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El campo estalla contra el Gobierno en la mayor manifestación de su historia

Entre 150.000 y 400.000 personas participaron en la manifestación de Madrid. El mundo rural se moviliza contra las políticas y el desprecio del Ejecutivo de Sánchez

Madrid vivió ayer la que probablemente sea la manifestación de protesta más importante del sector agrario y el medio rural contra el Gobierno desde la llegada de la democracia. En cualquier caso, sí es la más nutrida de este siglo, porque en ella participaron entre 150.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno, y los 400.000 que calculan los convocantes, como las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, la Federación de Caza, las cooperativas agroalimentarias, Fenacore (las comunidades de regantes), los ganaderos de toros de lidia y las integradas en la llamada Alianza Rural.

Los manifestantes comenzaron a congregarse a primera hora de la mañana ante la sede del Ministerio de Agricultura, cuyo responsable es Luis Planas, bastante antes de la hora del comienzo, las 11 de la mañana, y desde allí enfilaron el Paseo del Prado, pasando ante el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón, bestia negra para los ganaderos. Siguieron el por Cibeles y el Paseo de la Castellana, hasta terminar a las tres de la tarde frente a la sede de los Nuevos Ministerios, donde están las sedes de Transición Ecológica de Teresa Ribera, que genera un profundo malestar en el sector agrario y el medio rural (especialmente entre cazadores, regantes y ganaderos), y de Trabajo, departamento encabezado por Yolanda Díaz, también muy criticada por los titulares de explotaciones agrarias que proporcionan empleo. No obstante, las críticas fueron generalizadas a todo el Gobierno presidido por Pedro Sánchez.

Con el acto de ayer termina así, en principio, el último proceso de movilizaciones, sobre todo agrarias, que comenzó a finales de 2021, aunque no se descarta que continúen las protestas si no se atienden las reivindicaciones planteadas a lo largo de este tiempo. Esa oleada de protestas contra la política agraria y rural del Gobierno de Sánchez es la segunda parte de las que se realizaron a principios de 2020 y que finalizaron con la llegada de la pandemia. Precisamente, el papel desempeñado por el campo y el conjunto de la cadena agroalimentaria durante el confinamiento, que aseguró el abastecimiento de los productos básicos, fue uno de los argumentos esgrimidos ayer por los manifestantes, que criticaron a los ministros relacionados con el campo, pues no han tenido en cuenta ese esfuerzo realizado y no han atendido sus reivindicaciones.

Un ejemplo: en febrero de 2020, durante la primera oleada de movilizaciones, Planas pactó con las organizaciones agrarias la creación de una serie de mesas de negociación para abordar las peticiones del sector. Una de ellas estaba dedicada a la fiscalidad y a la energía: pues bien, esta última no ha llegado a reunirse en los dos años largos que han pasado, pese a que el coste de la energía es uno de los principales problemas que hay en el campo, que se ha agravado durante los últimos meses y especialmente desde que comenzó la invasión de Ucrania.

En el sector agrario, cuyos habitantes viven en el medio rural, hay también un gran malestar contra el Gobierno, al que acusan de actuar contra sus costumbres y tradiciones. Esta es la principal queja de los cazadores que secundaron forma masiva la protesta. También de los ganaderos de lidia. Las denuncias contra el monopolio de Agroseguro también estuvieron presentes: El lobo mata, Agroseguro nos remata», podía leerse en una de las pancartas.

Mucho colorido

La gran manifestación del campo de ayer tuvo mucho colorido, como suele ser habitual en este tipo de actos. Hubo tractores, animales diversos, representantes de los apicultores son sus trajes, instrumentos como cencerros, cazadores con sus rehalas de perros, caballistas….y muchos, muchos autocares, más de 1.500, que fueron uno de los principales dolores de cabeza para los organizadores y la Policía Municipal. Otro dato a tener en cuenta: la ausencia de incidentes a pesar de la participación tan masiva. Y un último apunte: los lemas de las pancartas que darían para otro «Celtiberia Show» del añorado Luis Carandell.