Consumo
Contratar un seguro de decesos puede salir tres veces más caro que un entierro
La OCU denuncia la falta de un registro público que informe de la existencia de este tipo de pólizas y considera que hay alternativas mejores
La mayoría de familias españolas cuenta con una póliza de decesos que cubre los gastos de todos los servicios funerarios ante la pérdida de un familiar o ser querido. Concretamente, tres de cada cuatro entierros se remuneran con un seguro, algo normal si tenemos en cuenta que morirse no resulta precisamente barato. El 47% de la población tiene contratado un seguro de decesos, según la Unión Española de Entidades Aseguradoras (UNESPA). Estos ocupan el cuarto puesto en el ranking de seguros de no vida por importe, por detrás de los seguros de automóvil, los de asistencia sanitaria y los de multirriesgo del hogar, tal y como revela el último informe elaborado por Seguros y Fondos de Pensiones de la Dirección General de Seguros.
Por ello, laOrganización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un análisis comparativo de pólizas de decesos que arroja que el asegurado tendrá que pagar, salvo excepciones y teniendo en cuenta la esperanza de vida actual, un coste bastante superior al que supondría contratar como particular los servicios de una funeraria. Si calculamos la suma total de los gastos del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, las flores, coche, esquelas, etc., el precio podría dispararse. Y es que un entierro sencillo supera, de media, los 3.700 euros y cubren todos los gastos: féretro, tanatorio, coche fúnebre, cementerio, flores, esquelas, trámites y gestiones, etc. También es cierto que existen grandes diferencias entre ciudades, pudiendo superar los 5.000 euros en algunas de ellas. Este es el caso de Madrid, donde el coste de dichos servicios alcanzaría, de media, los 5.200 euros para un entierro sencillo. Por otra parte, en caso de incineración, el importe sería inferior incluso, por lo que contratar un seguro saldría menos rentable todavía.
De las pólizas analizadas, sólo una de cada 10 tendría un precio similar al de un entierro sencillo contratado por un particular. Así, la OCU desaconseja contratar un seguro de decesos, puesto que la inmensa mayoría salen más caros que acordar directamente los servicios con una funeraria. De hecho, podría llegar a costar hasta tres veces más de lo que valdría un entierro. En su comunicado, la organización apunta como única ventaja de dichas pólizas, en comparación con los servicios básicos contratados directamente con una funeraria, las garantías complementarias que ofrecen. Ventajas como cubrir los traslados del cuerpo desde otras provincias o incluso desde el extranjero, formalizar parte del papeleo (certificado de defunción, consultas al registro de seguros…) o la asistencia en viaje, aunque en este caso, la cobertura suele ser limitada y a veces se limita a casos de gravedad.
Igualmente, desde la organización piensan que existen alternativas mejores a este proceso y han compartido algunas como, por ejemplo, ahorrar una cantidad de dinero en el banco que vaya destinado a pagar posteriormente dichos gastos. Otra opción sería contratar un seguro de vida, los cuales, según apuntan, no sólo incluiría los gastos correspondientes al fallecimiento, sino que también aseguraría un importante capital con el que asistir a las familias de los fallecidos. A su vez, esta alternativa cubre normalmente la invalidez absoluta.
Sin embargo, en el caso de que el seguro ya esté contratado y se cuente con una esperanza de vida corta, la OCU considera que interesa mantenerlo. Igualmente, en el supuesto de que se cuente desde hace poco tiempo con una póliza de primas periódicas y no se desee prescindir de la misma, se podría plantear el cambio a una compañía con un coste inferior, aunque, eso sí, sin rescindir el contrato del primero hasta asegurarse de que en el segundo le aceptan como asegurado sin limitaciones teniendo en cuenta su actual estado de salud.
Asimismo, denuncian que en el registro de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento sólo se incluyan, y no en su totalidad, los seguros de vida y de accidente, sin tener en cuenta los seguros de decesos. Y critican que “salvo que se tenga acceso a la póliza o a la cuenta donde cargaron las primas, la única manera de saber si un familiar fallecido tenía un seguro de decesos es llamar, una por una, a más de 50 aseguradoras”.
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