Energía eléctrica
El Gobierno vaticina una luz más barata pese a los 7.000 millones anuales en primas renovables
La ministra Ribera avanza que el precio de la electricidad será menor que en Francia y Alemania en 2023. España se codea año tras año con Italia como líder en la generación más cara
La ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta cuarta del Gobierno deslizó ayer sus predicciones sobre el futuro de los precios de la electricidad en España. Teresa Ribera afirmó que el precio de la electricidad convergerá con el de Francia y Alemania en 2023 y que, a partir de entonces, será más barata, gracias a la progresiva integración de las energías renovables.
Sin embargo, en las cábalas de la ministra no entran algunos factores determinantes que hacen muy difícil que esos vaticinios se traduzcan en un abaratamiento del recibo de la luz para los consumidores.
En primer lugar, España tiene a día de hoy uno de los precios más eléctricos caros, solo superado por Italia. Así se recoge en las estadísticas que maneja Omie, la compañía que gestiona el mercado mayorista de la electricidad. El precio de generación es el principal componente que integra el precio final de la factura de la luz que pagan todos los usuarios.
Según datos del último barómetro de asociación de grandes consumidores de energía AEGE, el precio final de la electricidad para la industria en agosto se situó en España en 49,07 euros megavatios hora, frente a los 20,89 euros de Alemania y los 25,06 euros de Francia.
En segundo lugar figura el lastre de los 7.000 millones de euros que se cargarán hasta 2031 en el recibo de la luz para retribuir a las empresas renovables. Este «hachazo» a los consumidores, que podría haberse reducido de no haber blindado el Gobierno la remuneración a las renovables en el 7,4% anual durante 12 años desde el pasado ejercicio. Si el Gobierno hubiera vinculado la prima a las renovables a la cotización del bono español más 300 puntos básicos, como se hizo hasta 2019, el consumidor habría visto rebajada su factura, algo que Ribera desechó entonces.
Pese a todo, Ribera remarcó que sus datos «apuntan a que gracias a la progresiva integración de renovables en nuestro sistema, contaremos con una convergencia de precios con respecto a los de Alemania y Francia hacia el año 2023, pero a partir de ahí será incluso más barato». Esto obliga a acelerar todo el proceso de cambio del sistema de subastas «para poder capturar este beneficio», incidió la ministra en el foro Nueva Economía.
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