Inflación
Las cocinas de los hogares se precarizan: hacer una tortilla de patatas cuesta ya un 25% más y una tostada, un 34%
Tareas cotidianas en las familias españolas como hacer un bizcocho (+43%) o un pescado (+38%) van camino de convertirse en un lujo. Los precios subieron un 7,3% en octubre, pero los alimentos se dispararon al récord del 15,4%
Ir a la compra a día de hoy es un 15% más caro que hace un año, aunque la situación es aún peor si hablamos de los alimentos básicos, cuyo precio se ha elevado por encima del 20% en los productos principales de la cesta de la compra: legumbres, hortalizas, leche huevos, aceite, cereales o azúcar. Aunque el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra la tasa anual del índice de precios de consumo (IPC) en el 7,3% en octubre, gracias al descenso de la electricidad, el incremento medio del precio de los alimentos se disparó al récord del 15,4%. El dato de inflación coincide con el adelantado y supone 1,6 puntos menos que el 8,9% de septiembre y la cifra más baja desde enero. Sin embargo, la inflación subyacente –la que no tiene en cuenta energía ni alimentos frescos– no remite y continúa en el 6,2%, cada vez más cerca de coincidir con el índice general.
La tendencia a la baja del IPC interanual se ha apoyado en la bajada de la energía, con una moderación en los precios de la electricidad y un abaratamiento relativo de la factura del gas. La electricidad se ha abaratado en el último año un 15,4%, incluyendo las rebajas impositivas aplicadas a la factura, tasa que contrasta con el repunte del 60% del pasado mes de agosto y que refleja lo que se denomina «efecto escalón» –producido al comparar las tasas de un mes sobre el el hace un año–. Descontando las rebajas fiscales, la rebaja interanual del precio de la luz sería del 11,5% en octubre. La bajada de la electricidad frente a la subida del mismo mes de 2021 fue determinante en el sector de vivienda, que bajó sus precios más de 11,5 puntos, hasta el 2,6%. No puede decirse lo mismo de los carburantes: la gasolina subió solo un 1,1%, pero el gasóleo tuvo un ascenso del 24,3%. A impuestos constantes –sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos– el IPC interanual alcanzó en octubre el 7,7%, únicamente cuatro décimas por encima de la tasa general.
Otra cosa es lo que está sucediendo con la cesta de la compra, cuya subida de precios ha sido la más alta jamás contabilizada desde que se tienen registros en esta serie, en enero de 1994, con los alimentos básicos encabezando la lista de los encarecimientos más elevados. Así, los que más han subido en el último año han sido el azúcar (42,8%); la mantequilla (34,%); legumbres y hortalizas frescas (25,7%); los huevos (25,5%), la leche (25%); los aceites (23,9%), y los cereales (22,1%). Otros productos básicos también crecen a doble dígito: el pan y la carne de vacuno (14,9%); frutas frescas (12,8%); carne de porcino (12,3%); crustáceos, moluscos y preparados de pescado (12%); café, cacao e infusiones (11,9%), y el pescado fresco y congelado (11,2%). Respecto al mes pasado, lo que más subió de precio fueron el azúcar (27,2%) y la fruta (10%).
Con este contexto, tareas cotidianas de las cocinas de los hogares españoles como hacer una tortilla o un bizcocho van camino de convertirse en productos de lujo, como ya lo son algunos platos tradicionales. Hacer un bizcocho esta semana es casi un 43% más caro que hace un año; elaborar una tortilla de patata ha subido un 25%; desayunar una tostada de pan y mantequilla se ha encarecido un 34% y hacer pescado al horno con guarnición un 38%, aunque a estos incrementos habría que sumar además el coste eléctrico adicional.
Y aunque el IPC ha disminuido en todas las comunidades autónomas –los mayores descensos se produjeron en La Rioja, Castilla-La Mancha y Castilla y León, con bajadas de 2,1, 2,0 y 1,9 puntos–, el dato anual acumulado sigue siendo negativo en dos puntos –del 5,4% de octubre de 2021 al 7,3% actual–, que se eleva hasta ocho puntos en el caso de los alimentos –del 7,3% al 15,4%–.
Tras conocer estos datos, el Ministerio de Asuntos Económicos se apresuró a destacar minutos después de conocer los datos del INE que «el plan del Gobierno para moderar la inflación funciona». Sin embargo, su titular, Nadia Calviño, fue más prudente y apuntó que prevé que la inflación se mantenga en el entorno del 7% en lo que resta del año y que a partir de 2023 se retome «la senda descendente», aunque «todo dependerá de la evolución de la guerra de Ucrania».
Por su parte, el propio Banco Central Europeo advirtió ayer de que «los hogares de ingresos más bajos se verán mucho más afectados por la inflación y las subidas de los tipos de interés a partir de finales de 2022», lo que podría disparar las tasas de morosidad y dejar de pagar sus deudas y «poner en peligro la estabilidad financiera».
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