Mundial 2014
Y este cuento se acabo...
Salió España corneada de su estreno mundialista ante Holanda y tras descalabros históricos como ése asoma Hamlet. Lo peor que puede meterse en la cabeza colectiva de un equipo, de un grupo, son las dudas. Todo se cuestiona, desde el estilo al carácter, desde la concentración a la agresividad o el físico... Frente a ello, sólo cabe tirar de casta: «Al orgullo se le hiere, no se le mata». Pero no...
Tenía que encontrar salida la Selección a su dramático compromiso contra la «otra roja», saltar al campo con «sangre en el ojo» y con el peso de una estrella en el escudo. Y también con variantes en el equipo que naufragó en el segundo tiempo contra Holanda. Así que Del Bosque tenía que hacer de zapatero remendón, pero ¿cuantos zapatos a arreglar? ¿Muchos, pocos, cuarto y mitad? Al final, el seleccionador optó por cambiar sólo a Piqué y a Xavi para meter sangre fresca con Javi Martínez y Pedro.Pero no...
Ya se notó desde el minuto uno que la Selección era un flan que los chilenos comenzaron a comerse con apetito. Hamlet en versión futbolística. Porque nunca supieron (nunca supimos) si había que jugar a la corta o a la larga, conectando Iniesta con Silva o con pelotazos largos de un Iker ahora sí con el aura perdida. Falló Alonso en el medio campo, no apareció Busquets y ambos formaron esta vez no un doble pivote sólido, sino un doble pegote. Al descanso ya dos en contra... España se había venido abajo con el primer soplido del lobo holandés y ayer como un castillo de naipes con el de los guerreros chilenos. No se puede maquillar la realidad. Fin de ciclo. Este maravilloso cuento se acabó...
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