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«Muchas empresas no saben convertir los datos en negocio»

Entrevista con Juan Manuel López Zafra, autor de “Alquimia”

Madrid. 29-10-2019. Entrevista a Juan Manuel Lopez Zafra por su libro "Alquimia".© JESUS G. FERIA.29-10-2019.
Madrid. 29-10-2019. Entrevista a Juan Manuel Lopez Zafra por su libro "Alquimia".© JESUS G. FERIA.29-10-2019.JESUS G. FERIA

Junto con Ricardo A. Queralt, ha escrito «Alquimia. Cómo los datos se están transformando en oro». Un libro donde refleja la importancia de la ciencia de los datos en todos los ámbitos de la vida y señala la falta de preparación y la debilidad en este campo que encuentra en nuestro país. Juan Manuel López Zafra, doctor en Economía y actuario, compatibiliza su actividad académica con otras profesionales relacionadas con el tejido empresarial. Profesor de Cunef, codirige el Máster en Data Science para Finanzas y el Programa Ejecutivo de Data Science y Transformación Digital.

– ¿Qué rasgos diferencian al Homo Algoritmus del Homo Sapiens?

– Básicamente, su facultad para conectarse con su mundo de una forma más global, rápida, e instantánea. El entorno deja de ser simplemente humano, ya que las cosas empiezan a tener una capacidad de obrar. Las máquinas, que eran meramente pasivas, se convierten en activas. El Homo Algoritmus, el siguiente estadio de la evolución, implicará que el individuo consiga enlazar con su alrededor sin necesidad de interfaces, simplemente a través de la mente. Esta situación se producirá en una fase posterior.

– ¿Todo Homo Sapiens puede convertirse en Homo Algoritmus?

– Competencia la tiene naturalmente. Otra cuestión es si dispone o no de los medios para conseguirlo. La ventaja que tenemos hoy en día es que los recursos necesarios para adquirir ese conocimiento y evolucionar en ese sentido está a un click de distancia. Están a nuestro alcance unos cursos online especializados de gran nivel, en casi todos los idiomas elaborados por los mejores centros universitarios del mundo y que en bastantes casos son gratuitos.

– Cuando, dentro de millones de años, los paleontólogos descubran yacimientos de Homo Algoritmus, ¿dónde encontrarán más restos?

– Mi idea es que, en un momento dado, no habrá yacimientos porque sobreviviremos a la muerte. Ésa es mi convicción. Dentro de 100 años, cuando se busquen los primeros Homo Algoritmus, la mayor parte de ellos estará en Estados Unidos y China porque es en esos países donde se está gestando el futuro. Evidentemente, habrá capas relevantes, unas más cuantiosas que otras, en India, Corea del Sur, Rusia, india, Irán y Alemania, entre otras.

– Hay empresas que están multiplicando sus resultados gracias a la utilización científica de unos datos que recolectan pero que no son de ellos. ¿Se debería articular algún sistema que haga que esa explotación nos favorezca a todos?

– El beneficio que obtenemos en estos momentos no es directamente monetizable. Cedemos los datos tranquilamente, dando nuestro consentimiento porque obtenemos algo a cambio. Por tanto, se registra una transacción por el servicio que me prestan. Es un trueque virtual, similar a los que siempre ha habido en la historia económica. Que no dudé nadie que habrá un momento en el que ciertas empresas nos pagarán por utilizarlos. Empieza a ocurrir con programas pilotos.

– Sin embargo, hay otras empresas que, paradójicamente, no saben qué hacer con todos los datos que atesoran.

– Ciertamente, la mayoría, sobre todo las de base tecnológica exceptuando naturalmente las «start-ups», han acumulado, y acumulan abundante información y no son conscientes de que tienen una mina que podrían convertir en «business» con la ayuda de firmas especializadas.

– ¿Estamos muy lejos de que los datos se impongan sobre los capitales en los mercados?

– Sí, queda mucho camino aún por recorrer, pero se acabarán imponiendo y se reflejarán en las cuentas de resultado de las compañías.

– La utilización de los datos está teniendo infinitos efectos de distinta índole. ¿Nos estamos dando cuenta?

– No todo el mundo. Las cúpulas empresariales lo van sabiendo poco a poco. Yo creo que ya está muy extendido, pero choca con unas mentalidades y costumbres muy enraizadas que no se pueden cambiar de la noche a la mañana.

– ¿La falta de científicos y de analistas en este campo se debe a que la cultura del dato no ha arraigado en los centros educativos?

– Absolutamente. Está empezando a conquistar espacio y echar raíces en determinados núcleos empresariales. Acabará calando en todas partes porque hay demanda y está creciendo. Recuerdo que, hace tres años, el anterior presidente del BBVA afirmó en una conferencia en Cunef ya que «quiero economistas duchos en la ciencia de datos; no quiero una persona que sepa leer balances o mucho de finanzas, no me basta». La formación universitaria en España es exageradamente rígida y tarda mucho en dar el visto bueno a nuevas carreras o cambios curriculares. Es lamentable que no haya un grado de Ciencias de Datos.

– El avance de esta ciencia obligara a profesionales de todos los ramos a manejar e interpretar datos.

– Los contenidos y las metodologías en la educación española tienen que cambiar de arriba abajo. Hay que enseñar a descubrir el conocimiento.

Alquimistas modernos

No todo es oro lo que reluce en el mundo de los alquimistas modernos, los profesionales preparados para transformar los datos en conocimiento y, casi en tiempo real, en oro. Se corre el riesgo de que algunas empresas puedan adquirir «la capacidad de transformar nuestro entorno de una manera consciente o inconsciente». «Somos muy sensibles a ciertos mensajes», recuerda Juan Manuel López Zafra. «Es necesario –añade– reforzar el pensamiento crítico. Conviene volver a la filosofía. Hay que tener muy claro dónde está el límite entre el bien y el mal. La ética es esencial en la ciencia algorítmica». «El gran cambio empresarial girará en torno a la ética porque se lo están exigiendo los empleados, los inversores y los clientes y usuarios».