Opinión
Flexibilidad urbanística para solucionar el problema de la vivienda y crear empleo
La flexibilidad de usos del suelo es vital para atender el crecimiento sostenible de las ciudades dinamizar la economía
La flexibilidad de usos del suelo se configura como una de las soluciones para atender el crecimiento de las ciudades de forma sostenible. El Banco Mundial calcula que más de la mitad de la población global, 4.200 millones de habitantes, vive actualmente en urbes y en menos de 30 años esta cifra se duplicará. Sin embargo, la expansión del consumo de suelo urbano supera este crecimiento demográfico en un 50 % con las consecuencias a nivel medioambiental y falta de recursos naturales que implicará.
El Banco Mundial plantea construir ciudades inclusivas, saludables, resilientes y sostenibles. Es esta una misión y una oportunidad en la que las consultoras inmobiliarias tenemos mucho que aportar. A la hora de volver a pensar los usos de los activos que componen las ciudades debemos tener en cuenta las circunstancias cambiantes del mundo de hoy y la demanda de espacio flexible por parte de la sociedad. Espacio público y espacio privado. Los modelos de desarrollo inmobiliario que se están abriendo paso se definen por su adaptabilidad, versatilidad y carácter complementario.
En el contexto actual de progreso en el que vivimos no tiene sentido y sería difícil de concebir un urbanismo rígido y hermético que no fuera capaz de aceptar nuevos usos o directrices dinámicas que requieran una puesta al día continua. Constituiría una barrera para el desarrollo de la actividad y produciría un desequilibrio de nuestras ciudades en comparación con la evolución de los países más vanguardistas del resto de Europa.
En este panorama urbanístico que estamos describiendo en nuestro país existe un problema claro de falta de suelo de calidad y, por otra parte, la carencia de suelo disponible y no siempre a precio competitivo. Los problemas son diferentes según las distintas zonas geográficas, pero se han agudizado a causa de los efectos de la pandemia. Los procesos burocráticos hasta lograr que se convierta en finalista tienden a ser largos. De ahí que la agilización y digitalización de este proceso se tiene que abordar de forma prioritaria. Justo ahora es un buen momento para ello debido a que parte de las ayudas de los Fondos de Europa van en esta dirección.
Nuestro punto de vista es favorable y colaborativo hacia un urbanismo flexible con criterios medioambientales. En su avance necesitamos la implicación de la administración. Las calificaciones del suelo, las actualizaciones de las leyes de suelo regionales, los planes generales de ordenación son herramientas imprescindibles que nos pueden permitir facilitar el cambio de usos del suelo y construir así más vivienda y la infraestructura que requieren nuestras ciudades. Podremos potenciar el suelo urbanizable y ceder más suelo público para construir vivienda asequible. Paralelamente, esta dinamización de la economía también conllevaría la generación de empleo, al promover las oportunidades laborales en el sector. Todo un motor de la economía.
Un último punto a favor de esta redefinición de regulaciones y medidas encaminadas a la flexibilidad de usos urbanísticos es que pueden ser el acicate de nuevas fórmulas determinantes para nuestro trabajo de emprendimiento de grandes proyectos urbanísticos como Madrid Nuevo Norte.
Ricardo Martí-Fluxá es presidente de la Asociación de Consultoras Inmobiliarias (ACI)
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