Un pesado legado

El rey de Samsung y la herencia envenenada que deja a su familia: 9.000 millones de euros en impuestos

Los herederos del presidente de la compañía coreana abonarán la astronómica tasa de Sucesiones porque es “su deber cívico” hacerlo

Lee Kun-hee en una foto de archivo
Lee Kun-hee en una foto de archivoAhn Young-joonAgencia AP

Hay quien renuncia en España a una herencia porque no tiene unos miles de euros para abonar el tan traído y llevado Impuesto de Sucesiones si vive en alguna de las autonomías que todavía lo aplican. Y hay quien tiene el dinero por tal castigo que puede permitirse el lujo de aflojar una ingente cantidad para heredar una no menos astronómica fortuna. El pasado 28 de octubre falleció en Corea del Sur el presidente de Samsung, Lee Kun-hee a los 78 años de edad. A pesar de que la compañía fue fundada en 1938 por Lee Byung-Chul, su padre, es a Lee Kun-hee a quien se considera el verdadero artífice de la transformación del conglomerado empresarial, desde que asumiera la dirección en 1987, en la mayor compañía de Corea del Sur y en una potencia tecnológica global.

A su fallecimiento, Kun-hee no sólo dejó una compañía puntera a nivel mundial, sino también una relevante fortuna. Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, el patrimonio del difunto presidente de Samsung superaría los 25 billones de wones (18.600 millones de euros), incluidas acciones valoradas en 19 billones de wones (14.130 millones de euros) en la compañía que dirigía. Un vasto patrimonio que sus herederos van a recibir no sin antes pasar por la ventanilla de la Hacienda coreana y dejar un buen pico en concepto de impuesto de Sucesiones: nada menos que 12 billones de wones (8.930 millones de euros).

Tras el fallecimiento de Lee Kun-hee, las autoridades coreanas concedieron a sus herederos un plazo de seis meses para que les comunicasen cómo deseaban organizar el cobro de la herencia, incluyendo el cuantioso pago del impuesto de sucesiones, fijado en el 50%, el segundo más elevado del mundo, después de Japón, con la posibilidad de elevar esta tasa aún más en función de las participaciones empresariales a heredar. El miércoles, a solo dos días de que expirase el plazo que se les había dado el Gobierno para tomar una decisión y después de darle no pocas vueltas, los familiares del empresario comunicaron su intención de aceptar su legado económico. “Es nuestro deber y responsabilidad cívicos pagar los impuestos”, anunció la familia en un comunicado difundido públicamente. Lo harán, eso sí, en varios plazos que les permitan asimilar tan abultado pago, aunque la familia no ha dado más detalles al respecto de cómo lo articulará.

Reparto de la herencia

Los herederos de Lee explicaron que donarán 1 billón de wones (740 millones de euros) a financiar la lucha contra el Covid-19 y la investigación de enfermedades raras, además de entregar la colección de arte del difunto patriarca, compuesta por alrededor de 23.000 obras, cuyo valor estimado ronda los 2 billones de wones (1.480 millones de dólares) y entre la que figuran originales de Salvador Dalí, Claude Monet y Pablo Picasso.

Muerto y enterrado el rey de Samsung y anunciado el destino de su herencia, a los analistas, despojados ya de cualquier sentimiento por su figura, lo que ahora les preocupa es el destino del voluminoso paquete de acciones que tenía en la compañía. Los expertos tendrán que esperar a las comunicaciones que se envíen a los reguladores coreanos para ver cómo se reparten las acciones, con la mira puesta sobre todo en su único hijo varón y vicepresidente de la compañía, Lee Jae-yong. El pasado está jalonado de turbios asuntos que tuvieron su colofón cuando fue condenado a dos años y medio de cárcel por su papel en un escándalo de corrupción que salpicaba también a Park Geun-hye, presidenta de Corea del Sur entre 2013 y hasta su destitución en 2017. A pesar de suponer su ingreso en prisión, la sentencia fue sustancialmente menor que los nueve años solicitados por los fiscales, ya que los jueces tomaron en consideración la dificultad para el empresario de rechazar las peticiones de sobornos por parte de la entonces presidenta del país.

Lee, de 52 años, había sido sentenciado en 2017 a cinco años de prisión por ofrecer miles de millones de wones a Choi Soon Sil, amiga íntima de la entonces presidenta surcoreana, Park Geun-hye, para, a través de esta amistad, lograr el favor del Gobierno en la fusión de dos filiales de Samsung.