Macroeconomía
El PIB puede hundirse hasta un 20% de aquí a junio
El INE estima un retroceso del PIB del 5,2% en el primer trimestre, una caída sin precedentes desde la posguerra española
Ya nadie lo discute. La economía española ha entrado en recesión tras haber encajado el tremendo impacto de la crisis sanitaria. El golpe ha provocado un retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) del 5,2% en el primer trimestre, una caída sin precedentes recientes. Lo ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su informe trimestral de la Contabilidad Nacional publicado ayer.
Este batacazo ni siquiera es comparable con el sufrido en el peor momento de la crisis financiera de 2008, cuando durante el primer trimestre de 2009 la economía cayó un 2,6%, y nadie ha olvidado lo que aquello significó. Hay que remontarse a los libros de historia para ver una situación semejante, solo comparable con los peores años de la posguerra española o el lustro siguiente a la II Guerra Mundial. Hay incluso quién lo compara ya con lo vivido durante la Gran Depresión, tras el Crack del 29, para hacerse una idea de la dimensión del desastre, pero no es menos cierto que no hay comparativa posible, ya que las economías y los mercados no son los mismos, ni en tamaño ni en capacidad de regeneración.
Sin embargo, no se puede perder de vista que un desplome del PIB de este calibre es el más duro registrado en la serie histórica del INE desde que se inició en 1970. Al menos en la tasa interanual, el PIB del primer trimestre se contrajo en menor medida, un 4,1%, frente al repunte del 1,8% del trimestre anterior, lo que significa que no se ha superado el mayor retroceso contabilizado hasta ahora, el del segundo trimestre de 2009, cuando la economía española se contrajo un 4,4% interanual. Pero, según todas las previsiones, solo habrá que esperar hasta el mes de junio para saber que ese récord negativo también se batirá. Todos los analistas creen que sí.
La economía apuntaba ya a una clara ralentización desde 2019. En los tres últimos trimestres del pasado año se venía creciendo a tasas del 0,4%. Pero ahora, ese retroceso del 5,2% registrado en el primer trimestre de este año supera incluso las estimaciones que había realizado el Banco de España, que había previsto una caída del 4,7%. Pero la incertidumbre es de tal magnitud que cualquier previsión puede saltar por los aires. Estimó el supervisor, con «la mayor de las cautelas», que la caída al final de 2020 podría situarse en el 13,6%.
El Fondo Monetario Internacional situó ese desmoronamiento en torno al 8%, mientras que el Banco Central Europeo cree que puede caer hasta el 11,4%. Lo que nadie duda es de que el hundimiento no tiene precedentes desde el primer tercio del siglo XX y que esas cifras pueden alcanzarse -e incluso superarse- ya en el mes de junio. Si se estima que durante el periodo recogido por la estadística del INE, hasta el 31 de marzo, el confinamiento inicial había paralizado, básicamente, al sector servicios, al turismo y al comercio, en las previsiones del siguiente trimestre, cuando quede reflejado el periodo de hibernación total de la economía, estas cifras quedarán pequeñas al lado de lo que se avecina.
Los datos no mienten y la caída marcará niveles históricos. Sin hacer extrapolaciones lineales, y según apuntan los analistas consultados por LA RAZÓN, durante el segundo trimestre se duplicará la contracción económica, hasta situarse sobre el 10%. Eso significa que la economía, y por tanto los españoles –porque la Contabilidad Nacional se establece sobre los beneficios, los sueldos y el valor de las exportaciones (esto último queda descartado tras el cierre de fronteras)–, perderán por el camino alrededor de 30.000 millones de euros en el próximo trimestre. Si se extrapolara esta cifra al total del año y se mantuviera en ese 10%, estaríamos hablando de 120.000 millones.
El economista y profesor del IEB, Miguel Ángel Bernal, cree que cualquier estimación en estos momentos es «muy complicada», pero confirma que no es descartable superar de largo el 10% de caída el PIB. «Pero la cifra que debe dar más miedo son los 200.000 millones de euros que el Estado tendrá que financiar para afrontar todos los gastos generados por la crisis. Si se compara con los 65.000 millones que recibió nuestro país para soportar la anterior crisis financiera, queda claro el tremendo problema que tendremos en el corto plazo».
Y este descalabro del crecimiento de la economía puede ser aún más dramático si el INE ajusta sus mediciones. Reconoce en el informe presentado ayer que la crisis sanitaria y el impacto de las medidas adoptadas para la protección de la población ha añadido «una dificultad extraordinaria para la medición de la evolución económica del trimestre», por lo que ha tenido que reducir el muestreo e incorporar fuentes adicionales, que han complementado a las habitualmente empleadas, además de servirse de estimaciones adelantadas de indicadores basados en datos administrativos.
Esto significa que si en su próxima estadística dispondrá ya de un muestreo más amplio y fiable, la horquilla de la caída del PIB se podría incrementar en cinco puntos básicos, hasta un 15%, o lo que es lo mismo, la pérdida económica podría alcanzar los 60.000 millones de euros hasta junio -180.000 si se mantuviera ese 15% hasta diciembre-. No hay que retroceder mucho en el tiempo para que las cifras comparadas muestren la magnitud de lo que puede a llegar. El rescate bancario que se puso en marcha en la gran crisis financiera de 2008 alcanzó los 43.000 millones de euros, y aún sigue pasando factura más de una década después. Otras fuentes van a un más lejos. La plataforma financiera Bloomberg deja pequeños esos 60.000 millones perdidos y los sitúa en 90.000 millones, lo equivalente a una caída del 20% del PIB en el segundo trimestre -240.000 millones si se cerrara el año con ese porcentaje-.
Al margen de vaticinios, el INE marca las causas directas de este desplome en el consumo de los hogares, un 7,5%, en la inversión empresarial un 3,5%, en el mercado de la vivienda, 9,6%, y del desmoronamiento del empleo, que destruyó puestos de trabajo en todos los sectores. La construcción redujo el empleo un 3,9%, frente al crecimiento del 0,9% del trimestre anterior, mientras que la agricultura registró un descenso del 7,2%, en contraste con el avance del 4,5% del último cuarto de 2019. El peor parado fue el sector servicios, con un pérdida superior al 10%. «Es el empleo el verdadero problema de esta crisis. Según como aterricemos tras la desescalada se podrá saber si este desastre será estructural y sistémico o tendrá una salida rápida», aseveró el economista Valentín Pich.
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