El ex ministro y ex presidente de REE Jordi Sevilla posa en las oficinas de LLYC en Madrid

Jordi Sevilla: “Hay que sacar las amargas con las dulces y subir la edad legal de jubilación”

Apuesta por deflactar la inflación en la renta: “Sí, lo que propone Ayuso”. El ex ministro socialista y ex presidente de Red Eléctrica pide reabrir el debate nuclear

Valenciano, con carrera en Madrid, impreso el nombre del santo patrón de Cataluña (y de Alcoy, apunta) y andaluz por apellido, Jordi Sevilla, ex ministro, hombre-goma de dos presidentes socialistas (Zapatero y Sánchez) por aquello de que va a su aire, y ex presidente de Red Eléctrica, ha tomado varias veces la puerta giratoria sin marearse. Nos recibe es su «casa» de la consultora LLYC, un hervidero donde destripar «La España herida» (Deusto). ¿Qué tiene de valenciano, andaluz, catalán o madrileño? «Lo que todos. Somos españoles. Una pluralidad de sentimientos. Pero somos la única generación que no ha sufrido una guerra interna. Tenemos una tradición de virulencia tan fuerte que me parece increíble que haya quien azuza el fuego». Primera andanada.

-Hace referencia en varias ocasiones al riesgo de ruptura en España ¿Qué le parece que el Supremo vuelva sobre los indultos del procés?

-Me parece sorprendente e innecesaria. Parece que la justicia depende de quien la ejerce y no de un criterio objetivo en función de si cambia el presidente del Supremo. No transmite una buena imagen de imparcialidad. Creo que es innecesaria porque hoy la tensión en Cataluña ha pasado. Deberíamos marcarnos si el objetivo es que resurja allí la bronca para que a los que viven de la bronca les vaya bien en las elecciones o el objetivo es seguir pacificando y tranquilizando y reconduciendo el disparate que fue ese intento de independencia. Por eso creo que este asunto no debería de moverse.

-Usted ha sido crítico con los indultos.

-Si porque en su momento no tenía claro el impacto en ERC y en Aragonés. Este president (de la Generalitat catalana) lo tiene complicado porque tenía que acallar a Puigdemont, lo que va en beneficio de todos los españoles, y aterrizar en asuntos concretos, más allá de la independencia, como la ampliación del Prat o la sentencia del castellano. Se trataba de que la independencia no fuera el monotema. Eso es bueno para todos y es el camino para reencontrarnos con la mayoría de catalanes. Así que mejor dejarlo estar. Además, el Gobierno tiene capacidad para indultar.

-¿Estamos más o menos divididos que en la Transición?

-En la Transición había solo dos puntos de acuerdo muy vagos: no queremos volver atrás, a ningún atrás, y queremos ser europeos. Con algo tan abstracto se construye la Constitución. El consenso que consigue a lo largo del debate. Quienes cuestionan la Transición y la Constitución porque cuestionan el consenso hacen un flaco favor a la democracia. Si no hay nada que nos une qué hacemos con una historia común. Eso es lo que hay que reforzar y en lo demás tenemos que ponernos de acuerdo. Hay políticas de Estado y luego está si subes o no el IVA.

-¿Se está rompiendo la concordia?

-No es tabú reformar la Constitución, pero hace falta consenso. Te costará dos o cuatro tardes. Hay partidos que no quieren esos consensos porque viven de la confrontación y de la ruptura.

-Habla de males sistémicos de la economía española que nos han llevado a perder convergencia con la renta media de la UE, un 30% inferior. ¿Le resulta triunfalista el discurso de Sánchez en Davos?

-Hay datos que avalan lo que dice Sánchez. El primer trimestre de este año crecimos el 0,3%, y la media de la OCDE es el 0,1%. Francia no ha crecido y Japón, Italia y EE UU han decrecido.

-La caída aquí fue más severa...

-Porque teníamos los sectores más afectados por la pandemia. Hacemos un flaco favor a España si nos autoflagelamos en exceso. Es verdad que hemos perdido convergencia, pero estamos mejor que en 2000. Los que predican la eterna decadencia no tienen razón. Los datos no avalan eso. Hoy se vive mucho mejor. Pero gobierne quien gobierne, España lleva décadas con factores diferenciales como la media de paro superior a la europea, una inflación superior. Hay algo estructural que tiene que ver con nuestro tejido empresarial. Hay mucha pequeña y mediana empresa que solo sobreviven precarizando el empleo y sin innovación. No tenemos que sentirnos orgullosos del bar de la esquina chapucero que paga en negro sino del bar de la esquina que hace las cosas bien. Por cierto, ¿hacer crecer a nuestras empresas es de izquierdas o de derechas? Da la impresión que es de todos porque los temas importantes no son de uno u otro.

-Sin embargo, aunque afirma que estamos mejor que en 2000, dice que hoy tener empleo no garantiza salir de pobre.

-En 2000 había más paro. El nivel de pobreza se ha enquistado. No lo digo yo, lo dice Cáritas y lo ve todo el mundo. A lo mejor las políticas utilizadas no sirven A lo mejor el Ingreso Mínimo Vital, que no es de unos ni de otros, no funciona todo lo bien que debiera. Me preocupa y me entristece que un 23% de los españoles viva por debajo del umbral de la pobreza.

-La pobreza se enquista y la presión fiscal no ha dejado de crecer. ¿Es ese el motivo de que la clase media esté en peligro?

-No tengo tan claro que haya subido la presión fiscal. Nuestro sistema recauda por unidad de PIB menos que la media de la UE. Deberíamos corregir esos agujeros o ese fraude antes de abordar si subimos o bajamos impuestos. Otra cosa es la inflación y la deflactación de la tarifa, que debería deflactarse por ley siempre que el IPC superase el 2%, que es el objetivo del IPC y evitar una subida silenciosa de impuestos.

-¿Lo que propone Ayuso?

-Sí, sí. Para vitar subidas de impuestos porque no se deflacta y evitar así que se convierta en una herramienta electoral. Debería ser obligatorio y el que quiera subir o bajar impuestos que asuma la consecuencia.

-Si el Estado no es suficientemente eficiente o se adelgaza el Estado y se bajan impuestos, o se le da una vuelta.

-Lo segundo. Con la crisis financiera y la pandemia, hay que tener muchos bemoles para seguir diciendo que el Estado es un lujo o un problema cuando todos los estados del mundo han salido en rescate de la economía y de los ciudadanos. Una sociedad sin Estado sería peor.

-Es relativo, porque no conozco ningún paraíso fiscal donde se viva mal.

-Habrá que ver cómo han llevado la pandemia y la crisis. Sin Estado, aquí, durante la crisis financiera, si hubiera dejado quebrar a los bancos, habrían arrastrado a todos los depositantes. Lo han hecho todos los gobiernos, de izquierdas y derechas. Lo que hace falta es que el Estado sea ágil y funcione bien. Que sea eficaz en el gasto.

-Pues lo que tenemos encima como una espada de Damocles una subida de impuestos en 2023.

-Está sobre la mesa porque tenemos un debate político de baja altura. Hay otros asuntos más importantes.

-Tenemos más funcionarios que nunca. ¿Hacen falta más?

-No tenemos más que la media europea. Hay que empezar por reducir la temporalidad, que es una vergüenza que el primer agente económico del país tenga esa tasa de precariedad.

-Precisamente, propone compaginar esos empleos precarios con el cobro de prestaciones. ¿No equivale a que los contribuyentes subvencionen el empleo poco cualificado?

-El problema es que hemos roto el pacto. Muchos jóvenes han cumplido: han estudiado, se han ido fuera, hablan idiomas y tienen que aceptar, como los investigadores, ser becarios toda la vida. Además, la robotización y los algoritmos afectan al trabajo humano hasta el punto de que lo que te pagan por tu trabajo y lo que recibes para vivir no tiene por qué ser lo mismo. La renta básica. Tener garantizado, como la educación y la salud, que no te mueras de hambre.

-Pero en España todo el que quiere prosperar, puede hacerlo.

-Sí, pero qué casualidad que la mayoría de empresarios sean hijos de empresarios. No existe esa igualdad. Como en el caso de las mujeres, son el 90% de las que se quedan en casa cuidando a los hijos.

-Tres cuartos de lo mismo con la temporalidad: el Estado es el primero en no dar ejemplo.

-Va más allá. Hay más mujeres licenciadas y con oposiciones en los altos cuerpos de la administración y, sin embargo, el 80% de los altos cargos públicos y privados son hombres. ¿Es una libre elección? Cuando adopté el primer hijo me iba a las 7 a bañarlo y pude hacerlo. Mi mujer, en el sector privado, no podía.

-¿Es un verso libre del PSOE?

-Sí, creo mucho en la libertad individual. Soy el pequeño de una familia numerosa muy discutidora. Y nos queremos mucho. Para mí discutir no es peyorativo, si no se insulta. Ya ahora estamos en el idiota y tú más. Descalificar no hace país. Aquí no sobra nadie.

-¿No va quedar otra que elevar la edad legal de jubilación?

-Creo que sí. Y hacer coincidir el cálculo de la pensión con todo el periodo de cotización. Estaba en el Pacto de Toledo del 96. Se ha de aplicar todo, el Gobierno solo ha aplicado la mitad, la indexación al IPC. Lo razonable habría sido hacerlo todo junto. Es mejor sacar las amargas con las dulces porque ahora a ver quién tiene interés en pactar las amargas. Ha habido precipitación del Gobierno, una buena idea mal ejecutada.

-¿Hay que encarecer el despido como piden los sindicatos?

-No. Derogar toda la reforma laboral del PP era un disparate. Se ha hecho lo que había que hacer. Han pasado diez años. No es el momento de penalizar más el despido. Eso son políticas del siglo XX, es muy antiguo. Tenemos un mundo laboral muy diferente.

-¿Es más liberal que socialista?

-Soy socialista a fuer de liberal.

-Conoce o ha trabajado con todos los presidentes socialistas desde la Transición, ¿con cuál se queda?

-Con el próximo. Siempre espero que sea mejor que el anterior.

-Como ex presidente de REE, ¿cree que el tope del gas para frenar la escalada de precios de la luz se queda coja?

-Creo que es una medida acertada y se debería de haber negociado antes. Pero seguimos sin abordar la incompatibilidad entre el mercado marginalista y que más de la mitad de nuestro sistema eléctrico se genere a través de renovables a coste marginal cero. No se puede pagar al coste más alto cuando además las renovables siguen creciendo cuando además tienes empresas que tienen todas las tecnologías y pueden primar unas u otras. Este sistema choca con la transición ecológica.

-¿Tiene trato con Teresa Ribera?

-(No contesta).

-¿Qué le parece su gestión?

-Ha acabado haciendo lo correcto, aunque ha tardado.

-¿Nuclear sí o no?

-Es un debate que habrá que abrir. Una cosa es cerrar las centrales actuales y otra cerrarnos las puertas a minicentrales que pueden funcionar como almacenamiento.