Aviación

Startical, la constelación de nanosatélites que hará los vuelos más rápidos, eficientes y puntuales

Enaire e Indra revolucionarán la navegación aérea con un sistema que permitirá a los controladores conocer en todo momento la ubicación exacta de los aviones, lo que optimizará el transporte aéreo

Torre de control del aeropuerto de Palma de Mallorca
Torre de control del aeropuerto de Palma de Mallorcalarazon

A pesar de los avances tecnológicos actuales, la navegación aérea sigue adoleciendo de carencias que hacen de los vuelos de largo radio más largos, inseguros y contaminantes de lo que podrían ser. Hay zonas del globo en las que los controladores aéreos están medio ciegos porque no saben con precisión dónde están los aviones. Si pudieran ubicarlos con precisión de forma continua, se abriría la posibilidad de rutas más rápidas, seguras y eficientes. Que los controladores tengan ojos en estos puntos ahora ciegos es, precisamente, lo que va a permitir el pionero sistema de navegación aérea satelital Startical que van a desarrollar el proveedor español de servicios aéreos, Enaire, y la empresa tecnológica Indra. Ambas compañías han firmado esta semana el acuerdo para constituir la nueva sociedad al 50%.

La idea de Startical es sencilla dentro de su complejidad tecnológica. Ahora mismo, la navegación aérea se apoya en sistemas de control terrestres. Los radares permiten a los controladores saber dónde está el avión y las estaciones VHF las comunicaciones de datos y con los pilotos. “Cuando podemos ver los aviones con precisión porque la cobertura de los radares llega, los podemos separar entre 5 y 10 millas náuticas -entre 10 y 20 kilómetros- con seguridad”, explica Ángel Luis Arias, director general de Enaire. Pero en un desierto o el océano, donde no hay cobertura de los sistemas de navegación aérea basados en infraestructuras terrestres, la única forma de saber ahora la posición de un avión es por el reporte periódico que envía a los centros de control en tierra. No obstante, y dado que es imposible conocer con exactitud dónde están en todo momento, las aeronaves que sobrevuelan a la vez estas zonas son separadas unas 100 millas náuticas -185 kilómetros- para evitar el riesgo de colisión, explica Arias.

Revolución desde el espacio

Esta laguna en la navegación es la que vendrá a llenar Startical. Sus 200 nanosatélites flotarán en el espacio a baja altura desplazándose según sea preciso para dar cobertura en estos puntos ciegos a los que ahora no llegan los radares y las estaciones VHF. De este modo, este enjambre satelital, pionero en el mundo, permitirá los servicios de vigilancia de la posición de la aeronave (ADS-B) y los sistemas de comunicación por radio VHF entre controlador y piloto en cualquier parte del globo y con precisión. Y gracias a ello, los controladores podrán reducir la distancia de separación de las aeronaves en cualquier punto a 5 o 10 millas de modo seguro multiplicando así el número de rutas y descongestionando en áreas saturadas las actuales, que serán a su vez más eficientes en tiempos y consumos. La previsión es que Startical permitirá disminuir las emisiones de CO2 a la atmósfera a nivel global en al menos 13 millones de toneladas al año en 2030.

Pero para llegar a ese objetivo, el proyecto deberá quemar antes otras etapas. La primera abordará el periodo 2021-2023, contará con una dotación de 29,2 millones de eurosy servirá a Enaire e Indra para abordar los desarrollos técnicos necesarios para asegurar la viabilidad de la solución y los aspectos regulatorios y de mercado. A partir del año próximo, se empezarán a lanzar los primeros satélites para demostrar esta viabilidad técnica del proyecto, explica Arias. Para ello, se harán ensayos con tres dispositivos en la zona de las Islas Canarias, para lo que se ha firmado un acuerdo con Cabo Verde, cuyo espacio aéreo se verá involucrado en los test. Si esta fase experimental, que será financiada con 3,1 millones de euros por Sesar, el plan europeo para impulsar el Cielo Único en el continente; sale bien, “a partir de 2024, y hasta 2027, desplegaremos los satélites para dar servicio no sólo a Enaire sino a todos aquellos proveedores de servicios aéreos mundiales que han mostrado interés en el proyecto”, asegura el director general de Enaire.

Ventajas

Y es que Startical tiene vocación y capacidades globales. Al ser su red de 200 satélites un enjambre en movimiento y no geoestacionario, podrá dar servicio en cualquier punto del planeta. Esa opción ha despertado ya el interés de algunos gestores de navegación aérea de otros países. El proyecto promovido por Enaire e Indra tiene la ventaja de que sólo cuenta con otro competidor, Aireon, promovido por países como Gran Bretaña, Irlanda o Canadá. No obstante, según Arias, el sistema español cuenta con dos ventajas sobre el anglosajón: incorpora el sistema de comunicación y emplea nanosatélites, más fáciles de fabricar y mantener que los convencionales que emplea Aireon, lo que conllevará beneficios adicionales. La renovación cada cinco años en promedio de la constelación completa permitirá tener ciclos de mejoras tecnológicas y actualización mucho más ágiles que los de una constelación tradicional, que puede tardar quince años en renovarse. Ambas redes, además, serían compatibles. Aireon empleo satélites fijos que dan cobertura a la franja norte del Atlántico, con lo que toda la zona sur, la que conecta con Latinoamérica y más interesa a Enaire, está sin cubrir.

La puesta en servicio de Startical no significará, en cualquier caso, la desaparición de la actual infraestructura terrestre de control aéreo. No obstante, permitirá a Enaire no tener que duplicar o triplicar su red de radares y estaciones para evitar quedarse inoperativa pues contará con la red de seguridad que proporcionan los satélites.