Actualidad

Empresas

Andreu Cruañas: "España va a crear empleo y crecerá"

El responsable de la patronal de las agencias de trabajo temporal defiende la función de estos contratos para que no se confunda la precariedad con el uso fraudulento de la temporalidad

Andreu Cruañas, presidente de Asempleo.
Andreu Cruañas, presidente de Asempleo.larazon

El responsable de la patronal de las agencias de trabajo temporal defiende la función de estos contratos para que no se confunda la precariedad con el uso fraudulento de la temporalidad.

No se separa de su maletín mientras despacha una llamada con elocuencia, pero sin caer en la palabrería, y con la certeza de que cuando cuelgue el teléfono se podrá dar por zanjado el asunto. Esa fuerza expresiva y su vinculación al mundo de los recursos humanos durante lAos últimos veinte años han situado a Andreu Cruañas entre los 100 europeos más influyentes en materia laboral durante dos años consecutivos, según la revista británica «Staffing Industry Review».

–¿Qué nos otorga un contrato indefinido?

–Indefinido no significa infinito. Un contrato indefinido no nos da la misma seguridad que hace 20 años. Hoy nos tiene que servir para que nuestros derechos estén recogidos, pero la seguridad nos la tiene que garantizar una palabra mágica llamada «empleabilidad». Es decir, todo aquello que podemos poner en nuestra mochila y que hace que podamos volver a emplearnos en cuanto dejamos un trabajo.

–Pero el 85% de los temporales prefieren un contrato indefinido, según la OIT...

–Tenemos derecho a tener unas perspectivas de vida predecibles. Si alguien pone en un papel que nuestra relación laboral no tiene un fin conocido produce una sensación de seguridad, pero quizás sea falsa. Lo que necesitamos no es que nos garanticen que nuestra vida profesional va a transcurrir en un mismo puesto para siempre, sino que nuestra experiencia vaya a hacer que nunca nos falte trabajo.

–¿Qué ha ocurrido para que haya 127.000 parados más que en junio de 2018?

–Difícilmente puede atribuirse a una acción de gobierno. Hay casos en los que está claro, como en el sector del automóvil, afectado por el descrédito del diésel o el fin de las ayudas. En el turismo tenemos un pinchazo en agosto, pero teniendo en cuenta la influencia del afloramiento de empleo sumergido. En lo que suceda a partir de ahora sí que tendrá algo que ver la acción del Gobierno.

–¿La subida del salario mínimo es una buena decisión?

–No había ninguna duda de que los salarios tenían que subir en España, pero no es lo mismo subirlo por real decreto que hacerlo de una forma concertada. Los agentes sociales firmamos en julio un acuerdo para incrementar el salario mínimo hasta los 1.000 euros de forma adaptada a las necesidades de cada sector. Es mucho mejor y más seguro hacerlo de una forma acordada. Con un incremento tan elevado por decreto ley, ¿de dónde sacan el dinero las empresas? O se descapitalizan o incrementan sus precios.

–¿Es solo un simple frenazo en la creación de empleo?

–Lo cierto es que no hemos dejado de crecer y ningún organismo internacional ha dicho que no lo hagmos este año. En materia laboral y en el conjunto de la economía española creceremos por encima de la media europea, aunque es cierto que hay incertidumbres exteriores que no nos serán ajenas, como la guerra comercial o el Brexit. No esperamos un frenazo, sino un menor tono en el crecimiento durante todo este año. Si se produjera un verdadero frenazo, el punto de partida sería peor que en la anterior crisis, con una mochila de 3,2 millones de parados.

–¿Qué es lo que ha producido la desaceleración?

–Lo que perjudica tanto a las inversiones como a la gestión del capital humano es la incertidumbre. Las empresas españolas en Reino Unido se están planteando volver a España por el Brexit, pero les está frenando la incertidumbre sobre el marco regulatorio laboral y fiscal. Las previsiones se han modificado a la baja, pero nadie duda de que España creará empleo y crecerá. El agotamiento del impulso del empleo que hemos vivido en estos últimos cuatro años y medio sucede no habiendo hecho los deberes de alinear las necesidades de las empresas.

–¿Cómo se pude recuperar el ritmo de crecimiento?

–Tenemos que conducir el coche del empleo con las luces cortas, mirando qué necesidades de capital humano tenemos ahora, qué demandan las empresas y cómo podemos readaptar a los desempleados para que se incorporen al mercado de trabajo. Hay que mirar también por el retrovisor porque tenemos el pasivo de estos 3,2 millones de parados. Además, hemos de conducir con las luces largas para saber qué necesidades del mercado de trabajo habrá en seis u ocho años para incidir sobre la formación y la orientación actual.