rafa se retirará en Roland Garros. No quiero que ocurra, pero creo que tendrá un gran torneo, potencialmente lo ganará y aprovechará para decir adiós», soltó el alemán.
Rafa debutará en la madrugada del lunes (no antes de las 04:30) con un balance de seis derrotas en sus últimos siete partidos. Lo nunca visto. Pero eso es pasado. «Es cierto que en los últimos meses no he podido competir demasiado y que los partidos perdidos en Sídney no son la mejor manera de presentarse a un Grand Slam, pero sinceramente, no estoy nada descontento con la preparación. He entrenado mucho y creo que estoy en muy buena forma. Solo me falta demostrar eso en competición, necesito ganar partidos, pero confío en que los buenos entrenamientos me hagan tener opciones de revalidar el título. ¿Por qué no?», asegura.
Y esa pregunta resume el espíritu con el que Rafa –«no he venido aquí a pasearme»– y su entorno afrontan el desafío «aussie». Si estando tan al límite como estuvo el año pasado fue capaz de ganar el torneo a ver quién dice que en esta edición no puede sumar su vigésimo tercer Grande. Los problemas abdominales que le martirizaron en la segunda mitad del curso pasado están, como mínimo, aparcados. Eso supone que puede volver a soltarse con el servicio y en 2022 ésa fue una de las claves del triunfo final. Basta recordar los partidos ante Shapovalov, Berrettini o Medvedev.
Eso sí, el cuadro con el que se va a topar el primer cabeza de serie está diseñado por el peor de sus «haters». Empezando por el principio. El inglés Jack Draper arrancó el curso como 265 del mundo y lo acabó en el top 40. Ha ganado un set a Djokovic en Wimbledon y entre sus víctimas están Aliassime, Fritz o Tsitsipas. Curvas desde el primer día. «Es la peor primera ronda que me podía tocar», lamenta Rafa.
Djokovic está a lo suyo y a lo de Nadal. El nueve veces ganador en Australia tiene a la vista los 22 Grandes de Rafa y lo hace como indiscutible favorito del torneo. Nadie se ha atrevido a realizar otra apuesta. El serbio ganó en Adelaida –semifinal ante Medvedev y final ante Korda– y desde que perdió en mayo con Rafa en los cuartos de Roland Garros ha disputado seis finales consecutivas: Wimbledon, Tel Aviv, Kazajistán, París-Berçy, Copa Masters y Adelaida. Solo perdió en París ante Rune.
Después del «show» de 2022, Djokovic busca reeditar lo que vivió en sus tres últimas participaciones cuando levantó el título. Han pasado quince años desde que ganó por primera vez y aspira a ser el segundo jugador que alcanza la decena de títulos en un Grand Slam. El sorteo ha querido que Rafa y Nole vayan por distinta parte del cuadro. El Clásico solo llegaría el último día, el 29-E.
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