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Banca

Competencia aprueba la OPA de BBVA sobre Sabadell con condiciones y deja la decisión final al Gobierno

Autoriza la compra, pero con condiciones, lo que abre la puerta a que el Gobierno haga la operación inviable. El Ministerio de Economía tendrá 15 días para decidir si eleva la oferta presentada al Consejo de Ministros

El «Día D» ha llegado. Competencia dio ayer luz verde a la opa de BBVA sobre Banco Sabadell y deja la autorización final de la operación en manos del Gobierno. La CNMC, reunida en sesión extraordinaria, ha decidido aprobar la propuesta del BBVA con las condiciones planteadas por el banco que preside Carlos Torres , aunque con condiciones adicionales. Por ello, entre los compromisos destaca la obligación de mantener el crédito a pymes durante tres años años

Después de dos fases de análisis y casi un año de proceso, el organismo presidido por Cani Fernández ha aprobado la operación con compromisos asumibles para BBVA, con la exigencia de unos cambios no demasiado problemáticos, orientados a reforzar la protección de las empresas en algunas zonas –en su mayoría pymes y sobre todo Cataluña y Comunidad Valenciana– que podrían verse más afectadas en la capacidad crediticia. Tras una larga reunión, la Sala de Competencia, formada por cinco miembros, dio su visto bueno al dictamen por unanimidad, sin ningún voto particular.

Pese a la aprobación, la CNMC ha detectado «riesgos en los mercados de banca minorista», tanto en servicios prestados a particulares, como pymes y autónomos, así como en «mercados de medios de pago», pero considera que los compromisos que ha presentado BBVA son «adecuados, suficientes y proporcionados» para solucionar los problemas que esta concentración supone para la competencia en los mercados afectados.

Tras esta decisión, el siguiente paso será la revisión de la fusión por parte del Ministerio de Economía, que tendrá 15 días para decidir si eleva la oferta presentada al Consejo de Ministros, que abrirá la Fase 3 y un nuevo plazo de otros 30 días en los que analizará la operación y sus posibles consecuencias en el mercado bancario y crediticio español. Con ello, el Gobierno decidirá si aplica o no nuevas condiciones a la operación, fuera ya del ámbito de la competencia.

Fuentes ministeriales han explicado que «una vez recibamos el informe de la CNMC lo analizaremos con rigor y detalle. Hasta contar con toda la información y realizar ese análisis, pedimos máxima prudencia».

Desde BBVA celebraron la decisión de Competencia y confirmaron que cumplirán con las exigencias manifestadas, entre ellas, «no cerrar oficinas cuando no haya otra a menos de 300 metros; tampoco en códigos postales con renta per cápita inferior a 10.000 euros; ni donde queden menos de tres competidores; ni en municipios de menos de 5.000 habitantes». También asumirán el compromiso de «mantener las condiciones comerciales para clientes particulares, autónomos y pymes en aquellos códigos postales en los que haya menos de cuatro competidores», entre otras condiciones.

En el lado opuesto, el Sabadell mantiene su oposición a la OPA y destaca que la CNMC considera que la operación «supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado» y, por ello, «ha impuesto condiciones para la autorización».

El Ejecutivo tendrá que afrontar ahora dos posibles decisiones: aceptar el informe de la CNMC sin imponer nuevas condiciones –lo que aceleraría el final de la operación–, o activar un posible veto, que implicaría una opa sin fusión, que obligaría a BBVA a reflejarlo en el folleto que aprobará la CNMV antes de abrir el periodo de aceptación. En este punto sería ya el turno de los accionistas, que tendrían la opción de admitir o rechazar la oferta. Si un accionista no se pronuncia, equivale a rechazar la operación, lo que perjudicaría a BBVA si la votación se produce en pleno periodo estival. Según la normativa vigente, el periodo de aceptación se puede desarrollar en un plazo de entre 15 y 70 días.

La entidad vasca necesita superar aún dos obstáculos: convencer a la parte minorista del Sabadell, que se ha mostrado reacia a la fusión, y lograr que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no le imponga condiciones más duras.

Aunque BBVA ha defendido que estaría dispuesta a aceptar una OPA sin fusión porque las sinergias estimadas en un principio -por valor de 850 millones de euros brutos al año- seguirían siendo positivas y podrían mantenerse en su mayoría, desde Banco Sabadell creen que sería un error que afectaría negativamente a ambas entidades, que no contarían con el consenso del mercado. Esta misma semana, el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, ya ha advertido de que si el Gobierno acaba exigiendo compromisos que hagan inviable la operación a ojos del BBVA, el banco tiene la opción de retirar la oferta. «Si se imponen condiciones que socaven la posibilidad de generar valor, tendremos que renunciar», defendió el número dos del BBVA quien, no obstante, insistió en que la operación es «buena para las dos partes», porque el grupo fruto de la unión del BBVA y el Sabadell tendrán capacidad de prestar 5.000 millones más de euros cada año.

Genç también reiteró que la oferta sobre el Sabadell es inamovible e incluye una prima del 30% respecto a los precios de hace un año, que llega al 50% en la media de los tres meses previos al anuncio. «Este sobreprecio no se ha visto en ninguna de las ofertas anunciadas en estos tiempos ni tampoco en el pasado por eso no tenemos ni intención ni necesidad de revisar el precio, con independencia de que los ratios de capital del BBVA sigan mejorando».