España no saldrá de la crisis laboral con Sánchez hasta 2036

El ritmo de creación de empleo se está enfriando mes a mes desde que el recién investido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asumiera el cargo en funciones. La recuperación del mercado laboral, en términos de reducción de paro, se ha frenado dramáticamente, tanto como para en que términos desestacionalizados el desempleo lleve creciendo dos trimestres consecutivos (un 0,74% en el segundo trimestre del pasado año y un 1,72% en el tercer trimestre de 2019), según la Encuesta de Población Activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística. Por su parte, las tasas de variación de la ocupación de estos dos últimos trimestres han arrojado avances planos o nulos del 0,25% y del 0,09%, y se encuentra en niveles registrados durante la crisis, reflejo claro de la pérdida de vigor alcanzada entre de 2014 y 2018, cuando comenzaron a dejarse notar los efectos de la reforma laboral aplaudida por la UE y el FMI, cuya columna vertebral pretende dinamitar la coalición socialcomunista que encabeza Sánchez. Los últimos datos de paro registrado facilitados por el Ministerio de Trabajo arrojaban un cierre de 2019 aún positivo, pero preocupante: el paro se redujo a su menor ritmo desde 2012 (apenas 38.692 desempleados menos) y el empleo creció solo en 384.373 ocupados más, casi 200.000 puestos de trabajo menos que en 2018 y el peor registro desde 2013. Los guarismos indican que el mercado laboral español no se ha recuperado todavía de los estragos de la Gran Recesión, cuando se trituraron casi cuatro millones de puestos de trabajo desde los máximos de ocupación de finales de 2007 (20,7 millones de trabajadores afiliados) a los mínimos alcanzados a principios de 2014 (16,9 millones cotizantes). Desde entonces, la reforma laboral y los llamados vientos de cola económicos que España aprovechó mejor que el resto del mundo desarrollado, lograron recuperar 2,9 millones de puestos de trabajo. Aún resta casi un millón de empleos perdidos cuya recuperación se ha frenado. Desde que se iniciaron los brotes verdes del mercado laboral a principios de 2014, los anteriores gobiernos populares lograron generar 2,4 millones de empleos, a razón de 141.176 ocupados más por trimestre hasta que Rajoy fue desalojado de la Presidencia del Gobierno en una moción de censura encabezada por Sánchez. La llegada del líder socialista al poder ha roto claramente esa inercia positiva, según los datos reflejados en la EPA. Así, desde el primer periodo de Gobierno imputable a Sánchez, el tercer trimestre de 2018 (asumió el cargo el 1 de junio de ese año), la creación de empleo se ha reducido a 350.000 ocupados más: 60.000 empleos por trimestre. En estas circunstancias, a razón de 60.000 empleos creados por trimestre, cifras que se antojan demasiado optimistas, el número de ocupados previo a la crisis no se alcanzará hasta el final de la recién estrenada decimocuarta Legislatura, allá por 2023, en caso de que esta llegue a completarse.

Pero incluso si Sánchez lograra volver a los 20,7 millones de trabajadores, la recuperación total del mercado laboral español hasta alcanzar los niveles previos a la crisis no se alcanzaría al ritmo que lleva la gestión de Sánchez hasta dentro de 16 años, nada menos que en 2036. Desde las cifras de desempleados previas a la crisis (1,7 millones de parados) hasta la actual que refleja la EPA, 3,2 millones de parados, restan aún por recuperar 1,5 millones de personas sin trabajo en España. Al ritmo de reducción de paro alcanzado por Sánchez, 22.400 parados menos por trimestre, harían falta nada menos que 65 trimestres consecutivos para lograr regresar a esos 1,7 millones de desempleados. Eso con las actuales condiciones de contratación y despido que, según ha anunciado la coalición socialcomunista, van a cambiar radicalmente, encareciendo los costes laborales para los empresarios y autónomos.

Las empresas ya despiden un 50% más

Esa negra perspectiva ya ha casi paralizado la reducción del paro hasta los 38.700 desempleados menos registrados el pasado año. Por contra, el paro cayó en 150.000 personas en 2013; en 250.000, a cierre de 2014; en 355.000, en 2015; en casi 400.000, en 2016; 300.000, en 2017 y 210.000 en 2018. El anuncio de derogación de la reforma laboral está llevando a las empresas a anticipar despidos, que cerrarán 2019 previsiblemente en máximos de los últimos 5 años. En los diez primeros meses de 2019, 604 empresas han ejecutado despidos colectivos que han afectado a 24.437 trabajadores, un 50% más que un año antes, por lo que es previsible que al cerrar el pasado año el número de perjudicados se sitúe cerca de los 35.875 que se produjeron en 2014. La mayor parte de esas extinciones de contratos alegan pérdidas actuales (11.308 trabajadores), seguidas por las causas organizativas (6.275) y de producción (2.066), según Trabajo.