Pensiones
La moderación salarial y la baja productividad, principales amenazas para las pensiones
Estudio de Fedea de las tres últimas décadas. La menor cotización de los trabajadores rebaja los ingresos del sistema y pone en riesgo su sostenibilidad
«Los efectos negativos en las finanzas del Estado por culpa del envejecimiento de la población, de la baja productividad y de la contención salarial lastrarán negativamente el sistema de pensiones durante los próximos años». Esta es la contundente conclusión del nuevo estudio publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). En su análisis argumentan que la baja productividad marcará negativamente el factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones, ya que en un sistema contributivo y de reparto como es el español, «la pensión se nutre de la media de los salarios percibidos por el trabajador durante buena parte de su carrera laboral» y, si esta se reduce o se congela, lastra el sistema.
El estudio, elaborado por Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, analiza la relación entre la productividad y las pensiones en España en un periodo de 30 años (1985-2016). Según explica, la situación financiera del sistema contributivo de pensiones se ha ido deteriorando con el paso del tiempo debido, fundamentalmente, al envejecimiento de la población española, «que ha provocado un descenso de las personas en edad de trabajar que deben financiar cada pensión», y a la «fuerte desaceleración del crecimiento de la productividad». Es precisamente este último factor el que considera que provoca un mayor deterioro financiero del sistema, ya que si la productividad se reduce, lo hace también «el nivel sostenible de generosidad y su salud financiera». Por tanto, De la Fuente entiende que una mayor productividad se traduce directamente «en una pensión más generosa en relación a lo cotizado. Esto se debe a que los ingresos del sistema de pensiones dependen del salario medio actual, mientras que sus gastos se reflejan en función del salario medio durante las últimas décadas de la vida laboral
Productividad y envejecimiento
Según los cálculos que muestra el estudio, la máxima pensión media que el sistema puede pagar sin incurrir en déficit es directamente proporcional al salario medio y, por lo tanto, a la productividad media del trabajo, además de depender del tipo de cotización a la Seguridad Social y de la tasa de dependencia. Un incremento de un punto en la tasa de crecimiento de la productividad reduciría en 11 puntos la tasa de reposición –el porcentaje resultante entre el salario de un trabajador en el momento de la jubilación y su pensión inicial– y en casi 16 la ratio de beneficio –la relación entre la pensión media y el salario medio–. Productividad y envejecimiento son pues los dos elementos que producen un mayor efecto negativo sobre las finanzas de las pensiones, que se han visto en parte compensados por el crecimiento del tipo medio de cotización, la tasa de ocupación y por el gradual descenso de la generosidad del sistema como resultado del endurecimiento del cálculo de la pensión.
En las últimas tres décadas, el saldo financiero del sistema se ha ido deteriorando a un ritmo medio de 0,76 puntos porcentuales anuales por el menoscabo del componente de evolución salarial –por los efectos del desplome de la productividad– y por la adversa evolución de la situación demográfica, resumida por la tasa de dependencia de mayores, con una contribución negativa al sistema de 1,10 puntos anuales. Este impacto se ha visto compensado parcialmente por una mejora de la tasa de ocupación y por la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral.
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