Tecnologías de la Información
Competidor de videojuegos, una nueva salida profesional
«Mamá quiero convertirme en competidor de deportes electrónicos y vivir de ello». Este deseo, que a muchos padres les ha producido rechazo por la demonización que ha rodeado al mundo de los videojuegos, no es sólo una ilusión. Dedicarse a esta industria de manera profesional es ya una salida para miles de jóvenes. Alrededor de los deportes electrónicos o eSports, un fenómeno que supera los 600 millones de euros de beneficio a nivel mundial, han aterrizado universidades y academias especializadas que ya han comenzado a diseñar programas y planes de formación específicos. Es el caso de la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. En abril se inaugurará un máster especializado en comunicación en deportes electrónicos para estudiantes de Periodismo.
Una industria que no sólo demanda jugadores que puedan competir en ligas nacionales o internacionales, también entrenadores, directivos, ejecutivos de clubs o comunicadores de un sector que acumula audiencias, llena estadios e interesa a más de 13 millones de españoles.
Ha despegado con tal fuerza que se espera que los deportes electrónicos superen a otros mayoritarios en 2020. De hecho el Comité Olímpico Internacional quiere recuperar la magia de los juegos olímpicos y se está planteando agregar los eSports a los de París de 2024. Son conscientes de que la juventud de hoy pasa horas delante de una pantalla jugando a los videojuegos y menos viendo en directo un deporte tradicional.
En busca de una mayor profesionalización de estos deportes, la empresa tecnológica española Fluendo, ha desarrollado «RiftAnalyst», una herramienta de videoanálisis pionera en el mundo que ayuda a jugadores profesionales y a «amateurs» a mejorar sus tácticas y estrategias de juego, igual que se hace en los deportes tradicionales permitiendo ganar a su rival. Mercè Delgado, CEO de Fluendo, cree que para que esta industria se profesionalice también es necesaria una buena gestión. «Hoy en día vemos muchos jóvenes como CEO de un equipo o managers o directores de comunicación, pero que por su juventud, la experiencia profesional es escasa o nula. La industria necesita de empresas que ayuden a gestionar un sector que produce millones de euros».
No siempre es fácil encontrar profesionales. «Los eSports son una copia de lo que vemos en los deportes tradicionales, pero faltan entrenadores y los comentaristas se los rifan los clubes en España. También faltan analistas, psicólogos o preparadores físicos», añade Delgado. Lía de Castro, conocida como «Kimara», además de ser estudiante de arquitectura técnica, es «streamer». Tiene 24 años y la pagan por emitir cuatro horas diarias de videojuegos. Tiene su propio canal de retransmisión y ha demostrado que «esto puede ser un empleo como cualquier otro», con la ventaja de que puede elegir su jornada laboral. «Trabajo de cinco de la tarde a nueve de la noche porque así lo he decidido yo. Es uno de los pocos trabajos compatible con la universidad, es mejor que un empleo corriente», explica Lía. Todo «streamer» tiene un canal en la plataforma Twitch para emitir en directo y pueden acabar con centenares de miles de suscripciones y visualizaciones de sus vídeos, lo que supone una buena fuente de ingresos.
Ranking con las mejores jugadas
Al igual que un deporte tradicional los eSports cuentan con sus propios clubes. Víctor Casanovas es CEO de uno de esos clubes, KIYF eSports. El club dispone de un piso en Barcelona en el que se alojan los jugadores que vienen de Europa. Casanovas estudió comunicación audiovisual y fue representante de «Youtubers» de España, antes de dar el salto al mundo de los deportes electrónicos. A la pregunta de cómo seleccionan a los jugadores, Casanovas explica que al ser todo digital se crea un ranking con las mejores jugadas y los mejores entrenadores. «La media de edad de estos profesionales está entre los 18 y 20 años, y pueden llegar a cobrar hasta 3.000 euros de media al mes».
El deporte electrónico es ya una profesión que requiere de una dura rutina para poder mejorar y llegar a lo más alto. «Se ha demostrado científicamente que un rendimiento mental máximo requiere de mucho entrenamiento en el juego, pero también de una disciplina física y alimenticia», explica Fernando Piquer, CEO del club Movistar Riders. Su sede está en el Matadero de Madrid, el Movistar eSports Center y es el centro de alto rendimiento más innovador de Europa. «Los jugadores ven en los eSports una salida profesional con mucho recorrido y aunque a algunas generaciones les cuesta entenderlo, a los más jóvenes que han nacido con unos códigos digitales no», explica Piquer. Hay más de 250 jugadores registrados, la mitad de los cuales tiene estudios universitarios. «Se desarrollan buenas habilidades para futuras profesiones, como el aprendizaje de idiomas, el trabajo en equipo o el liderazgo».
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