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El negocio redondo de las torres de Telefónica: vendidas un 15% por encima del valor que les otorgaba el mercado

ATC paga 7.700 millones por unos activos que Caixa valoraba en 5.000 millones y JB Capital y Alantra en unos 6.500 millones

El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez Pallete
El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez PalleteRodrigo JimenezEFE

Telefónica ha cerrado una operación de gran envergadura para fortalecer sus finanzas y muy ventajosa para sus intereses a tenor de las valoraciones que había sobre la mesa. Su filial especializada en la gestión de infraestructuras de telecomunicaciones Telxius Telecom –empresa en la que participan también, directa o indirectamente, el fondo de inversión británico KKR (40%) y Pontegadea (9,99%), la sociedad a través de la que canaliza sus inversiones el fundador de Inditex, Amancio Ortega– confirmó ayer un acuerdo con la compañía American Tower Corporation (ATC) para la venta de su división de torres de telecomunicaciones en Europa (España y Alemania) y en Latinoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina). La transacción se ha sellado en 7.700 millones de euros, pagaderos en efectivo, según informó la multinacional española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La cifra está muy por encima de los 5.000 millones de euros en los que Caixa valoraba las torres o los 6.400 y 6.500 en que estimaban su valor JB Capital y Alantra.

El importe de la operación supone también más del doble del máximo de 3.750 millones de euros al que se valoró Telxius en 2016, cuando Telefónica trató de sacarla a bolsa, intento del que desistió al no acercarse los interesados a las cifras que esperaba obtener la operadora. Con una diferencia, además, que no es menor. En esos 3.750 millones de euros se incluía el negocio de cables submarinos, cuya venta no está prevista en el acuerdo de transacción con ATC. Telxius opera una red internacional de cable submarino de fibra óptica de gran capacidad, incluyendo dos de los sistemas de mayor capacidad del mundo, Marea y Brusa, que alcanzará una extensión de 100.000 kilómetros en 2021. La compañía también se estaría planteando desprenderse de este activo, para lo cual ha contactado con varios asesores. Esta transacción podría alcanzar los 2.000 millones de euros. En la actualidad, los analistas de Sabadell valoran la totalidad de Telxius en 8.000 millones de euros, lo que supone que, de vender el negocio del cable submarino por 2.000 millones, Telefónica obtendría 1.700 millones más por el conjunto de la división del valor que le otorga el banco.

Relevancia del sector

El negocio de torres de Telxius generó un beneficio bruto (OIBDAaL) estimado durante los últimos doce meses de aproximadamente 190 millones de euros. Si dicha cifra se ajusta considerando el impacto total del portfolio alemán adquirido por Telxius en junio de 2020, el múltiplo implícito sobre OIBDAaL pro forma sería de 30,5 veces, cantidad récord, según la compañía española. De hecho, Cellnex se retiró de este proceso de compra, en el que estaba presente, dados los múltiplos tan exigentes alcanzados en la operación, según informaron a Efe fuentes conocedoras de la negociación. El mercado estima que el precio de venta de estas infraestructuras oscilaba entre los 18 y 19 veces OIBDAaL. Telefónica calcula que la plusvalía atribuible ascenderá, aproximadamente, a 3.500 millones. Una vez completada la operación, la deuda financiera neta del Grupo Telefónica se reducirá aproximadamente en 4.600 millones de euros y el ratio de apalancamiento (deuda neta/OIBDAaL) en aproximadamente 0,3 veces.

El precio de venta alcanzado en la operación es una prueba fehaciente de la importancia que está dando el mercado a este tipo de negocios de infraestructuras de telecomunicaciones. El 5G y las necesidades de liquidez de las operadoras son factores que han impulsado a las telecos a deshacerse de sus torres de telecomunicaciones en favor de operadores neutros tipo Cellnex, o de sociedades que han impulsado los propios operadores, como el caso de Telxius o Vantage Towers, a cargo de Vodafone.

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El acuerdo entre Telefónica y ATC establece la venta de un número de, aproximadamente, 30.722 emplazamientos de torres de telecomunicaciones y comprende dos transacciones separadas e independientes (de una parte, el negocio de Europa y, de otra parte, el negocio de Latinoamérica), fijándose los respectivos cierres una vez se hayan obtenido las correspondientes autorizaciones regulatorias. Entre otros aspectos, el mencionado acuerdo de venta contempla un compromiso de empleo por parte de ATC. En Telxius trabajaban unas 500 personas, de las que entre 240 y 250 se dedican a la parte de las torres vendidas. Estos empleos se verán protegidos en la transacción, según fuentes de Telefónica.

Aunque vaya a desprender de las torres, las operadoras del Grupo Telefónica mantendrán los actuales contratos de arrendamientos de las infraestructuras suscritos con las sociedades vendidas filiales de Telxius Telecom, por lo que dichas operadoras seguirán prestando sus servicios en términos similares a los actuales. De este modo, ATC se convertirá en el principal proveedor de Telefónica tanto en Europa como en América Latina. Las condiciones de renovación no incluyen ninguna cláusula de tipo «all or nothing» de carácter adicional.

Telefónica explicó que la venta de sus torres se encuadra en su estrategia, que contempla, entre otros objetivos, una política activa de gestión de cartera de sus negocios y activos, basada en la creación de valor y acelerando, al mismo tiempo, la reducción de deuda orgánica. «Se trata de una operación que tiene sentido estratégico dentro de nuestra hoja de ruta. American Towers era nuestro segundo proveedor tras Telxius», resaltó el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, quien añadió que tras esta «gran operación» el grupo seguirá centrado en sus objetivos «más ambiciosos»: la integración de su filial O2 con Virgin en el Reino Unido, la compra de los activos móviles de Oi en Brasil y la reducción de la deuda.