Tenis

Davidovich se retira ante Rublev y se despide en los octavos del Masters 1.000 de Toronto

El malagueño ganó el primer tiebreak, perdió el segundo y cuando caía en el tercer set, el físico no le aguantó: 6-7 (3/7), 7-6 (7/2) y 3-0

Alejandro Davidovich Foikina, of Spain, hits a backhand to Andrey Rublev, of Russia, during their match at the National Bank Open men's tennis tournament in Toronto. (Frank Gunn/The Canadian Press via AP)
Davidovich, en su partido contra RublevASSOCIATED PRESSAgencia AP

Alejandro Davidovich miró a su banquillo y el mensaje fue claro: si estás mal, no sigas. Y el tenista malagueño no siguió. Se fue a la red y le dio la mano a Andrey Rublev, que es quien avanza a los cuartos de final del Masters 1.000 de Toronto (6-7 [3/7], 7-6 [7/2], 3-0 y retirada), donde se medirá al ganador del Fritz - Lehecka.

Antes del adiós, Davidovich llevaba ya unos juegos haciendo estiramientos y poniéndose en cuclillas. Se le acumuló el esfuerzo de Washington la semana pasada con el del torneo canadiense, al que acudió sin descanso, y le dolió también haber perdido el segundo set, aunque por momentos volvió a demostrar el tenista en el que se está convirtiendo, el que es cuando logra mantener la calma. Juego lo ha tenido siempre, le faltaba madurar, focalizarse y crecer mentalmente, algo que está consiguiendo este curso más a menudo. Sólo queda dar el último paso, que tendrá que seguir esperando: ganar un título. En las tres finales que ha jugado, los nervios se acabaron apoderando de él y las perdió, dos de ellas, en Delray Beach ante Kecmanivic en febrero, y en Washington hace nada ante De Miñaur, desperdiciando puntos de partido. Esta vez esa tensión le salió en el segundo set y no logró contenerla.

Un partido muy igualado

Cuando controla esos nervios, su nivel le permite poder competir casi con cualquier. Excepto Sinner, Alcaraz y Djokovic, los dominadores del circuito ahora mismo en las grandes citas, difícil abordarlos cuando tienen el día, el malagueño se ve capaz de competir con cualquiera. Rublev es un tenista que lleva años en el “top 10”, aunque esta temporada ha salido por semanas, y el partido fue muy parejo. El ruso es un jugador similar a Davidovich en varios aspectos, por ejemplo en el de exigirse a sí mismo más de la cuenta.

Los dos sets que se jugaron completos tuvieron una desarrollo parecido. El encuentro se movió en la igualdad y Alejandro no se precipitó al principio ni cuando se vio contra las cuerdas, con 5-4 abajo y 30-30, y después iguales. Jugó con decisión esos puntos, lo mismo que el tiebreak que le dio ese primer parcial. Está sólido desde el fondo y responsable para pelear y defender. Ganó sólo un punto más que su rival, 43-42, en casi una hora.

Por sus gestos, Rublev parecía que podía desvanecerse, pero no es nada nuevo que se queje y lo pague con su equipo. “Estamos trabajando en ello”, suele decir su técnico, Fernando Vicente, cuando se le pregunta por ese carácter del tenista del que es como un padre. Tal vez él es así y ya está, para lo bueno y lo malo. Las quejas, eso sí, no le desconcentran. Tampoco lo hicieron las oportunidades perdidas, porque era quien más cerca estaba del break, pero sin llegar a lograrlo. El segundo set fue como el primero, pero al revés: fue el ruso el que estaba al límite con 5-4 abajo, y en su caso, 0-30. Davidovich se encontró a dos puntos de llevarse el encuentro, pero su oponente sacó lo mejor de sí en ese momento. Ya desde el 4-4, el español no se pudo resistir. Comenzó a gritar, a buscar respuestas en la grada, a tirar la raqueta para increparse lo que no estaba haciendo bien... En su caso, sí le descontroló.

En el arranque del tercer set llegó la primera rotura del duelo. Davidovich ya estaba más pendiente de su físico que de jugar con orden. Queda lo mejor de esta gira, con el US Open al fondo, y no le mereció la pena arriesgar y decidió retirarse. Con su clasificación para octavos, se mantendrá en el “top 20” tras el torneo.