Economía
“Para elegir consejeros, hay que mirar más lejos”
Entrevista con Kerstin Schmeiduch, consejera de Nestlé
– Viene de participar en el European Changemaker Summit, el mayor encuentro europeo sobre innovación social. ¿Esto es más que una tendencia?
– La innovación social es un concepto que estamos trabajando con fuerza desde hace tres años. Las empresas colaboramos cada vez más con "start-ups", pero no solo relacionadas con nuestra propia área de negocio sino con muchas que tienen un propósito social, retan el «status quo» y nos hacen enfrentarnos a una realidad distinta. Ahí fuera hay todo un ecosistema de modelos de negocio disruptivos: "start-ups" clásicas, plataformas e innovación social. Como directiva en Nestlé Purina Petcare para Europa, Oriente Medio y Norte de África, soy una convencida de lo mucho que esta colaboración está aportando: debemos avanzar sin dejar a ninguna parte de la sociedad atrás.
– Póngame un ejemplo
– Llevamos dos ediciones de Purina BetterwithPets Prize, unos premios en los que en colaboración con Ashoka, elegimos un proyecto emprendedor y lo dotamos con 100.000 francos suizos (unos 90.000 euros) para que pueda crecer y lo acompañamos en el camino. El año pasado tuvimos cinco finalistas todos liderados por mujeres. Ganó un proyecto holandés, OOPOEH Foundation que soluciona un problema muy típico: tienes un gato, un perro, pero tú estás trabajando, tu marido también y tus niños, en el cole. Nadie puede ocuparse en horas. Esta fundación te pone en contacto con personas mayores, que en muchos casos viven solas y a las que les encantaría cuidar de una mascota, pero no se atreven, porque son mayores y no están seguros de poder hacerlo hasta el final de su vida. Los conectamos y todos ganan. La mascota está atendida. Tú estás tranquila y el «abuelo» adoptivo, feliz, porque tiene compañía, una responsabilidad, y se obliga a una disciplina, a salir a la calle, a hacer ejercicio... hay un nuevo propósito, es terapéutico y se crean comunidades y nuevas conexiones en este mundo en el que hay tanta soledad: en mayores y en jóvenes, porque estamos superconectados digitalmente pero no tanto emocionalmente.
– ¿Cómo acompañan al proyecto en su andadura?
– Hemos aprendido que este tipo de proyectos necesitan de mucho más que una aportación económica. A veces, necesitan que les apoyemos en Marketing, en el lanzamiento de promociones o hasta en la gestión financiera. Hemos desarrollado programas de aceleración y un laboratorio de cocreación para incluirlo en nuestro ADN, pero la start-up siempre permanece independiente, tiene su propia cultura y su propia manera de hacer las cosas. Nosotros, como compañía, esperamos aprender y trabajar con muchos tipos de empresas. Esta es casi la primera etapa del viaje.
– Usted es consejera y jurista, una rara avis. ¿Cómo llegaremos las mujeres a acceder en Igualdad a los Consejos de Administración?
– El valor añadido que aporta un consejero a una compañía no es su «expertise» ni su formación técnica, sino su experiencia de vida personal y profesional, su perspectiva diferencial, y hoy en día, más que nunca, ese pensamiento más amplio es imprescindible, ya que la sociedad es diversa y nos plantea nuevos retos. Y más allá de la diversidad (que te inviten a la fiesta) debemos ser inclusivos (que, ya en la fiesta, te inviten a bailar). Para ser consejero, en realidad, sirve cualquier tipo de perfil, no debe haber sesgos por formación, siempre que se aporte una visión estratégica y práctica. Los juristas, en concreto, tenemos una visión muy amplia y profunda del negocio. Si lo que valoran de ti es tu parte técnica, entonces te contratarán para la parte ejecutiva. Para elegir consejeros hay que mirar más lejos.
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