Vivienda

El tope al alquiler fracasa: solo un 12% de los inquilinos mileuristas puede pagar una vivienda

La subida del precio del alquiler expulsa a los inquilinos con ingresos más bajos. El porcentaje ha caído desde el 16% previo a la aplicación del tope a la subida del 2%

Carteles de Se Alquila vivienda en Madrid
Carteles de Se Alquila vivienda en MadridJesús G. FeriaLa Razón

Las medidas tomadas por el Gobierno para el control del precio de los alquileres se han mostrado del todo ineficaces, a tenor de las cifras que aportan los estudios que portales inmobiliario y organismos oficiales han presentado en los últimos meses. El último ha sido el del portal Fotocasa, que confirma que el porcentaje de inquilinos con ingresos brutos mensuales de 1.000 euros o menos cae del 16% al 12% en 2022, en la mayoría de los casos porque no pueden afrontar el pago del alquiler, mientras suben del 12% al 14% aquellos con ingresos entre 2.000 y 2.500 euros.

Una de las causas principales de esta situación es la falta de oferta, porque no hay viviendas suficientes en alquiler para cubrir la demanda, por lo que los precios se disparan al fijar los arrendadores un precio de salida tan alto que se quedan fuera de la oferta los sectores más vulnerables, algo que quería solucionar el Gobierno y que no ha conseguido, tanto porque las medidas son ineficaces como porque no existe un control real de precios.

El informe ‘Experiencia en alquiler en 2022′ destaca que el alza de precios del alquiler “expulsa a quienes menos ganan lo cual hace que ganen peso relativo los tramos con mayores ingresos”. Así, solo el 9% de los inquilinos cobra entre 601 y 1.000 euros brutos mensuales, el 15% cobra entre 1.000 y 1.500 euros y hasta el 16% percibe entre 1.500 y 2.000 euros. Además, los arrendadores tienen unos ingresos brutos mensuales muy superiores a la de los arrendados. Como principal novedad, pasan del 6% al 11% los arrendadores que cobran entre 5.000 y 8.000 euros al mes.

Según Fotocasa, las diferencias entre inquilinos y arrendadores se explican por el “ciclo vital”, ya que los inquilinos son un “perfil más joven que está iniciando su andadura profesional y cuenta con unos ingresos más limitados y una menor estabilidad laboral”. También varía entre ambos colectivos la definición del tipo de vivienda en la que viven, pues un 73% de inquilinos define su vivienda actual como una casa de alquiler, mientras que el 89% de los arrendadores vive en una vivienda en propiedad.

Por género, seis de cada diez inquilinos son mujeres, proporción que aumenta entre los 25 y los 44 años, hasta un 66%. En cambio, entre los 55 y los 75 años es donde menor presencia de mujeres inquilinas hay, un 44%. Por edad, la media de los inquilinos o de los que pretenden serlo es de 39 años. De hecho, uno de cada dos tiene entre 25 y 44 años. Además, los territorios en los que mayor número se concentran son Cataluña (22%) y Madrid (19%).

Respecto a la situación de convivencia, el 30% vive con su pareja, el 19% con su pareja e hijos y el 17% con sus padres. En 2021, pasaron del 12% al 15% los demandantes de vivienda en alquiler que vivían solos, porcentaje que este año se mantiene estable. En el mismo sentido un 49% vive con su pareja y sus hijos frente al 44% del año anterior. Tras esto, lo más habitual es que los arrendadores residan con su pareja (25%), solos (9%) o con sus padres (8%).

La directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, indicó que “la situación de precios máximos históricos del 2022 está ocasionando que el acceso a la vivienda del alquiler sea todavía más difícil. El alza del coste del arrendamiento está expulsando del mercado a los ciudadanos que tienen ingresos más bajos y que no pueden afrontar el nuevo coste del mercado”.

Además apunta que, “por el contrario, los ciudadanos con ingresos más altos y más solventes son quienes más están accediendo a los inmuebles, debido a que el esfuerzo salarial que realizan es menor que quienes cobran alrededor de 1.000 euros. Esta situación aumenta la desigualdad social y crea un mercado desequilibrado, en el que los colectivos más vulnerables no pueden acceder a vivir de alquiler”, añadió. Por tanto, las medidas de control activadas por el Ejecutivo, lejos de controlar los precios, han tenido el efecto contrario, y han disparado los precios, reducido la oferta y expulsado del mercado a los más vulnerables.

Y el Gobierno no parece darse por aludido porque el tope a los alquileres al 2% tendrá una prórroga este año, dentro del nuevo paquete de medidas que aprueba hoy el Gobierno. Podemos quería una congelación total de alquileres e hipotecas, pero finalmente El PSOE ha impuesto su criterio y se ha optado simplemente por prorrogar la medida que ya se estableció en el primer paquete de medidas contra la crisis derivada de la guerra y que limitaba la revalorización en base al IPC.