Un equipo perfecto en 2014

Carlo Ancelotti ha encontrado definitivamente el famoso equilibrio que reclamaba desde la primera vez que habló en público como técnico del Real Madrid. Le preocupaba la facilidad con la que el equipo se «partía» en el centro del campo y permitía a los rivales encarar con ventaja a los centrales. Muchos partidos de los blancos eran intercambios de golpes que el Madrid ganaba a base de pegada, como el 7-3 ante el Sevilla, pero el técnico italiano quería empezar el edificio por los cimientos y cerrar los caminos del rival hacia la portería de Diego López o Casillas. Los números dejan claro que lo ha conseguido, porque en los 26 días que van de 2014 los madridistas han disputado siete partidos con 16 goles a favor y ninguno en contra. La segunda vez en la historia del club en que se enlazan siete partidos con la portería a cero, y la primera en la que, además, todos han acabado en triunfo.

Dos pequeñas conquistas que le sirvieron a Ancelotti para bromear sobre si estos récords eran algo así como sus primeras conquistas como técnico de Chamartín: «Me gusta, pero no olviden que he ganado tres copas en pretemporada. Puede ser que no sean las más importantes, porque la más importante tiene orejas», dijo sonriente el ex del PSG, que pasa por su mejor momento en Madrid y el equipo juega como él quiere. «La clave es el equilibrio», insiste, que ha llegado desde que Modric se destapó como un «todocampista» imprescindible y el propio entrenador decidió recurrir al 4-3-3 con Di María un poco más retrasado y guardando la espalda del lateral izquierdo. Así el Madrid se ha convertido en un equipo más firme cerca de su portero, a lo que se suma el buen momento de Pepe y Ramos, a los que «Carletto» alaba en cuanto tiene oportunidad.

«Les doy las gracias a los jugadores, que están haciendo el sacrificio de jugar muchos partidos seguidos este mes. Ahora defendemos muy bien y atacamos bien, aunque siempre se puede mejorar y, algunas veces como en la primera parte, podríamos jugar un poco más rápido», explica Ancelotti, que empieza a ver el Real Madrid que había imaginado.