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Cada vez más Nadal

El español supera el examen de Dimitrov con solvencia (6-3 y 6-4) para llegar a las semifinales del Mutua Madrid Open

El tenista español Rafa Nadal durante el partido frente al búlgaro Grigor Dimitrov
El tenista español Rafa Nadal durante el partido frente al búlgaro Grigor Dimitrovlarazon

Rafa pasa la prueba de Dimitrov y ahora le espera Berdych por un puesto en la final de Madrid

Es zurdo y lleva una bandana en el pelo. Juega con un golpe con mucho efecto y en cada descanso, el público de la Caja Mágica le grita «¡vamos!» decenas de veces. Es Rafa Nadal, y cada vez se parece más a Rafa Nadal: una carrera increíble, una bola salvada al límite, una advertencia por pérdida de tiempo antes de un saque, una derecha paralela, otra cruzada... aunque pocas todavía. «En alguna me faltó ser más agresivo» , advertía el español, que va sumando poco a poco factores para atisbar a quien es el mejor jugador de la historia sobre tierra batida. «Si no viniéramos de donde venimos y sólo se analizara lo que está pasando aquí, diríamos que todo está perfecto», dijo el jugador más psicoanalizado del momento, no sin razón. Todos preguntan qué le pasa y todo conduce a que le falta confianza. Y cuando parece haberla recuperado (como pasó en Montecarlo, por ejemplo), viene otro golpe y vuelven las dudas (en el Godó, en Barcelona). Así que cualquier análisis no es absoluto, pero lo cierto es que superar a Grigor Dimitrov en dos sets no es sencillo, y Rafa hizo parecer que sí. Sin dejar al búlgaro ganar la pista para golpear cómodo, el español fue imponiendo su ritmo y sus pelotas altas ante un oponente que estuvo cerca de llevar el partido al tercer parcial, pero desperdició una bola de «break» para colocarse 5-4 y saque. Le sobra talento al joven de 23 años y le falta continuidad en su juego para pasar al siguiente nivel. De momento, se queda en gran promesa.

Rafa, por su parte, sube un escalón y pasa del «necesita mejorar» a «progresa adecuadamente», y hoy tendrá otro examen que superar llamado Berdych. El checo, verdugo de Isner en un duro choque en el que sobrevivió a una pelota definitiva en contra, ya le ganó este año en el Abierto de Australia y ahora quiere repetir en tierra. «Estoy deseando afrontar ese reto», asegura el tenista que en 2015 ha sufrido una evolución. Ya no es sólo un jugador capaz de dar golpes planos estratosféricos. «Ahora sé cómo afrontar los partidos», admite el hombre que pretende evitar la tercera final consecutiva de Rafa en la capital de España. El curso pasado sólo ganó en Madrid antes de conquistar su noveno título en Roland Garros, aunque de momento el manacorense no quiere ni oír hablar de París. Va día a día, sensación a sensación, intentando estabilizarlas para que no sean un paso hacia delante y dos para atrás.

Nadal se quedó ayer como único español en el torneo. Por la noche, David Ferrer no pudo con Nishikori. Una máquina el japonés.