Polémica
Los streamers estarían sometidos a la regulación de la CNMC que los equipara con la televisión incluso si se mudan a Andorra
Competencia considera que si los servicios están siendo ofrecidos en España, quedan bajo su supervisión, “con independencia del país en que esté domiciliado” el creador de contenido
La consulta pública abierta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para estudiar una equiparación de los creadores de contenido audiovisual en internet con la televisión ha hecho saltar todas las alarmas de los streamers. Aunque la futura regulación solo está en el aire, un aluvión de streamers de la plataforma Twitch como El Xokas o Cristinini se han pronunciado al respecto y han amenazado con seguir la estela de El Rubius y mudarse a Andorra. No obstante, el texto publicado por la CNMC ya contempla este riesgo y incluye una cláusula que permitiría seguir aplicando la normativa aunque los vloggers cambien su domicilio a otro país.
El objetivo de esta consulta pública es estudiar la “posibilidad de encuadrar” a los creadores de contenido audiovisual en internet “como prestadores de servicios de comunicación audiovisual sujetos a la regulación sectorial audiovisual”, es decir, a la LGCA (Ley General de la Comunicación Audiovisual), la misma ley que regula la televisión tradicional. Con ello, la CNMC pretende regular publicidad encubierta o que podría poner en riesgo la protección del menor, al emitir contenidos sin calificación de edad. Además, al equiparse con la televisión, a estos streamers, youtubers, tiktokers y creadores de contenido también se les pediría una licencia trabajar y cumplir criterios de competencia entre agentes que ofrecen estos servicios.
En la consulta, la CNMC detalla una serie de criterios que agruparían a los vloggers en la categoría de prestadores de servicios de comunicación audiovisual y que, por lo tanto, tendrían que someterse a la ley audiovisual. Los que no se ajustasen a estos parámetros quedarían exentos de cumplir la normativa. Aunque estos criterios son solo una mera sugerencia y una futura regulación aún está pendiente de la consulta a las partes afectadas, algunos creadores de contenido ya han dado criticado la idea en Twitter y han señalado a las televisiones por “querer recuperar su pedazo de pastel atacando legalmente al creador”, como en el caso del creador de contenido @Anujbost.
Así pues, la CNMC sugiere estos criterios: el servicio prestado debe conllevar una actividad económica recurrente; el creador debe tener la responsabilidad editorial sobre su contenido; debe ser un servicio dirigido al público en general; la función de los contenidos debe ser principalmente informar, entretener o educar; su propósito principal deber ser la provisión de programas; los programas creados deben ser audiovisuales y deben proveerse mediante redes de comunicaciones electrónicas.
Ante la posibilidad de que una regulación de este estilo salga adelante, numerosos streamers se han plateado cambiar su residencia a Andorra, como ya lo hicieron anteriormente TheGrefg, Willyrex, Vegetta777, El Rubius o Alexby11. No obstante, esta decisión podrían no dar resultado si la CNMC considera que, independientemente del país de domicilio, los servicios los ofrecen en España, tal y como detalla el documento. “La presente comunicación está dirigida a todos aquellos agentes que de conformidad con la LGCA están sujetos a la supervisión de la CNMC según los previsto en el artículo 3 de la LGCA y con pleno respeto al ‘principio de país de origen’ que rige en los ámbitos regulados por la Directiva de Comunicación Audiovisual. No obstante lo anterior, hay que destacar que existen supuestos en los que la emisión de determinados contenidos por parte de un prestador se puede considerar que están siendo ofrecidos en España y, por tanto, sometidos a la supervisión de la CNMC, con independencia del país en que esté domiciliado”, señala el texto.
“En efecto, desde el punto de vista territorial, el que el prestador no esté domiciliado en España no conlleva necesariamente que no esté sujeto a la supervisión de la CNMC. Como ha tenido la oportunidad de señalar esta Comisión, podrán estar bajo la supervisión de la CNMC servicios de comunicación audiovisual ofrecidos por prestadores sujetos a la jurisdicción española, que pueden ser personas físicas o jurídicas no necesariamente domiciliadas en España”, añade.
Finalmente, el artículo 56.6 de la LGCA tipifica como infracción muy grave “la prestación del servicio de comunicación audiovisual sin disponer de la correspondiente licencia o sin haber cumplido el deber de comunicación previa”. Por lo que el incumplimiento de la normativa, que aún solo se ha planteado en consulta pública, podría acarrear cuantiosos multas para cientos de streamers.
Indignación en Twitch
Tras analizar el documento en su cuenta de Twitch, Illojuan, uno de los streamers más conocidos del momento y formado en Derecho, concluye que “la solución no es pirarte”. No obstante, entre los creadores de contenido españoles que aún mantienen su residencia en el país se ha desencadenado un efecto dominó y varios ya han manifestado su intención de mudarse a Andorra si la normativa entra en vigor.
El ejemplo más vehemente de ello ha sido el de El Xokas. “En el Gobierno hay mucho hijo de la gran puta, al que no le parece suficiente que yo pague la mitad de lo que gano. Que no se pasen de listos porque me largo a Andorra y esto es una amenaza al Gobierno. Yo amo a mi país pero no voy a dejar que nos vaciléis a todos”, expresó durante uno de sus directos el streamer que recientemente se ha convertido en el más visto de España. Sus declaraciones actuales contrastan con las que hacía hace unos meses, cuando saltó la polémica de las mudanzas a Andorra. En aquel momento, aunque comprendió la decisión de sus compañeros de profesión, abogó por quedarse en España y pagar impuestos que contribuyan con el bienestar social.
Con un discurso algo más calmado, pero también en esta línea, la streamer Cristinini se posicionó igualmente en contra de una posible normativa que los equipare a la televisión: “Nos quieren arruinar, básicamente. Somos tontos, pero gilipollas no. Espero que no salga el proyecto. Yo estoy a gusto aquí, pero tampoco voy a dejar que me jodan el curro”.
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