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Agricultura

El papel de las cooperativas

Vista de un olivar en la provincia de Córdoba SalasEFE

Ahí va un ejemplo. Supongamos que llegado el momento, un agricultor o ganadero entrega su uva, su aceituna o su leche a una transformadora sin contrato; supongamos también que no se pacta un precio por esa mercancía y supongamos que tampoco se establece un plazo para realizar el pago. Pues bien, no se trata de suposiciones, sino de realidades, porque esa situación se da en estos momentos cuando se trata de los socios de una parte de las cooperativas agrarias, especialmente en el caso de los sectores del vino y del aceite de oliva. Los agricultores llevan su uva a las instalaciones de la cooperativa, hacen la entrega sin que haya un contrato de por medio, sin saber el precio porque dependerá de a cómo se llegue a vender el vino y también desconocen cuantos meses van a tardar en cobrar, porque también dependerá de cómo evolucionen las salidas de producto de las instalaciones de la cooperativa.

Otro tanto se puede decir de lo que sucede en el sector de la aceituna para almazara y del aceite de oliva: los agricultores entregan su aceituna, se moltura, se elabora el aceite, pero tampoco hay contrato, ni precio ni plazo de pago, que en algunos casos extremos ha oscilado entre los nueve y los doce meses de retraso. Si esto llega a hacerlo una empresa privada o digamos normal, estaría denunciada lógicamente y con toda la razón ante los Tribunales y ante la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA).


¿Constituye todo lo anterior una crítica al funcionamiento de una parte de las cooperativas? De entrada, no. Se trata más bien de una descripción de hechos que suceden y que los socios toleran, ellos sabrán por qué. El sector agrario no puede entenderse sin las cooperativas y sin el papel que estas desempeñan en el campo en apoyo de los agricultores y ganaderos. Ahora bien, eso no significa que todo sea de color rosa y que no haya problemas y defectos en el sistema cooperativo.

La gran pregunta que hay que hacerse y que se hacen también algunos responsables del Ministerio de Agricultura, que han situado a las cooperativas en su punto de mira, es la siguiente: ¿el funcionamiento de las cooperativas agrarias españoles debe ser el mismo que cuando se crearon o, por el contrario, debe adaptarse a un mundo tan cambiante como el que nos está tocando vivir, en el que la comercialización de los productos es una de las claves más importantes? Hay algunas que lo han hecho ya, pero otras muchas tienen los deberes pendientes. No pueden seguir, por ejemplo, sin contrato, sin precio y sin plazo de pago.

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