Trabajo
La crisis de los chips pone en peligro hasta 200.000 empleos en el sector de automoción
Para el presidente de Seat, Wayne Griffiths, la situación exige aplicar flexibilidad laboral en las fábricas. Los sindicatos piden al Gobierno medidas para paliar esta situación
La escasez de semiconductores va a tener gran impacto directo en los resultados de las compañías automovilísticas por la reducción de la producción y la imposibilidad de recuperar las unidades perdidas por las paradas de las líneas de montaje que se han producido durante el primer semestre del año en casi todas las plantas de producción españolas e europeas, y que no podrán recuperarse en lo que queda de año. Precisamente, esta misma semana Seat negociaba con los sindicatos medidas de flexibilidad para reorganizar la producción en la planta de Martorell, mientras los sindicatos urgen al Gobierno a establecer medidas que puedan disminuir los aspectos negativos de esta situación.
Porque parece que la crisis de los semicondutores se puede extender ya no a los primeros meses del próximo ejercicio, como se temía hace unas semanas, sino incluso durante todo el próximo ejercicio. Ante la crisis de estos chips, que afecta a la industria mundial del automóvil, Wayne Griffiths, presidente de Seat, ha asegurado que no queda más que aplicar la flexibilidad laboral, como hará en su fábrica de Martorell. Y ese es el mismo camino que seguirán prácticamente todos los fabricantes europeos.
Hay que tener en cuenta que Europa ha pasado de producir en 1990 el 44% de la fabricación mundial de semiconductores a solo un 10% en la actualidad, lo que ha provocado una alta dependencia de los grandes fabricantes a escala mundial ubicados principalmente en Asía. Esta circunstancia, sumada al encarecimiento del transporte por vía marítima y la crisis al mismo tiempo de algunas otras materias primas, hacen que en el sector del automóvil en España se haya formado «la tormenta perfecta».
Prueba de que la situación se extenderá en el tiempo es que sindicatos y dirección negocian en Seat un ERTE que se iniciará el próximo 27 de septiembre y se extenderá al menos hasta el próximo 30 de junio de 2022. Es decir, todo el primer semestre del año que viene.
La consecuencia de esta ciris de los microchips, unido a la crisis de ventas, provocará que miles de contratos temporales en las factorías acaben en despidos o en ERTE. A ellos habría que añadir los afectados en la industria auxiliar, que emplea de forma directa a cuatro veces más personal que las líneas de montaje, según cálculos de los sindicatos. En total, esta crisis de compoenentes están poniendo en jaque más de 200.000 puestos de trabajo del sector del automóvil en España.
Ante la falta de estos chips, absolutamente necesarios en los vehículos que se fabrican actualmente en nuestro país, las empresas han ido tomando diferentes medidas para adaptar su producción a la llegada de estos componentes. En estos momentos, las empresas del sector en Europa están teniendo problemas que les están llevando a parar sus cadenas de producción y a que muchas de las marcas prioricen la producción de sus vehículos con mayor margen de contribución o electrificados, para reducir de esa forma el impacto en sus cuentas de resultados.
Crisis de larga duración
Esto hace que la crisis afecte de manera muy intensa a las fábricas de automóviles situadas en España por el segmento de vehículos que se producen en nuestro país que, en general, se dedica al coche pequeño o mediano y con motor de combustión interna.
Fue precisamente durante la presentación en Múnich del prototipo urbano eléctrico de Cupra la pasada semana, cuando el máximo ejecutivo de Seat, el presidente Griffiths, se refirió a la situación que está viviendo el sector por la falta de estos componentes y destacó que su marca está dando prioridad a la fabricación de coches híbridos y eléctricos para poder cumplir los objetivos de emisiones de la Comisión Europea. «El impacto será mayor del que preveíamos antes del verano. Éramos más optimistas antes del verano y queríamos recuperar producción en el segundo semestre, pero en julio y agosto nos ha afectado bastante. Los problemas seguirán en el segundo semestre», señaló Griffits.
La filial española del grupo Volkswagen no ha cuantificado aún la pérdida de producción ocasionada por la falta de semiconductores, que se ha frenado en parte por los turnos extraordinarios que se trabajaron en Martorell en agosto, un mes en que la fábrica siempre cierra. Aún así, Seat ha conseguido producir 12.000 coches durante el mes pasado.
Pero la factoría de Martorell no ha sido una excepción dentro del panorama tanto nacional como internacional. La crisis de los semiconductores ha obligado a realizar paros técnicos a todas las fábricas establecidas en España y se han resentido de la situación todas las marcas productoras del país. Tanto las plantas pertenecientes al grupo Stellantis, que son las de Vigo, Figueruelas y Villaverde, como las grandes instalaciones de Renault en Valladolid y Palencia, han tenido numerosos paros técnicos durante todo el año, lo que también ha afectado a la fábrica de cajas de cambios que el grupo Renault tiene en Sevilla. Igualmente ha habido retrasos en las cadenas de montaje de Mercedes en Vitoria o de Volkswagen en Landaben.
Ante esta situación, CC OO, que se reunirá el próximo día 28 con empresarios del sector para buscar posturas en común, ha exigido al Gobierno medidas para disminuir los efectos negativos de la situación y sugiere utilizar los Fondos de Reconstrucción de la UE a través de los PERTE para impulsar en España diferentes soluciones. A medio plazo, se inclina por la promoción de la industria del reciclaje de semiconductores, apostando por un modelo de economía circular y sostenible y a largo plazo, pide apostar por la implantación de una fábrica de semiconductores como primer paso para dar una solución definitiva a esta crisis.
Desabastecimiento general
Porque la realidad es que la escasez de chips está afectando de diferente manera a cada modelo de automóvil fabricado. Si el conductor está en uno de los sistemas esenciales del coche, como electrónica del motor, de la suspensión o del cambio, el automóvil no podrá terminarse y crea a la marca un problema importante de almacenamiento de un producto no terminado. Si afecta a elementos no esenciales, como elevalunas u otros sistemas sencillos, el coche puede ser terminado prácticamente en su totalidad y el almacenaje es más sencillo.
Esta crisis de suministro de elementos electrónicos procedentes de Asia, especialmente de China, está afectando a la cuenta de resultados de todas las empresas automovilísticas europeas y parece que puede extenderse al menos durante el primer semestre del año que viene. Con ello, parece que puede haber problemas de suministro de automóviles en los próximos meses, especialmente en noviembre y diciembre que, tradicionalmente los de más más demanda en el año. Y especialmente en este ejercicio, ya que se sospecha que el Gobierno podría establecer en enero nuevas medidas en el impuesto de matriculación que supondría una subida impositiva para la compra de coches nuevos. Algo que hará que los compradores quieran adelantar su adquisición a diciembre para ahorrarse el incremento impositivo. Y entonces, podría darse el caso de que los fabricantes no tuvieran vehículos disponibles para la venta.
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