Cargando...

Banco de España

El Banco de España avisa al Gobierno: el descenso del endeudamiento se debe únicamente "al aumento nominal del PIB"

Alerta en el informe de primavera de Estabilidad Financiera sobre el incremento del gasto militar, que "eleva el riesgo de que el endeudamiento público español se desvíe por encima de las previsiones" y de que deuda y déficit "descenderán solo moderadamente en los próximos años"

Banco de España David JarPHOTOGRAPHERS

"La incertidumbre geopolítica podría materializarse en efectos muy adversos sobre la actividad económica y la aversión al riesgo". A este respecto, son especialmente relevantes "la incertidumbre sobre las políticas -por ejemplo, comercial, fiscal, regulación financiera y ambiental- y el posicionamiento estratégico de Estados Unidos, la posible escalada de conflictos militares y, en un grado menor, la incertidumbre política en la Unión Europea". Estos factores pueden dar lugar a un "conjunto heterogéneo de escenarios adversos". Así lo advierte el Banco de España (BdE) en su informe de Estabilidad Financiera de primavera, que bajo este contexto de "elevada incertidumbre" y más allá de los riesgos geopolíticos, recuerda que existen también factores de "riesgo macroeconómico con implicaciones para la estabilidad financiera".

En particular, los expertos del regulador bancario creen que, si la inflación persistiera más alta en Estados Unidos en relación con la del área del euro, esto podría trasladarse a "mayores diferencias en la evolución de sus políticas monetarias". Este escenario contribuiría a un "tensionamiento de las condiciones financieras globales y a una mayor incertidumbre sobre la evolución de los tipos de cambio", con una implicación directa en la economía española, que elevaría sus vulnerabilidades a medio plazo.

En cuanto a España, el supervisor bancario alerta sobre una situación financiera "más vulnerable" de las las Administraciones Públicas. La ratio de endeudamiento sobre PIB -que se redujo en 2024 en 3,3 puntos porcentuales- sigue en niveles elevados y se ha situado en el 101,8%. Por su parte, el déficit público se situó en el 3,2% del PIB en 2024, tres décimas menos que un año antes. Pero tal como ha venido ocurriendo desde 2021, el descenso de la ratio de endeudamiento se debe casi exclusivamente "al aumento nominal del PIB, que ha superado la presión de un déficit primario positivo, mayores gastos por intereses y el efecto de gastos extraordinarios, como los vinculados a la catástrofe de la DANA". De acuerdo con las previsiones del Banco de España, estos niveles de endeudamiento y de déficit público "descenderán solo moderadamente en los próximos años".

En concreto, el déficit se reduciría hasta el 2,8% en 2025 y el 2,6% en el bienio 2026-2027, básicamente por la desaparición definitiva de las medidas temporales de apoyo ante la crisis energética y de los gastos extraordinarios registrados en 2024 por sentencias y la DANA, pero no por la reducción del gasto público. La ratio de endeudamiento bajaría también levemente en el período 2025-2027, aunque existen riesgos al alza, con un posible crecimiento "más frágil". En esta situación, el Banco de España estima que el cumplimiento de las reglas fiscales a las que están sometidos los Estados de la Unión Europea "pueden suponer cierto freno al crecimiento en los próximos años".

En este contexto, el previsible incremento del gasto militar "eleva el riesgo de que el endeudamiento público español se desvíe por encima de las previsiones". Entiende el supervisor que a esto contribuyen también el envejecimiento poblacional y la necesidad de financiación pública de parte de las transiciones digital y climática de la economía española. Por tanto, este elevado nivel de endeudamiento "reduce la capacidad de usar la política fiscal para absorber potenciales perturbaciones adversas sobre la economía española".

Por ello, el informe advierte de que este elevado nivel de endeudamiento "reduce la capacidad de usar la política fiscal para absorber potenciales perturbaciones adversas sobre la economía". Asimismo, implica una mayor sensibilidad del gasto a un "posible endurecimiento de las condiciones de financiación", por lo que el BdE reclama al Gobierno "una mayor concreción" del Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo 2025-2028 (PFEMP) del Gobierno de España, que "carece actualmente de medidas específicas para su cumplimiento" y eleva las vulnerabilidades del sistema.

Según el Informe de Progreso presentado por el Gobierno el pasado mes de abril, el gasto primario neto financiado creció un 4,1% en 2024, lo que se sitúa por encima del límite del 2,6% recomendado inicialmente por las autoridades europeas a España. Según el Gobierno, en 2025 volvería a crecer un 4,1%, por encima del límite establecido en el PFEMP (3,7%), pero al menos "sin llegar a superar el margen de flexibilidad que permiten las nuevas reglas fiscales".

En cuanto a hogares y las empresas, estos han fortalecido su situación financiera y mantienen unos niveles de endeudamiento "reducidos en comparativa histórica". Los analistas apuntan que sus niveles de renta y de empleo han presentado una buena evolución, gracias a la relajación de la política monetaria en el área del euro y la consiguiente bajada de los tipos de interés de referencia, que han comenzado a reducir la carga de intereses sobre la renta, si bien esta ha permanecido en torno a los "niveles más elevados de la última década".

La riqueza real de los hogares creció un 5,1% interanual en el segundo semestre de 2024, lo que representa un "avance notable". Este incremento reflejó, fundamentalmente, la revalorización de los activos inmobiliarios y financieros, en un contexto de "ligera recuperación de las inversiones netas en términos reales de las familias".

Por su parte, el resultado económico bruto (REB) de las empresas mostró un comportamiento favorable en la segunda mitad de 2024, aunque con cierta heterogeneidad por sectores. Así, el REB creció un 6,2% interanual, en términos nominales, frente al 9,1% en el semestre anterior, una caída de más de tres puntos, que atisba cierta ralentización por la "incertidumbre sobre las políticas económicas, por la disponibilidad de mano de obra y por los costes energéticos".

Finalmente, el regulador bancario atisba la posibilidad de que se materialicen "correcciones abruptas e intensas" en las valoraciones en los mercados financieros internacionales, por lo que mantiene un nivel de riesgo elevado para la estabilidad financiera.