Energía

El gas se dispara un 30% y la UE apunta a su intervención

Bruselas estudia actuar sobre el mercado gasista TTF de Países Bajos, que sirve de referencia en Europa, ante el cierre «sine die» del gasoducto Nord Stream. El euro, en su nivel más bajo en 20 años

Acto de inauguración de las obras del gasoducto Nord Stream 2, cerca de San Petersburgo, en 2010. La tubería, que debía reforzar el flujo de gas entre Rusia y Alemania, está paralizada a causa de la invasión de Ucrania
Acto de inauguración de las obras del gasoducto Nord Stream 2, cerca de San Petersburgo, en 2010. La tubería, que debía reforzar el flujo de gas entre Rusia y Alemania, está paralizada a causa de la invasión de UcraniaDmitry LovetskyAgencia AP

La posibilidad de que Rusia acabe cortando de raíz el suministro de gas a los Veintisiete está acelerando lo planes de la UE para afrontar esta desafío. Aunque se espera que no sea hasta la semana que viene, el día 14, cuándo la presidenta del Ejecutivo comunitario Ursula von der Leyen presente su propuesta para una intervención del mercado, la presidenta checa quiere que la reunión extraordinaria de los ministros de energía de este viernes desbroce el camino para conocer qué tipo de medidas están respaldadas por los países.

Praga, que este semestre ostenta el timón europeo, ha hecho circular un documento entre las diferentes delegaciones, adelantado por el digital «Político», y que contempla una batería de cinco tipos de medidas que abarcan desde la introducción temporal de un tope al precio del gas, que podría estar circunscrito tan sólo a los países que dependen del hidrocarburo ruso; un plan de ahorro sobre la electricidad, similar al puesto en marcha para el gas; medidas para incrementar la liquidez en los mercados, como líneas de crédito específicas para los operadores y la suspensión del mercado de derivados; limitar los ingresos para aquellas fuentes de energía más baratas que no incluyen la generación de gas (los denominados beneficios caídos del cielo) o cambios en el sistema de comercio de emisiones de gases con efecto invernadero que obliga a pagar a las empresas que contaminan.

El documento, fechado el día 4 de septiembre, se hace eco de la interrupción «sine die» del suministro por parte de Rusia a través del gasoducto Nord Stream 1 –que tenía que haber vuelto a funcionar el sábado– y analiza con preocupación sus repercusiones. «Los altos precios de la energía y la volatilidad están alimentando el alza de la inflación y tienen un impacto severo en las empresas y consumidores, incluyendo –pero no sólo– a los más vulnerables, los afectados por la pobreza energética e incrementándose también para los hogares de clase media».

El gas TTF, a 283 euros MWh

Mientras la Unión Europea debate posibles medidas, la evolución en los parqués no da señales demasiado halagüeñas. Los contratos europeos de futuros del gas natural, negociados en la plataforma holandesa TTF. de referencia en Europa, escalaron este lunes hasta una cotización de 283 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un incremento del 30% respecto al precio al que cerraron el viernes, día en el que se conoció que el Nord Stream 1 no reanudaría el suministro. El gas TTF ha cotizado a una media histórica de entre 15 y 20 euros en la última década. Mientras, el euro sigue sufriendo las consecuencias y cayó este lunes a su valor mínimo frente al dólar desde hace veinte años, por debajo de 0,99 dólares a causa, según los analistas, del corte del gas ruso.

En un principio, Gazprom había justificado la paralización del gasoducto que une Rusia y Alemania en la necesidad de realizar un mantenimiento periódico, aunque el suministro llevaba varias semanas con unos niveles muy bajos, con el flujo únicamente al 20% de su capacidad. Ahora, la excusa para no reactivar la tubería es una «fuga» de aceite en una turbina, si bien Siemens asegura que no es motivo suficiente para no reanudar el flujo de gas.

Las diferencias entre el nivel de dependencia respecto al gas ruso entre los países europeos hacen que el debate no se presente nada fácil, lo que hace temer que Rusia acabe explotando estas discrepancias entre los países europeos. Se espera que la Comisión Europea no sólo se limite a proponer la próxima semana una intervención de emergencia para evitar la escalada de los precios energéticos, sino que también prepare para los meses venideros una reforma del mercado de fijación de tarifas en las subastas mayoristas, con el fin de desvincular los precios del gas del resto de energías más baratas. Una posibilidad defendida por los países del sur de la UE, pero que hasta ahora no había contado con el beneplácito ni de Alemania ni de los países nórdicos.