Pensiones

La catástrofe anunciada de las pensiones: ¿qué soluciones hay?

La nómina total llegará este año a los 200.000 millones con un desfase entre ingresos y gastos del sistema de más de 40.000 millones

Pensionistas paseando por Madrid
Pensionistas paseando por MadridCristina BejaranoLa Razón

Santiago Carrillo (1915-2012), histórico secretario general del PCE, retirado de la vida política activa, dijo a finales del siglo XX que «si dentro de 30 años no hay dos jóvenes trabajando para mantener a cada jubilado, habrá una catástrofe o habrá robots que lo hagan». El durante 22 años (1960-1982) líder del partido en el que milita Yolanda Díaz, que no era sospechoso de neoliberal, mostraba su preocupación por el futuro de las pensiones. Quizá cosechó algún aplauso pasajero, pero poco más. No falta mucho para que se cumpla el plazo del que habló Carrillo y ahora, en España, hay poco más de dos trabajadores por cada pensionista, pero –no hay datos oficiales– es probable que apenas haya un trabajador joven por pensionista, algo que confirma la crisis del sistema.

La nómina de las pensiones contributivas en diciembre alcanzó los 12.121 millones de euros y es, por supuesto, otro récord, que se batirá a finales de enero y es probable que cada mes de 2024. Las previsiones hablan de unos 170.000 millones de gasto en pensiones contributivas en el nuevo año, que llegarán a los 200.000 si se cuentan las no contributivas, que también hay que pagar. En números redondos, los abonos superan a los ingresos en unos 40.000 millones, que hay que buscar en alguna parte y que se piden prestados. Eso hace que la deuda de la Seguridad Social esté ya –según los últimos datos disponibles de octubre– en los 106.170 millones de euros. El problema es que el futuro está lejos de parecer halagüeño. En vísperas de Navidad, el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimaba, a partir de cálculos actuariales, que «el total de los derechos devengados de pensiones de seguros sociales en España a 31 de diciembre de 2021 ascendió a 6,19 billones de euros», es decir, unas 5,1 veces el PIB, aunque esa comparación no es exacta, ya que habría que tener en cuenta el PIB futuro. No obstante, el conjunto de los datos están ahí y no hay que ser premio Nobel de Economía para concluir que conducen a una catástrofe anunciada que intentará paliarse con más impuestos y cotizaciones. Las alternativas se reducen a recortes en las prestaciones o mucho más y también mejor pagado empleo, sobre todo de los jóvenes, como apuntaba Carrillo.