Situación límite

El turismo, sobreendeudado y sin margen de reacción ante otra ola del coronavirus

Funcas avisa del peligro de más restricciones para una industria ya al límite. Francia y Reino Unido dan un respiro

GRAF6472. PEGUERA (MALLORCA), 08/07/2021.- Turistas disfrutan del sol en la playa de Peguera, este jueves en el municipio mallorquín de Calvià. EFE/CATI CLADERA
GRAF6472. PEGUERA (MALLORCA), 08/07/2021.- Turistas disfrutan del sol en la playa de Peguera, este jueves en el municipio mallorquín de Calvià. EFE/CATI CLADERACATI CLADERAAgencia EFE

El turismo ha sido, es y será todavía una buena temporada uno de los motores de la economía española. Pero el coronavirus ha puesto a prueba su resistencia hasta límites insospechados. Hasta tal punto, que sus costuras están a un paso de estallar. Este verano parecía que iba a enderezar un tanto el rumbo. Pero la irrupción de nuevas cepas del coronavirus puede truncar su incipiente recuperación. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) alertó ayer de que la imposición de nuevas restricciones a los viajes por la rápida propagación de la conocida como variante Delta puede frustrar las expectativas de recuperación de esta vital industria «debilitando un tejido empresarial sobreendeudado y sin margen de reacción».

En la presentación de sus previsiones económicas para España 2021-2022, el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, aseguró que, en principio, sus previsiones pasan por cerca de 8.500 millones de euros en ingresos por turismo durante este verano, el 40% de lo ingresado en 2019. Sin embargo, advirtió de que la nueva variante puede frenar esa recuperación. «La imposición de nuevas restricciones a los viajes por parte de los países de origen frustraría esas expectativas, debilitando un tejido empresarial sobreendeudado y sin margen de reacción», recogen estas previsiones.

El documento de Funcas prevé que ese porcentaje suba al 50% en el cuarto trimestre de 2021 y siga creciendo hasta alcanzar el 85% de esos niveles prepandemia ya en el verano de 2022. Una senda ahora puesta en revisión por la nueva variante que ya domina en varias comunidades autónomas españolas. De momento, recoge el informe, las previsiones de recuperación del sector se han revisado a la baja por la rápida propagación de la «variante delta» del virus, restando al menos tres décimas al crecimiento esperado del 6,3% del PIB en 2021.

Aunque los temores de Funcas están más que fundados en vista de la evolución de la pandemia, por el momento, dos de los principales emisores de turistas, Reino Unido y Francia, no parece que se planteen nuevas restricciones.Francia no va a impedir que sus ciudadanos vayan de vacaciones a España o Portugal, pese al mensaje de la semana pasada en el que se desaconsejaba hacerlo por el repúnte epidémico en ambos países. Pero pide una mayor vigilancia en lugares como Cataluña, donde los contagios se han disparado -la incidencia es ahora de 1.000 entre los jóvenes-, según aseguró ayer el portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal.

Reactivación británica

En el caso el Reino Unido, el sector turístico ha constatado el inicio de la recuperación del flujo de turistas entre Reino Unido y España. Así se puso ayer de manifiesto en el evento «Fomento del flujo turístico entre España y Reino Unido. ¿Cómo conseguimos recuperar los 18 millones de turistas perdidos?», organizado por Savills Aguirre Newman y la Cámara de Comercio Británica en España.

El embajador de Reino Unido en España, Hugh Elliot, en otro coloquio organizado por Executive Forum, recordó que España está considerado como un destino «ámbar» en el semáforo establecido por las autoridades británicas lo que «no significa que no se pueda venir, pero hay restricciones». Así, recordó que a partir del próximo lunes, los ciudadanos que haya completado el ciclo completo de vacunación podrán viajar sin tener que guardar cuarentena a su regreso al Reino Unido, uno de los principales escollos para la llegada del turismo británico.

El temor del Gobierno, expresado ayer por la ministra Reyes Maroto, es que se transmita una imagen de España como país no seguro que lleve a las autoridades británicas, francesas o alemanas a endurecer los requisitos para venir. Una circunstancia que constituiría una catástrofe para el sector turístico.